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LUCHA INDÍGENA EN EL CAUCA Y MAPAS PARLANTES
HISTORIA POLÍTICA DE LOS PAECES > La Quintinada
Un periodo de importancia clave en la historia reciente de los paeces es “La Quintinada”, dos décadas de comienzos del siglo XX durante las cuales paeces, guambianos y otros indios del Cauca se levantaron en armas contra las haciendas y el terraje bajo la dirección de Manuel Quintín Lame. Movimiento que Quintín veía como una verdadera guerra de liberación que vendría a liberarlos de la explotación y opresión del terraje; “una columna formada por indígenas se levantará el día de mañana para reivindicar sus derechos… y el día llegará cuando el indio colombiano recuperará su trono”, solía decir.
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Aunque esta imagen corresponde solo a un primer borrador reproducido sobre papel (desafortunadamente no a uno de los originales ya terminados), quiero destacar algo que sí puede apreciarse con facilidad en ella: su composición. Esta constituye un caracol (espiral, decimos nosotros) que va en sentido contrario a las agujas del reloj y que deja ver la concepción del tiempo de paeces y guambianos: “la historia es un caracol que camina”, que más tarde se mostraría central en los procesos de recuperación de la historia, entre los guambianos, y de la cosmovisión, entre los paeces. Solamente una escena, en la esquina superior derecha, se sale del caracol, pues muestra la visita de Quintín Lame al presidente de la república, en Bogotá, es decir, que ocurre fuera del territorio indio caucano; este presidente era Marco Fidel Suárez, copartidario de Lame pues ambos pertenecían al Partido Conservador, el más religioso, tradicional y derechista del país, factor que conspiró en ocasiones en contra del movimiento lamista, restándole apoyos. Sin embargo, Lame se acercó en ocasiones a los liberales para aprovechar el juego político nacional y regional en favor de los intereses de su lucha. Decía que “los conservadores nos han oprimido de una manera ordinaria, pero los liberales lo han hecho de una manera extraordinaria”. Pero fue traicionado por unos y otros, así como por indígenas copartidarios de ambos.
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El caracol está conformado por un conjunto de escenas que se suceden en el tiempo y narran la gesta del levantamiento de Lame, historia bastante conocida por los indios del Cauca, que veían en ella el antecedente de las luchas que se libraban en los 70 y 80, hasta el punto que sus reivindicaciones de aquel entonces vinieron a constituir el eje medular del programa de lucha del CRIC. El punto inicial o centro del movimiento es el trabajo del terraje en la hacienda:
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Para continuar desarrollándose con la actividad política de Lame, quien recorrió resguardos y haciendas para reunirse con grupos de terrajeros y autoridades de los cabildos para hacerles ver que esas tierras les pertenecían:
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Todavía los indios de hoy recuerdan que, a veces, Lame llegaba en la noche, después de burlar el asedio de sus perseguidores, clandestinamente, para participar en una reunión o visitar algunas casas, y partía de nuevo antes que llegaran las primeras luces del día:
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Fue así como logró movilizar a mucha gente tanto de los resguardos como de las haciendas, con las cuales recorría toda la región liberando a los terrajeros y, en ocasiones, incendiando las casas de las haciendas en donde había mayor represión, explotación y mal trato para los indios. Incluso logró levantar suficientes combatientes para atreverse a amenazar y tomar poblaciones principales, pese a que estas estaban defendidas por la policía, como ocurrió con Inzá:
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Sus victorias alarmaban cada vez más a los terratenientes, curas y politiqueros, hasta el punto que destacaron tropas del ejército para que se adentraran en las montañas de Tierradentro, buscándolo, pero Lame siempre se les escurría de entre las manos:
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Sin embargo, en ocasiones se producían enfrentamientos armados entre los lamistas y las tropas del ejército, reforzadas ocasionalmente con indios liberales, movilizados por los dirigentes de ese partido:
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Las grandes haciendas fueron otro de los objetivos de los indios comandados por Manuel Quintín; estas eran incendiadas y confiscados los productos almacenados, los cuales eran consumidos, a veces, en los propios terrenos de la hacienda en grandes fiestas a las que eran invitados los pobladores cercanos. Lame aprovechaba para hablarles e incorporarlos a su ejército:
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Finalmente, Lame fue denunciado por el gobernador indígena de Julumito, y fue detenido en Cohetando, Tierradentro, y llevado a la cárcel en Popayán:
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Miembros de las “mejores” familias de esta ciudad acudieron al puente del Humilladero a insultarlo, escupirlo y vituperarlo, seguramente para desquitarse por el pánico que sintieron cuando corrió la noticia (que resultó falsa) de que se dirigía a tomar la capital del Cauca a la cabeza de un ejército de indios armados:
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En el juicio, Lame se defendió a sí mismo ante los jueces, recusándolos y afirmando que “las leyes son el fundamento de la injusticia, y los jueces, tribunales, abogados y todo el aparato legal estaban a favor de los terratenientes y en contra de los indios”. Su intervención se extendió durante 15 días consecutivos, en ella reivindicó los principios del derecho indígena a ser dueños de la tierra, a tener su propia autoridad y a vivir con autonomía. Condenado por el jurado a más de cuatro años de prisión, fue liberado en agosto de 1921 y se trasladó al departamento del Tolima, en donde continuó luchando hasta su muerte.
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