CASETE 6
MIÉRCOLES, FEBRERO 23 DE 2000
Lado A
Carlos Marx y Federico Engels: Manifiesto del Partido Comunista. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1965, pp. 31-77.
Estudiante: ¿Qué quiere decir Marx por trabajo acumulado?
LG: Una de las cosas que aclara un tema que mencionamos la vez pasada acerca de la riqueza, y que aquí retoma, es que el capital no es una cosa; el capital no es una cantidad de dinero ni ninguna otra cosa; el capital es trabajo acumulado. Más adelante, Marx precisaría esta afirmación aclarando que se trata de la fuerza de trabajo de los obreros, que convierte o que se acumula alrededor de cosas o de objetos. Entonces, cuando hay una acumulación de dinero, cuando hay un atesoramiento —que habíamos dicho, no es capital— si ese dinero o ese atesoramiento se invierte en comprar, a través del trabajo asalariado, la fuerza de trabajo de los obreros, en el producto que resulta de su empleo se acumula una parte de ella. O sea, un producto es un objeto natural, una materia prima, más esa fuerza de trabajo. Cuando estos objetos más fuerza de trabajo, es decir, productos del trabajo, se venden, se transforman de nuevo en dinero; pero en más dinero del que se había invertido cuando se sacó ese tesoro para comenzar el proceso productivo. Es decir, allí se ha acumulado un capital. Este dinero se invierte de nuevo y hay otro ciclo productivo; al final aparece un conjunto de productos donde de nuevo se ha cristalizado la fuerza de trabajo; se venden y producen una suma de dinero mayor. Entonces, hay una acumulación creciente de la fuerza de trabajo. Esa es una parte del capital.
Hay otra parte del capital, de los dos tipos de capital, que es la inversión que se hace en maquinaria y en las condiciones necesarias para la producción, por ejemplo, en la construcción de los talleres, en los servicios públicos, en vías de comunicación, etc., etc., todo lo que se necesita para que la producción se pueda dar. Entonces, todos esos elementos que se compran para el proceso productivo, necesarios para que la fuerza de trabajo pueda entrar en acción, para que el obrero pueda trabajar, a eso lo llama Marx capital constante. Al que se invierte en pagarle a los obreros, él lo llama capital variable. El capital constante es también trabajo acumulado, que se ha acumulado en el dinero y luego se invierte, se condensa, en esa maquinaria, en esas fábricas, etc. La diferencia, entonces, entre el dinero simplemente atesorado y el capital, está en que, en el sistema capitalista, ése capital es simplemente una suma creciente de fuerza de trabajo gastada por los obreros, por los proletarios, en el proceso productivo. Eso es lo que significa qué el capital es trabajo acumulado. Además, mientras se esté empleando en el proceso productivo, en otras partes Marx dice, es trabajo vivo.
Estudiante: Marx habla de que la burguesía ha creado unas fuerzas productivas que son abundantes y grandiosas y que después esas fuerzas productivas se han vuelto contra la burguesía y son un obstáculo. ¿A qué se refiere con eso?
LG: Una de las características del sistema capitalista que Marx analiza, es cómo el modo de producción capitalista y la burguesía, que es la clase dominante dentro de ese modo de producción, crean o desarrollan esas fuerzas productivas, como resultado de ese desarrollo les dan un carácter que no tenían en los modos de producción anteriores, el de ser unas fuerzas productivas colectivas, directamente sociales.
Lo que uno encuentra en la producción capitalista es, por un lado, producción en gran escala; por el otro lado, unas formas de división del trabajo que llevan a que no todo mundo produzca lo mismo. Incluso, que cada producto no sea hecho por un sólo obrero, sino que hay, como aparece en las fábricas, una cadena productiva, donde cada obrero solamente elabora una parte del producto y de ahí pasa a otro que hace otra parte y a otro que hace otra parte, hasta que sale el producto final. Eso no se daba en los modos de producción anteriores, inclusive en el tipo de producción de donde surge la burguesía, que es, en el modo de producción feudal, el taller artesanal. Allí, cada taller artesanal es aislado y compite directamente con los otros y, dentro de ese taller, cada artesano, por lo general, fabrica el producto completo. Claro, las fuerzas productivas allí también son sociales, pero en otro sentido.
Una de las características del modo de producción capitalista es ese carácter colectivo, directamente social, de las fuerzas productivas; pero, al mismo tiempo, el sistema de relaciones de producción, es decir, de las relaciones que se dan entre los hombres y de los hombres con las cosas para poder producir, tiene un carácter privado, una de cuyas formas sustanciales, o la principal, es la propiedad privada sobre los medios de producción; es decir, una propiedad privada sobre el trabajo acumulado, o sea, el trabajo es colectivo, es social, pero los resultados de ese trabajo, la acumulación de ese trabajo, se apropia en forma privada, además por un sector minoritario de la sociedad. Ese carácter privado de la apropiación, de los productos, de los resultados de la acción de las fuerzas productivas, choca con el carácter colectivo, con el carácter social de esas mismas fuerzas productivas y, por lo tanto, se convierte en un obstáculo para el crecimiento de esas fuerzas productivas, pero también para el aprovechamiento por el conjunto de la sociedad de tales fuerzas productivas. Para Marx esa es la contradicción fundamental del sistema capitalista: el choque, la contradicción, entre el carácter colectivo/social de las fuerzas productivas y el carácter privado de la apropiación de los productos de esas fuerzas productivas.
Por eso, como él explica allí mismo, hay incluso épocas, momentos, cuando ese choque es tan fuerte que se destruyen fuerzas productivas; o que incluso, existiendo un desarrollo técnico, no se aplica para el crecimiento y desarrollo de las fuerzas productivas por razones de la apropiación privada; a veces se hacen descubrimientos científicos, a veces se hacen descubrimientos tecnológicos que la propia competencia entre los capitalistas, o la limitación de la demanda, llevan a que no se apliquen, porque entonces habría superproducción. A veces no se introduce una innovación técnica, no se introducen un nuevo tipo de maquinaria, porque con lo que hay es suficiente para lo que el capitalista necesita, así en el conjunto de la sociedad haya una demanda insatisfecha por ese tipo de bienes. Por ejemplo, los alimentos. A veces no se aplican innovaciones o posibilidades de desarrollo científico y técnico al desarrollo de las fuerzas productivas, porque como el objetivo de la producción de los alimentos es la propiedad privada y la ganancia de esos propietarios, y no la satisfacción de las necesidades sociales, entonces se daría una superproducción; no porque no se necesite, sino porque la gente no tiene con que comprarlo. Entonces, a veces también se destruye producción.
Es este carácter colectivo/social de las fuerzas productivas lo que marca el carácter que deben tener las nuevas relaciones de producción; y marca entonces la dirección de la lucha de los comunistas por el cambio en la sociedad. Porque, ¿qué es lo que se busca?, romper esas relación de producción basadas en la propiedad privada de los medios de producción y, por consiguiente, de los productos del trabajo, y transformarlas en unas relaciones en las que la propiedad sea una propiedad también colectiva, social; eso es lo que marca el carácter socialista o colectivista o comunista, como explica Engels en los prólogos. No es la voluntad subjetiva de Marx o Engels o de cualquier otro revolucionario comunista, sino el carácter social/colectivo de las fuerzas productivas y, por lo tanto, las relaciones de producción deben ponerse a tono, deben ser congruentes con este carácter social para permitir el nuevo crecimiento. Las fuerzas productivas, aunque generalmente se piensan que son sólo los medios de producción, o sea, las maquinarias, las herramientas, las materias primas, etc., incluyen también, en la concepción de Marx, al trabajador. Es decir, las fuerzas productivas son los medios de producción y la fuerza de trabajo, fuerza de trabajo que es la capacidad de trabajo de esos trabajadores.
Estudiante: Marx habla de que históricamente siempre ha habido antagonismos de clase. Uno podría deducir de ahí que en cualquier sociedad, sea cual sea, siempre han existido relaciones de dominación y de sujeción; querer dominar a otro es inherente al ser humano.
LG: ¿Esa es la concepción que no nos da Marx?
Estudiante: Es una concepción que yo estoy diciendo. Porque él toma el problema de la personalidad de otra perspectiva; la pregunta la estoy haciendo yo. Si es inherente al ser humano querer dominar a otro, tener un ansia de poder sobre el otro, ¿en virtud de qué tendría el hombre qué cambiar, porque cambiar un modo de producción y, teniendo yo la capacidad, decidir que seamos iguales y abandonar ese deseo de poder y de dominio sobre el otro?
LG: Si eso fuera inherente al ser humano, no se podría abandonar.
Estudiante: A mí me parece que es inherente al ser humano.
LG: Entonces, no se puede abandonar.
Estudiante: El ansia de uno, me parece que no.
LG: Como diría Marx en otros textos y como explica Engels en los prólogos y como hay una nota que lo explica allí mismo, cuando Marx y Engels hablan de la historia, se refieren, —porque en esa época se hablaba así—, a la historia escrita. Inclusive, cuando se empieza a estudiar los cursos de etnohistoria, ese título de etnohistoria, para diferenciarlo de todos modos de la historia, está marcado por la ausencia de escritura. En el anterior plan de estudios, esos mismos cursos, con ese mismo contenido, se llamaban prehistoria, porque la idea que había hasta hace muy poco, y todavía se mantiene en muchos sectores, es que la historia es la historia escrita. En los orígenes de la antropología, uno de los teóricos del llamado estructural-funcionalismo, Radcliffe-Brown, considera que en las sociedades que estudia la antropología hay que abandonar la pretensión de hacer historia, porque la historia solo puede hacerse a partir de la existencia del documento escrito. Lo máximo que podría haber —dice Radcliffe-Brown— para estas sociedades, es lo que él denomina una historia conjetural. Pero la historia conjetural no es científica, entonces no tiene sentido hacerla. Eso ha marcado, lo sigue haciendo, a pesar de que a veces en los discursos se diga que no, precisamente el carácter ahistórico de la antropología. La antropología es una ciencia ahistórica; así haya en el plan de estudios dos cursos de historia. Pero toda la concepción de la antropología, la base de existencia de la etnografía, es una concepción ahistórica de la vida social.
Lado B
Marx considera que la situación, la forma de vida de esas sociedades precapitalistas era natural, y que la historia y lo que hay que explicar es el proceso de ruptura y descomposición de ese tipo de sociedades, proceso de ruptura y descomposición que se inicia con las sociedades de clases. Entonces, esto sería en este caso y para Marx, historia natural; pero la historia de la sociedad comienza cuando esta sociedad natural se rompe y se descompone. Y una de las características de esa sociedad, por eso Marx la llamó también comunismo primitivo, era que allí no había relaciones de clase.
Estudiante: Hay dos cosas; una es que definitivamente ese tipo de conformaciones sociales no tenían la problemática ni el crecimiento de la población de hoy; viven en estado natural; uno puede decir conviven, se alimentan, etc., pero no tenían una serie de necesidades que tenemos nosotros. En ese sentido, pueden acceder a su medio ambiente y vivir de él sin ningún problema, nosotros no lo podríamos hacer, considero yo. Y la otra cosa, es que me parece que eso conflictúa un poco el asunto, porque yo cómo puedo considerar algo que sea historia natural de una conformación social, si en últimas Marx dice que las concepciones sobre el mundo son dadas desde de las mismas relaciones sociales y la organización dada, desde las mismas relaciones sociales. Entonces no puede haber algo que sea natural, o sea me parece a mí, que es una cosa que está por encima del hombre, que es ajeno a él, que sea el origen primario de... Me parece a mí complicado el asunto. En todo caso, cuando en una sociedad que no produce excedentes, es una que no se pregunta cómo almacenar ese excedente y cómo organizar quiénes son los que van a repartir ese excedente. En ese tipo de sociedades posiblemente no exista el deseo de dominación y creo que eso sería también, sería una cosa a mirar.
LG: Y entonces, ¿no eran hombres?
Estudiante: No sé si sean hombres o no.
LG: Porque si el deseo de poder y de posesión es inherente al ser humano, el que no lo tenga, no lo es.
Estudiante: A mí me parece que, digamos, esa historia es un problema en últimas de ellos. Lo que yo tengo es un problema ahorita y yo vivo ahoritica en esta época.
LG: ¿Un problema de ellos?
Estudiante: Sí claro, o sea fue un problema de ellos.
LG: Bueno, hay un millón de ellos en Colombia en este momento.
Estudiante: Sí, en ese caso sería un problema de ellos. O sea, nosotros tenemos otro tipo de sociedad y es otra sociedad que no es comunista.
LG: Pero, nuestra sociedad está montada sobre un millón de ellos.
Estudiante: Es posible.
LG: Posible no. Vea la constitución.
Estudiante: Bueno, sí, es posible.
LG: Primero, esa visión de cómo eran las sociedades primitivas que usted acaba de plantear, era una visión de Mostesquieu hace algún tiempo, pero precisamente una de las cosas que han hecho los antropólogos es mostrar que nunca ha habido y que mucho menos la hay ahora ninguna sociedad, así sea una sociedad indígena, como la que Montesquieu veía, donde el indígena no tenía sino que desperezarse, estirar la mano y ahí estaban los frutos pendientes de los árboles y los animales ahí pasando por los lados metiéndosele a la olla. Entonces, no había trabajo, no había preocupación económica, no había que reservar excedentes de unas épocas para consumirlos en otras épocas cuando no había la facilidad de la producción. Esa idea, no corresponde a la idea que ha desarrollado la antropología sobre este tipo de sociedades.
Hay trabajos, es lo que ha mostrado la arqueología, Betty Meggers fue la iniciadora y sus trabajos son claves para entender las sociedades indígenas amazónicas de hoy. Ella mostró que las sociedades amazónicas, mucho antes de la conquista, tenían excedentes, y que había sistemas de manejo de esos excedentes, que habían tenido la desagradable preocupación de saber qué hacer con lo que les sobraba en esos procesos productivos, especialmente agrícolas, en esas tierras negras o terras pretas, como dicen en portugués. En esas tierras negras que fueron creación de las sociedades amazónicas en regiones donde no las había, porque la tierra natural amazónica es roja, bastante poco fértil; crearon tierras negras con procedimientos que apenas se están investigando, pero que consistían en abonar, en cargar tierra de un sitio a otro, en mezclar tierras, en mezclar distintos tipos de desperdicios, en agregar a la tierra fuentes de cal, por ejemplo pescados. Ya en una época tan temprana, algo así como 3.000 años antes de la conquista, había excedentes en la Amazonia. Por supuesto, no podemos saber de qué tipo eran los excedentes, pero si ustedes también han visto, la antropología física y la arqueología, y fuera de contarles como es el esqueleto de los neardental, les han contado como vivían los neardental, encontrarán que se han hallado depósitos de herramientas de trabajo cien mil años atrás. Inclusive los neardental no son considerados todavía como homínidos, sino prehomínidos. Entonces el ser humano, antes de serlo completamente, ya tenía excedentes y acumulación de excedentes. Por otra parte, en la concepción de Marx, precisamente el eje de esa tesis sobre Feuerbach es el planteamiento de que la esencia del ser humano está constituida por sus relaciones sociales, el fundamento de las cuales son las relaciones productivas, las relaciones económicas. Quiere decir que esa esencia humana, no contiene nada que sea inherente a ella, es decir, que sea invariable y característico de los hombres de todas las épocas, solamente por el hecho de ser hombre, sino que esa naturaleza humana, esa esencia humana es histórica. Y cambia cuando cambia el sistema de relaciones sociales, porque si su esencia son las relaciones sociales, y las relaciones sociales cambian y se transforman básicamente, por ejemplo, desde la sociedad primitiva hacia el esclavismo o en el feudalismo o en la sociedad actual, eso quiere decir que la esencia humana también se transforma cuando cambian esas relaciones sociales; es decir, que se trata de otra clase de hombre, sin embargo hay unas características básicas que hacen que siga siendo hombre. Entre ellas, por lo menos en la concepción de Marx, no está la apropiación privada de los medios de producción ni la dominación política de unos sectores sociales o grupos sociales sobre otros para su provecho.
Por supuesto, toda sociedad, es otra de las cosas que mostró la antropología, tiene formas de autoridad. En la introducción a Los Argonautas del Pacífico Occidental, Malinowski discute ese problema; dice, ése es un aporte de la antropología. Antes se decía, y cita a algunas personas, que estas sociedades vivían sin ningún orden, sin ninguna norma, sin ninguna autoridad, en un completo caos. Lo que dice Malinowski que aporta la antropología, es mostrar que esas sociedades también tienen una organización social, que esas sociedades también tienen sistemas de normas de comportamiento, que tienen cultura, y dentro de ellas ubica las formas de autoridad.
También, ya desde la época de Malinowski, pero sobre todo la llamada antropología política se ha preocupado por estudiar las formas de autoridad, realmente existentes en ese tipo de sociedades. Han acuñado inclusive, lo que no quiere decir que yo estoy de acuerdo con él, un concepto que es lo que se llama el poder de gestión. Es decir, es un poder que no es un poder de dominación de un grupo, de una persona sobre el conjunto de la sociedad, sino que es un poder que se ejerce en beneficio del grupo social. Es el poder, por ejemplo, como lo mostraron los análisis de muchos grupos, del mejor cazador, para poder dirigir y organizar a su sociedad para obtener los mejores resultados en la cacería. Esos grupos tienen una organización, tienen un jefe, como lo tienen los grupos guerreros, con la organización de los grupos para la guerra. No es una montonera indiferenciada, allí hay quien dice como se organizan las cosas. Pero es un poder que se ejerce, por eso se habla del poder de gestión, en beneficio de la colectividad. Y existe todavía, después de 500 años de interpenetración de este tipo de formas de autoridad con la nuestra, que es una autoridad despótica, basada en la explotación y el dominio de unos hombres sobre otros, todavía se encuentran costumbres que expresan ese carácter del poder en tales sociedades.
Hasta antes de las transferencias, en Guambía se nombraban los gobernadores de los cabildos —y el cabildo es una forma de autoridad impuesta desde fuera por la sociedad española, por la sociedad colonial española, pero que las sociedades indígenas después de 300 años de imposición hicieron suya, y por lo tanto, la dotaron de muchas de sus características. Antes del inicio de la lucha indígena, en los años 70, estos gobernadores de los cabildos eran nombrados por los anteriores gobernadores, incluyendo el que estaba ejerciendo el cargo en ese momento. Ellos se reunían para decidir quién iba a ocupar el cargo al año siguiente. Una de las cosas que se cuenta, es que cuando ya habían decidido quien iba a ser el gobernador, iban a su casa a notificarle y se tenían que dividir en dos grupos, —en esa época las casas guambianas tenían dos puertas, una puerta por el frente y otra puerta por la salida de atrás de la cocina—, se tenían que dividir en dos grupos, uno que iba por la puerta del frente, encabezado por el gobernador de ese momento, tocaba allí, preguntaba por el señor fulano de tal; y otro que se iba a la puerta de atrás, porque la costumbre que había era que cuando una persona se daba cuenta que iban era a notificarle que iba a ser el gobernador, él se volaba por la puerta de atrás para que no lo pudieran notificar de que iba a ser el gobernador, de que él no quería serlo y entonces ahí lo estaba esperando el otro grupo que lo agarraba y le decía usted es el nuevo gobernador de Guambía.
Cuando se inició la lucha en el año 80, ya no era esa la forma, sino que había una elección que se hace sobre candidatos (ahora se hace así) que se nombran en una asamblea, pero empiezan a correr los nombres y los rumores desde dos meses antes y a veces desde comienzos del año. Siempre, antes de las transferencias, los candidatos, eran candidatos propuestos, no había nadie que se lanzara de candidato, los candidatos los proponía la gente y todos los candidatos propuestos encontraban argumentos para decir que no aceptaban. Los antropólogos diríamos que eso es un ritual, porque finalmente quedan candidatos; o sea, unos definitivamente no, pero a otros finalmente los convencen. No hay ninguno que se pare y diga, que apenas lo proponen, me siento muy honrado por la designación ....todos dicen no, y dan mil argumentos. En el año 80, la gente sabía por qué nombraba al que finalmente quedó, que todo el tiempo estuvo diciendo que no aceptaba, aún así lo nombraron, lo eligieron. Fue una votación y lo eligieron a pesar de que él siempre había dicho que no aceptaba. Como se eligen con un mes de anticipación a la fecha de la posesión, que es el primero de enero, durante todo ese tiempo él seguía insistiendo que no y cuando en la comunidad le seguían insistiendo que sí, puso una demanda en Asuntos Indígenas para decir que no había sido legal la elección, habló en el Incora para decir que no. No hubo caso y finalmente quedó y fue el gobernador que inició la lucha, que comenzó las recuperaciones, que paró a la comunidad sobre sus propios pies, o por lo menos, comenzó después de esa situación de humillación. O sea, la gente sabía por qué lo nombraba y el problema es que también él sabia que él era el adecuado. A la gente la nombran porque han visto como es su comportamiento durante toda la vida y por lo tanto la conocen. No es ningún gallo tapado, o no le dicen que tienen que lanzar un programa, porque la gente sabe cómo vive y por lo tanto, sabe qué comportamiento puede seguir esperando de él.
He leído en un texto de Pierre Clastres sobre antropología política, que existen ese tipo de actividades o de rituales o de costumbres, en que las autoridades rechazan el cargo que finalmente aceptan, pero que necesitan mostrar que no es algo que ellos busquen, sino que la sociedad, que el grupo, que la comunidad les impone. Además, si no lo cumple en beneficio de la sociedad, sino en beneficio propio y de su familia, puede ser destituido, como se han dado casos en Guambía. Repito, antes de las transferencias. Ahora, el cabildo maneja plata, el gobernador maneja plata; los gastos del cabildo no se pagan del bolsillo del gobernador, sino que hay presupuesto; entonces, ahora sobran los autocandidatizados. Pero eso es de la Constitución del 91 para acá.
La antropología ha desarrollado conceptos como el de poder de gestión, o autoridad horizontal, no autoridad vertical como la que existe en una sociedad como la nuestra, sino autoridad horizontal en donde, inclusive, si uno llega, no reconoce quién es la autoridad, tienen que decirle que ése es, cosa que no pasa entre nosotros. Aquí no hay modo de que usted de pronto se encuentre con alguien y no se dé cuenta que es el presidente de la república. Eso sirvió a los indígenas en la época de la lucha. Cuando llegaban el ejército o la policía a detener al Gobernador, siempre se llevaban al que no era, porque no lo podían reconocer, y se hacía lo posible por utilizar ese no sobresalir de la autoridad para que otros se hicieran pasar por el Gobernador, se hicieran visibles para la gente de afuera, y fueran ellos los presos, mientras el Gobernador podía seguir dirigiendo a la gente en su lucha.
Por eso, para Marx, en el análisis que inicia en El Manifiesto sobre el desarrollo material y económico, es éste el que produce esos efectos y, por lo tanto, si desaparece ese tipo de sociedad, de modo de producción, de economía, se supone que deben crearse las bases para que desaparezcan esas formas, que hacen parte de la superestructura, en este caso de la política. Morgan, un antropólogo norteamericano de mediados del siglo pasado, muestra cómo es el procedimiento de aparición de esa sed de poder, de ese deseo de poder, con base en la documentación antropológica que ya existía, sobre todo de un análisis de lo que ocurre en América y de lo que ocurrió con la aparición de las llamadas sociedades clásicas en Europa. Morgan hace ese análisis y muestra cómo y, específicamente, para qué y qué formas hubo y cómo se dieron los procesos concretos para su aparición; es decir, la manera de que un poder social termina convirtiéndose en un poder sobre la sociedad. Entonces, el deseo de poder no es inherente al hombre, por lo menos en la concepción de Marx; para las que viven preocupadas con el problema de género, tampoco es inherente a la mujer.
Estudiante: Se plantea que con la llegada del comunismo se van abolir todas las verdades eternas, como la libertad, la justicia, la religión y la moral. ¿Cómo y por qué?
LG: ¿Cómo?, no es posible saberlo. ¿Por qué? Marx muestra que no hay verdades eternas, que lo que ha hecho la burguesía es hacer pasar sus criterios como si fuesen verdades eternas, cuando son solamente las verdades de una clase social en un período determinado de la historia, muy corto, por cierto. Un período que apenas ha ocupado unos 200 o 250 años de la historia humana. No se trata de que vayan a desaparecer las verdades eternas, sino que se va a comprobar que esas verdades eternas eran sólo las verdades de una clase social en un período determinado de la historia. Marx plantea que una vez que desaparezca la base material que engendra ese tipo de verdades o de ideas, que parecen verdades eternas, esas verdades van a desaparecer. Pero se pensó que desaparecerían por sí solas y la experiencia mostró que no. Para suplir esa mala interpretación que se había dado de los planteamientos de Marx, surgió en China la Revolución Cultural Proletaria, que daba un método que respondía, para la China de ese momento, tal pregunta. Una película china, “Romper con las viejas ideas”, muestra uno de los caminos que siguieron para luchando por hacer desaparecer esas ideas en el campo particular de la educación universitaria. Pero Marx no podía saber cómo; lo que sí sabía era que la base era encontrar la explicación científica de esas realidades que la burguesía había pretendido explicar con sus verdades, que hacía pasar por eternas, pero no podía tener idea del cómo; sí sabía que mientras no desapareciera la base material que fundaba la existencia de esas verdades, éstas no iban a desaparecer.
Estudiante: Pero, entonces, ¿no traería, como dice acá, sus propias contradicciones?
LG: Claro, pero no se sabe cuáles serían. Marx plantea que en toda sociedad, y por lo tanto también en el comunismo, habrá contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el de las relaciones de producción. Pero no cuál ni la forma específica que va a revestir ni qué implicará. Nada más ajeno a la concepción de Marx que proclamar el fin de la historia . El comunismo no será el fin de la historia humana, pero Marx no podía saber qué va a venir después ni exactamente cómo irá a ser el comunismo; solamente sabía, porque así estaba determinado por el carácter de las fuerzas productivas, que ese comunismo tendría un carácter social, comunista, en las relaciones de producción; pero no sabía más. Ni siquiera sabía cómo se iniciaba el camino, en El Manifiesto no lo sabía; es la historia la que empezó a mostrarle soluciones.
CASETE 7
MIÉRCOLES, FEBRERO 23 DE 2000
Lado A
Carlos Marx y Federico Engels: El Manifiesto del Partido Comunista.
El proletariado tenía que destruir el estado burgués y crear una nueva forma de estado que en el futuro, decía Marx, también debía desaparecer; no se ha conocido en ninguna parte una experiencia de ese proceso de desaparición, porque los países socialistas estuvieron muy lejos de ese futuro y, además, porque según la concepción del marxismo, ese proceso no puede ocurrir hasta que el comunismo exista a nivel mundial.
Estudiante: ¿La conquista de la democracia se da a partir de cuando el proletariado toma el poder? Voy a leer porque no entiendo: "el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia", ¿no se parte de la contradicción que surge a partir de que el comunismo no pretende invertir la estructura social, porque eso de la conquista de la democracia....?
Estudiante: Ellos manejan el concepto de democracia de otra forma, o sea de que todo el pueblo elige; en cambio, el capitalismo le hace ver que usted tiene opciones para elegir.
Estudiante: Lo que él plantea inicialmente, es que el proletariado se va a tomar el poder y, después de eso, ¿se va a dar la conquista de la democracia?
LG: Lo que acaban de plantear es que la concepción de democracia del marxismo es diferente; dicho de otra manera, la democracia no es sólo lo que la burguesía llama democracia, o sea la democracia no es igual a la democracia representativa, basada en un sistema electoral, con un poder estatal dividido en tres poderes separados: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. No es el derecho al voto, no es la participación, eso es una forma de democracia, que aunque la burguesía hace pasar como LA DEMOCRACIA, la única, eterna, es solamente la democracia en el sistema burgués. Morgan mostró las formas de democracia que existieron en Grecia y en Roma, mostró unas formas particulares de democracia que existieron en la sociedad Iroquesa, que vivía en la región de los Grandes Lagos, en lo que hoy es la frontera entre los Estados Unidos y Canadá.
Era una democracia de las gentes, la llama él, o sea de lo que nosotros solemos llamar clanes, —gentes es el plural de gens—, había otras formas de democracia; ese concepto de democracia comenzó, y lo muestra Morgan, como lo han mostrado los historiadores, en las sociedades de clase. Mas tarde, los marxistas hablarían de que lo que hay que crear es una democracia popular, aunque desde el punto de vista de su sentido etimológico, pues es una redundancia, porque ya democracia quiere decir que es del gobierno del pueblo; recordemos que todos los países de Europa socialista eran democracias populares que los asiáticos se llaman así, la República Popular China, la República Popular de Vietnam etc.; es un tipo de democracia que no es la democracia de la burguesía y que, por supuesto, no es democrática para los burgueses. Marx aclara muy bien que es un poder despótico sobre las antiguas clases dominantes, o sea, no es una democracia para todos tampoco. Es posteriormente, plantea Marx, una vez eliminadas las clases, que podrá haber realmente esa democracia plena, en el sentido de que no sería solamente para unos pocos sino para el conjunto de los miembros de la sociedad, pero eso implicaría la eliminación de la burguesía y, por lo tanto, la autoeliminación del proletariado, porque Marx muestra que no pueden existir el uno sin la otra. No puede haber un sistema capitalista sin burguesía ni puede haber mucho menos un sistema capitalista sin proletariado, porque esas clases existen la una al lado de la otra. Son una unidad de contrarios, como diría Hegel.
Estudiante: ¿Cuál sería el papel en la revolución del lumpen-proletariado que Marx habla, sabiendo que es la gente que no tiene nada, debe tener un papel.
LG: Pues si existe, Marx dice que puede participar en la revolución, pero que hay un problema, que el lumpen-proletariado se vende; habría que ver si en países como el nuestro hay un sector social que se pueda asimilar a lo que era en la época de Marx el lumpen-proletariado; Marx lo que dice es que por su no propiedad, por no poseer nada, es en principio revolucionario, pero tiene el problema de que su forma de vida hace que se venda; y se vende a quien tiene con que comprarlo, a la burguesía.
Estudiante: Marx habla sobre la familia y dice que la familia que existe actualmente es la familia burguesa; al desaparecer el capital y al darse la revolución proletaria, desaparece este tipo de familia. ¿Qué tipo de familia propone el comunismo?
LG: No hay ninguna propuesta del comunismo. En las sociedades socialistas, —que además no fueron sociedades comunistas, estaban muy lejos de serlo—, sí hubo un cambio en las relaciones al interior de la familia; por ejemplo, la mujer con derechos patrimoniales, libre de la sujeción al hombre, sea el marido, el padre o el hijo mayor, como ocurría en China, el derecho al divorcio por solicitud de cualquiera de las partes, la socialización de muchas actividades domésticas, entonces éstas ya no estaban a cargo de la mujer ama de casa, y otras muchas medidas específicas de cada país, correspondientes a las condiciones en que se vivía. En china se prohibió la compra y venta de niñas, porque allá había una institución que se llamaba las “esposas-niñas”, sobre todo en el campo; cuando una niña nacía, el terrateniente iba y pagaba a los padres una cantidad para que cuando esa niña tuviera edad fuera su esposa; derecho al trabajo, remunerado y reconocido en las mismas condiciones que el hombre; y, cuando digo derecho, implica su contrapartida, que es la no obligación al trabajo doméstico, porque se podría decir que siempre ha tenido derecho al trabajo, pero lo que ha tenido es la obligación a una carga no asalariada ni reconocida, que es el trabajo doméstico.
Ha habido muchísimas discusiones al respecto. En la URSS hubo sectores de revolucionarios, especialmente mujeres, que plantearon algunas alternativas. La famosa Alejandra Kolontai planteó que la política que debería tener el gobierno soviético, era el amor libre, es decir la ruptura de la familia; propuesta que nunca fue aceptada por Lenin ni por los dirigentes, pero se planteó por muchos sectores que incluso lo practicaron. Hay una frase de Alejandra Kolontai que expone su criterio: “hacer el amor debe ser una cosa tan natural como tomarse un vaso de agua”; pero, Lenin era bastante conservador en el campo de la vida familiar. Lo política oficial planteaba que, así como Marx decía que no existía esa familia ideal que ensalza la burguesía, porque para que exista son necesarios la prostitución, el adulterio, etc. etc., había que eliminar la prostitución y el adulterio y hacer igualitarias las relaciones al interior de la familia.
Hubo una experiencia muy poco mencionada en los kibutz, recién fundado el estado de Israel, hace unos 50 años. Los kibutz fueron granjas colectivas, es decir, fue una experiencia rural. Una gran cantidad de la emigración judía que llegó a Israel durante la guerra escapando de los nazis, y que fue la base de la fundación de ese país, era gente que venía de la URSS y de países vecinos, que tenía una mentalidad socialista; entonces, crearon en Israel granjas colectivas que tenían un ideal de familia, que no era el oficial de la URSS. En los kibutz había trabajo colectivo en tierras que no eran propiedad de ninguna de las personas que vivía allí, la mayor parte de los cuales eran jóvenes, sino del estado, que era el organizador de la producción.
Respecto a la familia, había dormitorios colectivos y una vida colectiva común de hombres y mujeres; si un hombre y una mujer planteaban hacer una vida en común como pareja, podían hacerlo viviendo en esos dormitorios colectivos, pero podían querer tener un sitio para ellos, entonces se les entregaba una casa para que vivieran juntos, pero la comida, el lavado de ropa y otra serie de actividades se seguían realizando a nivel del kibutz; había miembros del kibutz, hombres y mujeres, cuyo trabajo durante una parte del tiempo era cocinar, lavar ropa, etc.; y otro tiempo les correspondía trabajo agrícola y los demás los remplazaban en estas actividades; cuando tenían hijos, estos iban también a los comedores y escuelas colectivos; si los padres querían criar a sus hijo en la casa, lo podían hacer, pero si no querían hacerlo, lo entregaban a la comunidad y había guarderías y otros sitios especializados para criarlo. Era el hijo de esa pareja, pero no era su hijo propio exclusivamente; era de la colectividad.
Esta experiencia duró algunos años, pero, cuando se consolidó el dominio del sionismo norteamericano sobre el estado de Israel, fue barrida porque tenía un fondo socialista y quienes tomaron el poder fueron los agentes de los grandes capitalistas judíos de los Estados Unidos. Cuando Ben Gurion tomó el poder, hubo una lucha interna por la eliminación de esa experiencia o su mantenimiento. Fue una lucha muy dura, en la cual hasta las familias se dividieron; porque en ellas había miembros que estaban de acuerdo en que se mantuvieran los kibutz y otros que estaban en contra; entonces, se pelearon entre hermanos, lo padres con los hijos, los tíos con lo sobrinos, etc., etc. Fue un gran desgarramiento el que se dio durante ese período, hasta que finalmente ganaron los que tenían el apoyo de los Estados Unidos, de Inglaterra, y eliminaron ese foco de socialismo.
Ha habido otras experiencias, como las comunas hippie durante los años 60. En el mundo ha habido experiencias que tienden a formas colectivistas; ninguna de esas experiencias novedosas ha buscado desarrollar de otra manera la familia nuclear; eso se buscó únicamente en la URSS, pero no hubo otras propuestas oficiales diferentes. En la comuna popular china hubo algunos experiencias parecidas en determinadas cosas a las de Israel, pero los núcleos familiares se mantuvieron.
Estudiante: Entre las medidas que han sido tomadas por los países, está la centralización del crédito y de todos los medios de transporte en manos del estado. Esa centralización del poder, o sea, el poder movido solamente por el estado, ¿no es contrario al concepto común y popular?
LG: Sí es contrario, hay una contradicción.
Estudiante: Entonces, ¿eso se tiene que abolir lo mismo, o sea, también va a haber otra lucha por ese poder, por quitar ese poder?
LG: Como la teoría plantea que el estado en las sociedades socialistas está en manos del pueblo, entonces todo lo que está en manos del estado está en manos del pueblo, por eso la propiedad estatal en las sociedades socialistas se definía ya como propiedad social; incluso, en China se planteó que la propiedad estatal era ya una forma de propiedad socialista; esa es la teoría.
Lo que mostró la propia sociedad China, y así se vio en su análisis, —lo mostró también la soviética, pero allá no se hizo ningún análisis—, es que esto no es algo automático. No es el pueblo como pueblo directamente el que está en el gobierno, sino que son unos representantes del pueblo, y entre ellos hay algunos que, aunque son elegidos por el pueblo, representan los intereses de la burguesía, porque esas son las ideas y propósitos que tienen en su cabeza. Entonces, utilizan el poder del estado en su beneficio personal y el de su grupo social; de ahí que uno de los objetivos de la Revolución Cultural China fue derrocar a los seguidores del camino capitalista que estaban dentro del partido comunista y del estado chino, porque el análisis de Mao mostró que muchos miembros de ellos tenían ideas burguesas, ideas capitalistas, y actuaban de acuerdo con ellas. La educación, al menos la universitaria, era para los hijos de esos dirigentes, y los hijos de los obreros y los campesinos tenían problemas para ingresar a las universidades. El arte representaba en escena los personajes favoritos de estos dirigentes
Por eso se planteó que era necesario hacer una nueva revolución en la revolución, o dentro de la revolución; siempre existe la posibilidad de que seguidores de las ideas burguesas tomen el poder. El hecho de que un comunista esté en el poder o de alguien sea militante del partido comunista, no significa que sus ideas cambien de la noche a la mañana y se transforme en otra clase de persona; además, en la sociedad socialista, y eso la diferencia de la sociedad comunista, siguen existiendo elementos capitalistas en la vida material; por ejemplo, las diferencias salariales, la propiedad privada de algunos medios de producción, aunque sea privada colectiva (una cooperativa es propiedad privada, no es una propiedad de todo el pueblo, como se decía que era la propiedad estatal; es propiedad privada, pero propiedad privada colectiva, es de un grupo, pero es no propiedad de quienes no forman parte del grupo; en nuestra sociedad hay cooperativas; existen otras formas de propiedad más amplias, las sociedades anónimas, las sociedades por acciones, que tienen mil, 150.000 accionistas; son formas de propiedad privada colectiva).
Estudiante: Marx, antes de morir, replantea una cuestión que habían escrito en El Manifiesto, sobre que el primer paso de la revolución obrera era conquistar la democracia. Dice que ya la lucha ha llegado a una fase, —mejor dicho, Engels escribe en un prólogo estas palabras de Marx después que éste ha muerto—, en que el proletariado no puede emanciparse de la clase que lo explota sin emancipar al mismo tiempo toda la sociedad; entonces, ¿en que situación queda el comunismo?, porque ellos mencionan que deben emancipar toda la sociedad y que no basta con estar por encima de la clase que los domina; pero, entonces, ya muerto Marx, ¿en qué condición queda el comunismo? ¿Cómo lograr esa emancipación de toda la sociedad? Tal vez la revolución cultural en China era una forma.
LG: Es la abolición de las clases la que emancipa al conjunto de la sociedad, pero eso no ha ocurrido en ninguna parte, entonces no se puede saber cómo va a darse. Marx y Engels no hicieron propuestas porque no querían pasar por pitonisas ni magos ni adivinos ni Mauricios Puertas.
Estudiante: Hablando de la familia, hay un fragmento que dice: "la familia plenamente desarrollada no existe más que para la burguesía; pero encuentra su complemento en la supresión forzosa de toda familia para el proletariado y en la prostitución pública"; no entiendo por qué la familia del proletariado tiene que ser un complemento de la familia burguesa. Después dice: "la familia burguesa desaparece naturalmente al dejar de existir ese complemento suyo y ambas desaparecen con la desaparición del capital"; no entiendo la relación entre la familia de la burguesía y la familia proletaria.
LG: Eso es más complicado y largo de explicar, pero es una relación que se deriva de la relación que hay entre burguesía y proletariado en el conjunto de la sociedad: son clases que se oponen, pero que se complementan, en el sentido en que ninguna puede existir sin la otra. Lo mismo ocurre con esas dos formas de familia; habría que analizar El origen de familia, la propiedad privada y el estado, de Engels, para entender eso en forma completa.
De todas maneras, para no tomar sino uno de los ejemplos que se plantea en ese texto, en la época de Marx, la materia prima para la prostitución la suministra en lo fundamental el proletariado; entonces, una clase cuyas mujeres se ven obligadas a prostituirse para sobrevivir, ¿cómo puede responder al mismo tiempo al ideal de familia que la burguesía plantea? Por otra parte, sin que haya quedado muy clara la explicación, se muestra que ese ideal de familia sólo puede darse si se mantienen como contrapartida la prostitución y el adulterio. La prostitución, al mismo tiempo que impide que ese ideal de familia exista y se desarrolle en el proletariado, suministra el desfogue que posibilita que se mantenga el ideal de familia unida monógama.
Lado B
Hay prostitución y adulterio de hecho; el hombre, aunque tiene una sola esposa, que es el tipo de familia legal, tiene muchas mujeres con las cuales no conforma familia, —como sí ocurría en otros tipos de sociedad anterior, en donde había poligamia, o sea, un hombre con varias esposas que hacían parte de su familia, fuera viviendo todas en la misma casa, o en casas distintas, pero era una familia. En cambio, en la sociedad capitalista, que es monógama, las mujeres diferentes de la esposa oficial, no conforman familias legalmente reconocidas. En la pocas sociedades, —no se sabe si hubo otras en épocas anteriores—, en donde se conoce la familia de una mujer con varios hombres, también esos varios hombres y la mujer hacen parte o constituyen una familia legalmente reconocida. Pero, no es lo que ocurre en nuestra sociedad, al menos según Marx y Engels.
Estudiante: Se plantea una crisis dentro de todo el sistema económico y de producción y comercial ¿cómo se produce esa crisis, qué productos quedan y cómo esas desestabilizan el sistema?
LG: Marx se refiere aquí a las crisis de sobreproducción, aunque hay también otras, como las de dinero, que ha tratado de controlar el Fondo Monetario Internacional; lo crearon para evitar las crisis de dinero o de contracción del crédito, como lo que está viviendo ahora Colombia. Pero el interés de Marx en este texto son las de sobreproducción, que tienen una de sus causas en problemas del mercado. El objetivo del capitalismo es producir cada vez más, porque mientras más se produce, más capital se acumula; pero la producción está relacionada con el mercado; si la producción crece y el mercado no, o la producción crece y el mercado decrece, o la producción crece y el mercado crece menos, resultan más productos de los que se pueden colocar en el mercado; eso genera una crisis porque la inversión hecha en producir esos productos se convierte, como diría Marx, en trabajo muerto, no produce ninguna utilidad.
También puede saturarse el mercado por otros factores. Bien porque están satisfechas las necesidades de un determinado producto, aunque esto no suele ocurrir con los de primera necesidad, pero sí con otros, por ejemplo, a causa de la moda. Bien porque los costos de producción sobrepasen ciertos niveles y, entonces, los precios se eleven por encima de la capacidad de compra de la gente; entonces, hay la necesidad y los productos, estos pueden ingresar en el mercado, pero no hay quien los compre a causa de esos precios y, si se bajan, ya no dejan suficientes ganancias. Los economistas han dedicado mucho tiempo al estudio de las crisis, desde la época anterior a Marx; incluso, los economistas políticos ingleses, especialmente Ricardo, hicieron un estudio de esas crisis; pero hoy hay condiciones nuevas para ellas.
Estudiante: Pero, a partir de esa sobreproducción, entre los dos elementos que se intervienen: la fuerza de trabajo y los factores de producción, hay uno que adquiere más fuerza, a partir de que el otro va a perder un poco de fuerza, de poder.
LG: No necesariamente; cuando hay una crisis de sobreproducción, una de las cosas que se hace es restringir o detener la producción, y si esto se hace, toda la gente que estaba vinculada como fuerza de trabajo queda cesante, pierde poder de compra y se contrae mas el mercado, lo que aumenta la sobreproducción. Pero la gente que quedó por fuera, no está cogiendo fuerza, al contrario, se está debilitando; o, al menos, no necesariamente va a tomar más fuerza.
Estudiante: Se sabe que la mujer en el sistema capitalista no es más que un instrumento de producción. Y que en el matrimonio viene a formar parte de una comunidad de esposas, según Marx; entonces, para él, ¿qué papel vendría a jugar la mujer dentro del comunismo?
LG: Marx nunca dijo nada de eso. La mujer también es fuerza productiva, lo mismo que los hombres; analizó lo que ocurría con ella en el capitalismo, pero nunca fue más allá en predicciones de lo que dice ahí.
CASETE 8
JUEVES, FEBRERO 24 DE 2000
Lado A
Carlos Marx y Federico Engels: El Manifiesto del Partido Comunista.
Estudiante: ¿El comunismo típico se parece a la socialdemocracia de hoy?
LG: Lo que se llama socialdemocracia engloba muchas de cosas, algunas que son semejantes entre sí y otras que difieren; pero muchos de los elementos e ideas que aparecen en esas corrientes, en esos partidos que analizan Marx y Engels, —aunque, como escribe Engels en uno de los prólogos, ya desaparecieron, ya no tienen ninguna presencia en Alemania ni en ninguna parte—, se mantienen porque los grupos sociales que las fundamentaron y originaron en esa época subsisten en la sociedad actual; algunos con menor importancia. Así pasa con los grupos feudales, que en la época en que se escribe El Manifiesto, en lo fundamental todavía tienen el poder en Alemania, según Marx y Engels, por eso dicen que Alemania está al borde la revolución burguesa, de la toma del poder por la burguesía. Hoy, excepto en algunos pocos países, ya no tienen ninguna posición dominante, ya no son la clase social que determina la sociedad. El campesinado continúa existiendo, así como algunos grupos de lo que Marx llama las capas medias, por ejemplo, la pequeña burguesía urbana o la rural, o sea, los campesinos ricos; todavía existen y juegan algún papel en el mundo. Entonces, mientras esos grupos sociales existan, las ideas que corresponden y que recogen sus intereses todavía se mantendrán, aunque con formas distinta; es posible que reciban otras denominaciones. Entonces, hay algunos grupos o partidos de la socialdemocracia que recogen unos principios del llamado socialismo crítico y coinciden en plantear una salida sin revolución, manteniendo el mismo esquema general de clases en la sociedad; simplemente cambiando algunas cosas o introduciendo algunas reformas.
Estudiante: Marx habla de que el discurso del socialismo francés se trasladó a Alemania y lo que hizo fue cambiar de nombre algunas cosas pero se quejaba de que aunque esos discursos se habían llevado a Alemania, no se habían traído las condiciones sociales que habían sido la base para que el socialismo francés se diera; simplemente se había hecho un traslado del discurso, por un lado, y, por el otro, alguna gente dice que el problema de los países socialistas que no pudieron realmente llegar a ser realmente comunistas porque históricamente no tenían un desarrollo del capitalismo y, precisamente, las ideas de Marx eran aplicables para el capitalismo desarrollado. ¿Hasta qué punto en un país como este se dan las condiciones para que se pueda traer ese tipo de teorías, de concepciones, y se puedan trabajar aquí?; y, por el otro lado, ¿hasta qué punto las personas que se dicen socialistas, marxistas, en Colombia, se han dedicado simplemente a traslapar un discurso sin haber trabajado, sin haber tratado de reformarlo, de adecuarlo, de discutirlo, desde la realidad nuestra?
LG: Ahí hay muchísimas preguntas. En primer lugar, el de Marx es un análisis para el capitalismo y expone los principios esenciales, las contradicciones fundamentales y las leyes que rigen el sistema capitalista; en ese sentido, es válido para cualquier país en donde haya relaciones capitalistas; en segundo lugar, de acuerdo con lo que Marx plantea en El Manifiesto, el capitalismo tiene tendencia a convertirse en un sistema mundial, en lo que hoy se llama globalización; entiendo que algunos creen que es un fenómeno completamente nuevo, que ha cambiado la historia y que permite hablar de postcapitalismo o de postmodernismo. De ahí que Marx plantee que el proletariado no tiene patria, no está circunscrito a los estrechos límites de una nación, aunque su acción se debe desarrollar inicialmente allí, en un enfrentamiento con la burguesía de su propia nación. Esta tendencia conduce a que desde hace mucho tiempo, aún los países en donde existen relaciones de producción de otros modos de producción diferentes del capitalismo hagan parte del sistema capitalista mundial o, como la llamó Lenin desde fines del siglo pasado, de la forma imperialista del capitalismo; en este sentido, los planteamientos de Marx son válidos
Sin embargo, en la aplicación de esos planteamientos generales y de esas concepciones generales, hay cosas que no son válidas en estos países o que no lo son en la misma forma o que no lo son en este momento. Por ejemplo, el papel del campesinado. Marx es muy explícito en El Manifiesto en plantear que el campesinado es una clase reaccionaria, aunque haya momentos y situaciones en las que puede participar en la revolución; pero su objetivo, en el sentido histórico, no es revolucionario sino regresivo; Marx dice que el campesino no busca ir hacia adelante sino regresar al pasado. En la década de los años 50, especialmente la Revolución China, y en general las revoluciones asiáticas, mostraron que en las condiciones de esos países el campesinado era una clase revolucionaria, aunque no en forma aislada, aunque no con independencia de las ideas que guiaran su participación en esa revolución; esto es un cambio, dado por las condiciones de esos países, en las concepciones de Marx. El papel de otras capas de la población también presenta en algunas regiones, en algunos países, cambios respecto a lo que planteara Marx; igualmente ha habido transformaciones en la fuerza de trabajo, que han llevado a algunos a decir que en las condiciones de la posmodernidad el trabajo no es el eje ni el centro de la revolución.
Es claro que Marx consideró durante su vida, sobre todo en El Manifiesto, que el comunismo era para los países que tenían un desarrollo capitalista avanzado, es decir, que habían alcanzaron un desarrollo de las fuerzas productivas que constituían la base material del comunismo, una socialización o colectivización de esas fuerzas productivas que dieran la base para una revolución. A finales de la vida de Marx, en algunos artículos, surgen observaciones que tienen en cuenta los cambios ocurridos a raíz de la mundialización del capitalismo, aunque él no alcanzó a ver la consolidación de esta como una etapa especial de desarrollo del capitalismo, como sí lo vio Lenin, que consideró que el imperialismo era la etapa superior y última de desarrollo del capitalismo. En los años setenta del siglo pasado, faltaban 30 años de desarrollo capitalista en Europa hasta llegar a la condición que conoció Lenin; pero aún así, Marx, a finales de su vida, hace observaciones puntuales, no muy amplias, generalmente en artículos o en documentos de la Asociación Internacional de Trabajadores, en donde anota, no solamente el papel de la lucha campesina en los países colonizados, sino inclusive el efecto que esa lucha podía tener sobre las metrópolis capitalistas. Por ejemplo, en el momento en que se daban la Revolución de los Bóxers en China, los levantamientos en la India, una fuerte lucha en Irlanda (que era colonia inglesa; la mitad de ella aún lo es), Marx escribe un artículo en donde plantea que el destino del capitalismo en Inglaterra, en ese momento, parece depender más de lo que estaba ocurriendo en las colonias que de la acción misma de la clase obrera en Inglaterra; aunque seguía pensando que Inglaterra era el país de la revolución, consideraba que en ese momento, —era una especie de hipótesis y por eso decía "parece"—, el destino de la revolución inglesa estaba decidiéndose, más que por la lucha de los trabajadores ingleses, por las luchas anticoloniales, antibritánicas de las colonias inglesas.
Lenin desarrolla una teoría compleja para las condiciones del imperialismo, en la cual examina ya el sistema capitalista como un sistema mundial y plantea teóricamente, por primera vez, —frente a objeciones de sectores como los mencheviques dentro del propio Partido Comunista ruso, que en esa época no se llamaba comunista—, la que se llamó "teoría del eslabón más débil", diciendo que ya no se puede considerar el capitalismo sólo a nivel nacional, o sea, el capitalismo inglés, el capitalismo alemán, el capitalismo francés, el capitalismo norteamericano (al que otros no dan todavía suficiente importancia), sino que hay que tomarlo como sistema imperialista mundial, como consecuencia de lo cual la revolución se ha convertido en revolución proletaria internacional y su blanco de lucha es el capitalismo como sistema mundial imperialista; y agrega que ese sistema se rompe por lo que llamó el eslabón más débil; eslabón que, en ese momento, era el imperio zarista. Sobre esa base planteó la posibilidad de una revolución socialista en Rusia, pero, como se trata de todas maneras de una cadena, para que se pudiera consolidar esa revolución en Rusia, para que pudiera avanzar en el camino de construir el socialismo, tenía que ser seguida por otras revoluciones que finalmente colapsaran el sistema capitalista mundial. Es diferente a la idea de Marx, para quien no era posible construir el comunismo sino con base en un derrocamiento del sistema capitalista a nivel mundial.
Todavía en los años veinte, la tarea de la Internacional Comunista, que se funda con base en la revolución rusa, es hacer la revolución en todo el mundo y, en ese momento, se plantea hacerla en Alemania y en Austria-Hungría, que en esa época era un sólo país, más que en Inglaterra. La revolución austrohúngara fracasa; hay un levantamiento, una insurrección, que es derrotada; luego cae vencida la revolución alemana y se aleja, en términos reales, la perspectiva, en esos momentos, de una revolución mundial en los países vecinos a Rusia. Se desarrolla entonces en la Unión Soviética una gran discusión entre los teóricos del partido qué corresponde hacer en la Unión Soviética, puesto que no está próxima la revolución mundial. Algunos plantean que hay que tomar el camino de desarrollar las fuerzas productivas y mantener la Nueva Política Económica, implantada por las necesidades de la guerra, o sea, devolver un cierto papel al mercado y a algunos sectores de la burguesía, de todas maneras bajo el control del gobierno revolucionario, es decir, avanzar en un desarrollo democrático y no socialista. Finalmente, —y esto coincide con la muerte de Lenin, por lo que es imposible saber qué camino habría tomado éste—, bajo la dirección de Stalin se desarrolla lo que se llamó la teoría del socialismo en un solo país, es decir que, a diferencia de lo que planteaba Marx, sí es posible construir el socialismo, —no el comunismo todavía, pero sí el socialismo—, primero, en un solo país y no a nivel mundial y, segundo, en un país atrasado, en el sentido del escaso desarrollo de sus fuerzas productivas, como la Unión Soviética.
No sabemos si teóricamente Stalin tenía razón o no; pero es claro que en la realidad no fue posible construir el socialismo ni en un solo país ni unos cuantos países aislados,— por aislados quiero decir inmersos en un mundo que en lo fundamental seguía siendo capitalista. Quizás sea posible interpretar lo que ocurrió con el campo socialista en términos de una validación de la teoría de Marx, es decir, que efectivamente no había un desarrollo de las fuerzas productivas ni un desarrollo del capitalismo suficientes para comenzar a consolidar un sistema socialista de manera definitiva. Aún así, como resultado de todo este período de revoluciones, los países socialistas, especialmente aquellos que tuvieron un poder revolucionario durante más tiempo, salieron de la condición de atraso en que se encontraban en el momento del triunfo de la revolución; hoy son países capitalistas modernos; lo es Rusia, lo es China; no están al mismo nivel de los Estados Unidos, pero sí al nivel de Alemania, de Francia, etc. en muchas cosas.
Estudiante: ¿No es una contradicción hacer una revolución para llegar a ser capitalista; pues la idea era ser socialistas y después comunistas? China tiene unos niveles de crecimiento impresionantes, casi que en una década ha duplicado sus mercados, el consumo, etc.; pero se consolida como un país capitalista.
LG: Parece que no hubieran estudiado el texto de Mao sobre la contradicción. En sus preguntas, cuando tienen una preocupación, dicen: "¿pero no es una contradicción?" El marxismo es la teoría de la contradicción; ese es el de la dinámica histórica. Según el marxismo, no hay un desarrollo lineal: la visión de que la historia marcha siempre hacia adelante en una dirección fija es del evolucionismo unilineal. Al contrario, el marxismo plantea, y Mao lo dijo explícitamente, que la historia avanza en zig zag, con avances y retrocesos; siempre hay una contradicción entre lo viejo y lo nuevo, y hasta cuando esa contradicción se resuelva, siempre se dará, de acuerdo con las circunstancias y con las fuerzas en lucha, un predominio de lo nuevo o de lo viejo. Mao dijo, y lo hizo después de 20 años de revolución en China y de lo que había transcurrido de revoluciones en todo el mundo, que aún no se había resuelto el problema de quién vencería a quién, si la burguesía o el proletariado, si el capitalismo o el socialismo; y ese problema no se había resuelto, ni siquiera en los países socialistas, o sea, no lo estaba planteando a nivel mundial porque era obvio, sino que al interior de esos países no se había resuelto; eso quería decir que en determinados períodos, que en determinadas etapas, podría volver la burguesía a retomar el poder.
Lado B
En la Unión Soviética de los años 50 y 60 se creyó que el problema estaba resuelto y que el socialismo era irreversible; de la misma manera que en China se creyó erróneamente, hasta el año 65, que ya los comunistas estaban consolidados en el poder y que el problema estaba resuelto. Se trató de hacerlo, pero el esfuerzo no fue suficiente para decidir esa contradicción. Ahora es el capitalismo el que está convencido que el problema se resolvió a favor suyo y que se convirtió en un sistema inamovible, eterno; pero no es así, se trata solamente de otra etapa en esa contradicción y, mientras ésta exista, uno u otro término puede predominar; en este momento está predominando de nuevo el sistema capitalista.
Cuando se revisa la historia, es posible darse cuenta que en la lucha de la burguesía y el capitalismo para convertirse en las fuerzas predominantes en el mundo, se dieron también esos períodos. Las primeras revoluciones burguesas en Francia, en Alemania, en Inglaterra, cayeron. En un momento fueron derrocadas las fuerzas feudales, cuya forma política eran las monarquías, y luego hubo lo que se conoce como períodos de restauración de las fuerzas feudales en el poder; y se restauraron también las monarquías después de que se habían implantado repúblicas. A través de estas idas y venidas, la burguesía se consolidó finalmente, y las formas de poder político burgués, como la república o la monarquía parlamentaria, se consolidaron.
En la actualidad, la contradicción entre las fuerzas feudales y la burguesía está resuelta a favor de la burguesía en los países capitalistas más desarrollados, pero la pugna duró casi 400 años, pues los primeros levantamientos burgueses en Europa ocurrieron en los siglos XII a XIV. En España ya había asomos de desarrollo capitalista en las regiones que estaban bajo control de los moros; por eso, la reconquista fue una regresión a la feudalidad, porque el eje del desarrollo moderno estaba en las zonas controladas por los árabes; cuando los reyes católicos derrotan a los árabes, derriban el poder de los califas en Granada, en Sevilla, en todo el sur de España, sobreviene una regresión desde formas sociales, económicas y políticas modernas, avanzadas, muchas de ellas capitalistas, hacia la feudalidad. La reconquista fue la base que convirtió a España en el país más atrasado de Europa, y contribuyó finalmente a que España, después de ser el mayor imperio del mundo, cayera derrotado por Inglaterra; y llegara a las condiciones que se encuentra hoy. Excepto algunos de los países que fueron socialistas, España es el país más atrasado de la comunidad europea, y las bases de ese atraso hay que buscarlas en la reconquista, que permitió retornar al predominio del feudalismo frente al capitalismo.
Marx consideraba que en la India el desarrollo capitalista era resultado de un proceso de conquista y colonización inglesa; y lo mismo sucedía en España, como resultado de la ocupación árabe; la reconquista, con la consecuente expulsión de los árabes, fue un retorno de la feudalidad al poder; y eso marcó a España, hizo que no pudiera utilizar la gigantesca cantidad de riquezas que extrajo de América para colocarse a la cabeza del desarrollo económico en el mundo, pues se eliminaron las condiciones económicas, políticas y sociales para que eso ocurriera. En ello también incidió la derrota de los judíos, que estaban pasando del atesoramiento a la conversión de sus tesoros en capital, que estaban transformando el capital usurario en capital comercial, primero, y en capital mercantil, luego, para avanzar hacia el capital industrial. Moros y judíos fueron barridos, y se perdieron las bases materiales que hubieran permitido que las riquezas sacadas de América se hubieran convertido en capital en España. Al contrario, este país se convirtió en un puente por donde fluyeron esas riquezas hacia Inglaterra, hacia los Países Bajos y hacia otros países de Europa, que de esta manera recibieron un gran impulso, como lo plantea Marx en el texto, con base de la conquista y la colonización de América y el establecimiento de rutas permanentes de comercio con el Asia. España realizó todo esto, pero no lo aprovechó porque el feudalismo no podía hacerlo; entonces, la riqueza circuló por España y fue a dar a los países en donde la revolución burguesa se había consolidado, al menos parcialmente; así, las riquezas arrebatadas a España por los piratas y las guerras, pero también a través del comercio, contribuyeron al desarrollo capitalista, sobre todo en Inglaterra y en los Países Bajos.
Hay, pues, un subir y bajar de la balanza al vaivén de la fuerza que tiene más peso en esa contradicción en un momento dado, que constituye el eje de la dinámica de los procesos históricos, según la concepción de Marx. Mao diría que el hecho de que haya contradicciones no es una cosa mala sino una cosa buena, porque donde no hay contradicción hay estancamiento, porque la contradicción es el motor del desarrollo, del cambio, de la transformación. Entonces, sí hay una contradicción entre lo que querían los revolucionarios y lo que consiguieron, tema que es objeto de debate; quizás lo que se muestra es que Marx tenía razón, que no había condiciones para que un país construyera el socialismo solo, por el bajo desarrollo de las fuerzas productivas.
Por otra parte, los chinos, a partir del año 65, desarrollaron una crítica de la llamada "teoría de las fuerzas productivas" que se había dado en la Unión Soviética; pero ese no era sólo un problema de la Unión Soviética, sino que también estaba presente en Marx; los chinos no dicen que fue un problema de Marx, sino de la Unión Soviética; Marx escribe en El Manifiesto una apología del desarrollo de las fuerzas productivas realizado por la burguesía, que es que el himno más grande al poder de la burguesía; ningún burgués ha escrito una apología igual de lo que la burguesía consigue en la transformación de las fuerzas materiales. En ese aspecto, Marx admiraba a la burguesía, y llega a justificar el colonialismo inglés y las atrocidades que estaba cometiendo en la India, porque estaba rompiendo la inmovilidad del modo de producción asiático y poniendo a la India en el camino del progreso. Marx creía en el progreso, tenía una concepción muy occidental del progreso; de ahí que la base de la teoría de las fuerzas productivas esté en Marx y no en la Unión Soviética, aunque allí se aplicó.
Las fuerzas productivas contienen dos elementos: por un lado, los medios de producción; por el otro lado, la fuerza de trabajo; así se establece en los manuales que abomina tanto Borón y, como él, los intelectuales de hoy.
Esos manuales son buenos, aunque no es bueno quedarse sólo en ellos; los manuales son vehículos para divulgar, para generalizar, para tener una primera base, pero sobre esa base luego hay que estudiar, ya no los manuales, sino las obras clásicas, los textos completos, no las esquematizaciones o las simplificaciones; los manuales son buenos, si uno no se queda sólo en ellos; el problema no es el manual, sino cómo se usa. Se podrían usar manuales en este curso, pero el departamento no lo permite, pues establece que en las teorías hay que ir a las obras de los autores y no a los textos de divulgación; o sea, que hay que leer a Marx, a Levi-Strauss, etc. Los manuales ayudan muchísimo en el proceso de comprensión, pueden suministrar una base sobre la cual se puede entender mucho más con claridad.
En Marx nunca se va a encontrar que diga que las fuerzas productivas están constituidas por los medios de producción y la fuerza de trabajo; eso lo dicen los manuales; entonces, cuando yo doy esa definición, me estoy refiriendo a un manual. Lo que aparece en El Manifiesto, y lo que se veía en la Unión Soviética, según los chinos, es que la teoría de las fuerzas productivas lo que hace es enfatizar los medios de producción, la ciencia, la tecnología y la maquinaria. Así se hizo no solamente en la Unión Soviética sino en China hasta el año 65, pero sobre todo hasta el año 58, en el momento en que se planteó el Gran Salto Adelante; se decía que había que modernizar a China y modernizarla era desarrollar los medios de producción, que es lo que se está planteando de nuevo ahora, que es la política que sigue el Partido Comunista Chino, importar tecnología y maquinaria.
Es lo mismo que se hizo aquí con la apertura económica en el gobierno de Gaviria; o sea, no tenemos una industria desarrollada, no tenemos ciencia, no tenemos tecnología y si esperamos a desarrollarla nosotros mismos, nos va a coger el año 3000 y no lo hemos hecho, entonces, que vengan de afuera.
A partir del año 58, pero sobre todo durante la Revolución Cultural Proletaria, Mao planteó, en una frase muy sencilla, que "lo importante es el hombre, no las cosas" y, para el caso de las fuerzas productivas, lo importante es la fuerza de trabajo y no los medios de producción. Esto no quiere decir que los medios de producción no tengan ninguna importancia, pero no son lo fundamental, no son lo que determina el desarrollo de las fuerzas productivas; en China plantearon, a diferencia de lo que se dio en la Unión Soviética y de lo que creía Marx, que lo que determinaba el desarrollo de las fuerzas productivas era el desarrollo de la fuerza de trabajo; desarrollo que se concibió, no en cantidad, o sea, no se trataba de que hubiera más fuerza de trabajo, de que creciera numéricamente el proletariado, aunque era importante que creciera numéricamente; tampoco era lo más importante que ese proletariado, además de crecer numéricamente, estuviera cada vez más capacitado, hubiera estudiado más, supiera más de maquinaria, de física y otras cosas, aunque eso también era importante; lo que era importante eran las ideas, la concepción del mundo, la conciencia. Mao planteaba que el criterio para el desarrollo de la fuerza de trabajo era el de ser rojo y experto, como él decía, o sea, había que tener ideas revolucionarias, pero también había que ser un experto, una persona capacitada. En ese sentido, la Revolución Cultural tenía, entre otros objetivos, el de desarrollar las fuerzas productivas, pero basándose en el desarrollo de la fuerza de trabajo con el criterio de ser rojo y experto; es eso lo que posibilita, no que se construya el comunismo en un sólo país, pero sí que se pueda avanzar en el proceso de construcción socialista. Todo esto quiere decir adecuación de las concepciones generales, no sólo las de Marx sino las del Partido, a las condiciones de cada país en cada época, es lo que algunos en occidente han llamado "chinización del marxismo" o, como dicen por ahí algunos intelectuales de izquierda pero un poco racistas, es el marxismo de ojos rasgados, cuando además todos los chinos no tienen los ojos rasgados.
Estudiante: Acerca del sistema fordista de producción, ¿cómo ayudó en el avance de los Estados Unidos y por qué no lo aplicaron en la Unión Soviética a principios de siglo?
LG: Sí se aplicó en la Unión Soviética, y no solamente en la Unión Soviética de principios de siglo, sino en los años 50 en los países socialistas de Europa; no el fordismo en su conjunto, pero sí algunas cosas, por ejemplo, en la llamada emulación socialista y en los procesos de organización de la producción en serie. Hubo otras cosas que se aplicaron, para no hablar sólo de fordismo, como la idea del desarrollo industrial desarrollando prioritariamente la industria pesada en detrimento de la industria liviana, la ciudad en menoscabo del campo, la producción de medios de producción en lugar de bienes de consumo, etc., por supuesto, no como sistema global; son ecos de los sucesivos paradigmas del desarrollo del capitalismo que se iban dando en occidente y parcialmente se reflejaban en la Unión Soviética.
Estudiante: ¿Quiénes son proletarios y quiénes no lo son?, ¿el campesino es proletario?
LG: No. Los peones agrícolas son proletarios; pero campesino, desde el punto de vista del marxismo, es el que tiene propiedad de la tierra, mientras que proletario es el que no es dueño de ningún medio de producción; un zapatero, que posee sus herramientas de trabajo, no es proletario sino artesano. Sin embargo, hay una diferenciación interna dentro del campesinado; el campesinado no es una clase social, hay varias clases sociales en su interior; existen los campesinos ricos, aquellos que tienen suficiente tierra, que les permite y les hace necesario contratar mano de obra para poderla producir; hay campesinos medios, aquellos que tienen la tierra suficiente para producir y suficiente mano de obra en su familia para trabajar esa tierra, por lo cual no contratan mano de obra; hay, finalmente, campesinos pobres, aquellos cuyas tierras no les son suficientes para vivir, entonces tienen que complementar su ingreso vendiendo parte o durante una parte de tiempo su fuerza de trabajo a cambio de un salario; también existen los peones agrícolas, que son proletarios; aunque vivan en el campo, no son campesinos, porque no tienen ninguna propiedad de la tierra; hay campesinos pobres que durante cierta época del año se convierten en peones agrícolas; ésta es la clasificación china.
Lenin, a estos campesinos pobres no los llamó campesinos pobres sino proletarios con nadiel; el nadiel era una pequeña parcela que no era suficientemente grande para vivir de ella. Sin embargo, no es lo mismo, y eso es importante, hablar de un campesino pobre que tiene que vender parte de su fuerza de trabajo, que hablar de un proletario que tiene todavía una pequeña parcela de tierra que cultiva. La diferencia radica en cuál de las dos cosas es la que determina la subsistencia de esa persona. Si lo principal de su subsistencia lo obtiene de la parcela, es un campesino pobre que vende parte de su fuerza de trabajo, pero si lo fundamental de su subsistencia viene del trabajo asalariado, es un proletario con nadiel. Acerca de la categoría de campesinado hay polémicas, discusiones y definiciones. Durante mucho tiempo fue clásica la teoría de Chayanov.
Estudiante: El lumpen-proletariado, ¿qué es?
LG: La dificultad que hay en la caracterización del lumpen- proletariado es el empleo de la palabra proletariado, porque evidentemente no es proletario; es la gente que realmente no pertenece a ninguna clase social; por supuesto, no tienen propiedad y por lo tanto no son burgueses ni pequeño burgueses ni terratenientes ni campesinos ricos ni campesinos medios, ni siquiera son campesinos pobres; pero tampoco son proletarios porque no están vinculados a la producción por un salario, eso según la concepción clásica de Marx. Pero como Marx tiene la categoría general del proletario para aquel que no posee ningún medio de producción, por eso se refiere todavía a ese sector social llamándolo proletariado, pero es un proletariado que ha hecho de actividades que no son productivas su modo de vida: la mendicidad, la delincuencia, etc.; además, como consecuencia, tienen unas condiciones de vida degradadas, como las analizó Engels en su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra. Hay quienes analizan a los ñeros y consideran que hay tres categorías: los desechables, los que delinquen ocasionalmente y aquellos que, aunque no delinquen, parecen ñeros por su forma de vida; esas categorías se manejan en los barrios, y aparece toda una serie de capas y subcapas dentro de esos sectores sociales.
Hay un texto de Víctor Gaviria, El pelaito que no duró nada……(Hay una interrupción en la grabación).
CASETE 9
JUEVES, FEBRERO 24 DE 2000
Lado A
Carlos Marx y Federico Engels: El Manifiesto del Partido Comunista.
y el pelao, que es el personaje, no aparece por ninguna parte, porque el libro se hace después que lo mataron; son los de su pandilla hablando de él. Repensando esa obra en términos de categorías, se encuentran distinciones que no se perciben como diferencias sociales, pues no se sabe si se trata de una generalidad o de casos particulares. Con base en el concepto de ñero y sus tres clases, se encuentra que lo que parece un problema de individuos diferentes, corresponde en realidad a categorías sociales, a diferenciaciones que hay en el interior de esos grupos, y además, que hay una afluencia y una movilidad entre esas categorías. Entre la Calle del Cartucho y los jóvenes de Ciudad Bolívar o de las comunas de Medellín hay diferencias muy grandes, sin embargo, la gente de estos barrios los piensan como capas dentro de una misma categoría social.
Estudiante: ¿Las esposas de los proletarios son proletarias?
LG: Excepto en los cuentos de hadas o en las telenovelas, sí.
Estudiante: Pero si no trabajan...
LG: Hay aquí una trabajadora social que puede hablarnos de eso. En primer lugar, una de las características de la llamada época posmoderna es la incorporación de la mujer proletaria y de clase media a la fuerza de trabajo; entonces, no es válida la afirmación de que las esposas de los proletarios no trabajan.
Estudiante: Pero si no trabajan, no son proletarias.
LG: Por supuesto, hay muchas que no trabajan asalariadas, por lo cual su trabajo no se reconoce socialmente, pero basta ir a la casa de cualquier proletario para darse cuenta de si sus esposas, que no tienen un trabajo remunerado, trabajan o no trabajan. En El Manifiesto, Marx plantea es importante el proceso de reproducción de la fuerza de trabajo; reproducción que ocurre en varios niveles: el primero, los obreros, como la mayor parte de los seres humanos, mueren, y lo hacen antes que otros sectores de la población y, por lo tanto, deben ser reemplazados; y son las mujeres las que conciben y dan a luz, es decir que son ellas quienes producen el reemplazo de aquellos integrantes de la fuerza de trabajo que van muriendo.
En segundo lugar, no basta con nacer para ser gente y para serlo en una determinada sociedad; además, para poderse desempeñar en las distintas actividades dentro de los procesos de trabajo, son necesarios los llamados procesos de socialización o, como los llaman en antropología, los procesos de endoculturación; el elemento inicial que sienta las bases en el proceso de convertir los niños que nacen en obreros, es la mujer, por lo menos durante los primeros cinco o seis años con alta dedicación y, posteriormente, durante varias horas al día por más tiempo.
La tercera forma de reproducir la fuerza de trabajo que, además de ese desgaste definitivo que ocurre cuando se muere, tiene un desgaste cotidiano, que se expresa cuando después de una jornada de trabajo el obrero está cansado porque ha consumido su energía. Entonces, la fuerza de trabajo, para poder reproducirse y existir, para funcionar todos los días, necesita de unas condiciones que se lo permitan: comer, comida que le prepara las mujeres; vestirse, con vestidos que, al menos, remiendan y arreglan las mujeres; reproducirse, y esa reproducción se da, como ya hemos visto, en, con y a través de las mujeres; descansar, y es la mujer la que crea unas condiciones mínimas, hasta donde es posible, para que el trabajador pueda descansar en su casa y no tenga que llegar a seguir trabajando, como sí ocurre con las mujeres que trabajan y tienen doble jornada, una en la empresa o en la casa donde son sirvientas y otra en sus propias casas; son ellas quienes recomiendan a sus hijos: "cállese que su papá vino muy cansado", "no moleste a su papá que está muy cansado", "deje dormir a su papá"; ella misma apaga el radio, se queda callada, regaña a quienes hacen ruido en el exterior.
Es decir, que su trabajo es fundamental en cualquier sociedad y se centra, aún cuando se quede en la casa, en reproducir la fuerza de trabajo; es trabajo necesario aunque no tenga un empleo remunerado ni permanente ni por días; por eso es proletaria. Si además de tener empleo tiene que cumplir esas funciones, es doble proletaria, es más que su marido; es dos veces proletaria, una, como él, en su empleo remunerado y otra, a diferencia de él, en esta actividad de trabajo que produce y reproduce la fuerza de trabajo. Porque la fuerza de trabajo es producida, no se genera espontáneamente en el organismo del obrero si no hay ese proceso de reproducción, si no hay las condiciones para que se efectúe.
Pero, la burguesía no paga a la esposa del proletario el trabajo que hace para él, —porque él es el que emplea la fuerza de trabajo que ella produce y reproduce—, a diferencia de lo que ocurre con el obrero, a quien le paga una parte del gasto de su fuerza de trabajo, mientras deja de pagarle otra parte, que es la plusvalía. Para la mujer, la plusvalía abarca la totalidad de su trabajo, puesto que no se le paga ni todo ni en parte. Todo su trabajo es apropiado indirectamente por los capitalistas. Al obrero, el capitalista le remunera una parte y se queda con otra parte sin darle ninguna remuneración; para el caso de la mujer, el capitalista se queda con el 100% de su trabajo, sin remuneración, excepto cuando el trabajador gana lo suficiente para dar de comer a su mujer, para comprarle ropa, etc., situación que no es general, aunque en algunos casos, en algunas empresas y en algunos sectores del proletariado se presenta; en cuyo caso, ella es proletaria por extensión. En la medida que el salario que el obrero recibe (no sueldo, que es para los profesionales y empleados) le alcance para satisfacer no solamente sus necesidades sino también las de su mujer y sus hijos, se constituye en remuneración indirecta para la mujer; lo cual ocurriría, aceptando que las mentiras del DANE sean verdad, para aquellos que ganan más de dos salarios mínimos que, de acuerdo con esas estadísticas, constituye solamente el 6% de la población colombiana, una buena parte de la cual corresponde a los burgueses, a la clase media y a esos trabajadores fabriles especializados, funcionarios del gobierno, maestros, etc., etc.; si la mitad son obreros, en los demás casos de aquellos que ganan menos de dos salarios mínimos, el salario no alcanza para cubrir la canasta familiar, para cubrir las necesidades de la familia; habría, entonces, un alrededor de un 3% de obreros para los cuales el salario que reciben implica una remuneración indirecta para la mujer.
Estudiante: ¿Por qué la mujer no ha sido muy tenida en cuenta en los sistemas comunistas socialistas, sabiendo que ella es la base de la sociedad, que es la que más capacidad tiene para revolucionar los sistemas políticos establecidos, porque en el seno familiar es la que educa los hijos y si les imparte una educación de esa clase desde pequeños, lógicamente la sociedad iría a cambiar?
LG: Porque a diferencia de lo que plantea Jesucristo, que dice "pedid y se os dará", el marxismo plantea otra cosa para el caso de las mujeres; Mao dice que "las mujeres sostienen la mitad del cielo y deben conquistarlo"; entonces, una parte de la revolución es la lucha de las mujeres por conquistar la "mitad" del mundo, es decir, un derecho igual o equivalente al del hombre dentro de la sociedad; y es una lucha que continúa y se tiene que dar dentro de la revolución misma; es como cuando alguien se incorpora a una carrera que ya comenzó; con sólo querer y salir, no alcanza a los primeros inmediatamente; es una lucha. Y si a eso se agrega que la otra mitad de la población que sostiene la mitad del cielo, y ya lo tiene en sus manos, se opone en gran parte a que las mujeres conquisten el derecho que les corresponde, la situación se vuelve más difícil.
Una posición social que se ha consolidado desde hace por lo menos tres mil años, difícilmente puede romperse y solucionarse en 50, 60, 70 años; además, muchísimas mujeres, como resultado de esa opresión secular, no quieren conquistar la mitad del cielo que les corresponde; su ideología, la manera como han sido formadas, socializadas, lleva a que muchas tengan una actitud pasiva y conformista frente a su propia situación. Teóricamente, por ley, en los países socialistas las mujeres podían acceder a cualquier cargo del Partido, del Estado, de la industria, etc., pero no lo hicieron y no hubiera tenido sentido obligarlas por decreto, porque la libertad que no se conquista sino que se impone no es libertad; si no son las mujeres quienes rompen sus cadenas, sino los hombres que lo hacen por ellas, ¿cuál sería realmente la ruptura con la situación anterior?
Aquí hay cosas que parecen muy normales hoy; por ejemplo, la presencia de las mujeres en la universidad; pero hay una historia hasta alcanzar lo que se ve hoy. Una de las primeras formas de presencia femenina en la universidad, fue la existencia de universidades exclusivamente femeninas, todavía queda una en Bogotá, el Colegio Mayor de Cultura Femenina de Cundinamarca, que es todavía una universidad exclusiva para mujeres. Hasta hubo dificultades cuando se vincularon algunos hombres como profesores; y el problema era inclusive con de estudiantes; muchas de ellas decían: "profesor, me vine a estudiar aquí porque estudié en un colegio de mujeres y tengo problemas para relacionarme con los hombres en la vida cotidiana".
En esta universidad, en el año 66, trabajo social era sólo para mujeres y todas las profesoras eran mujeres; lo mismo pasaba con enfermería y con terapias; todavía hoy, aunque ya no hay restricción oficial, la mayoría de los estudiantes de esas carreras son mujeres. En el año 57, en Ingeniería Civil en la Escuela de Minas en Medellín, entraron dos mujeres; la primera no aguantó un semestre, la otra aguantó un año; ambas se retiraron por la presión de sus propios compañeros, que les hacían la vida imposible por atrevidas, por meterse en una carrera para hombres, por la de los profesores y por la de ellas mismas, que se sentían mal en ese ambiente, por el vocabulario, las groserías y vulgaridades que decían sus compañeros para agredirlas. Esa fue una de las razones por las cuales se retiraron; se la pasaban solas y aisladas, y se salieron; y no había ningún impedimento de tipo legal que estableciera que ingeniería era una carrera exclusivamente masculina. A comienzo de siglo, hubo otras luchas. Cuando las tres primeras mujeres que en Medellín quisieron entrar a la facultad de medicina, ese domingo, en la Catedral el obispo las expuso a la vergüenza pública, no era de mujeres decentes entrar a estudiar en la universidad y menos medicina; sólo una, la mamá de María Tila Uribe, una luchadora revolucionaria, se mantuvo y fue la primera médica que hubo en Antioquia; las otras dos no ingresaron, quién sabe si porque no aguantaron la presión huyeron, no sé si fueron ellas mismas que no aguantaron la presión, o fue la familia que se los impidió para no verse en la picota pública.
La situación de todas las mujeres que está aquí sentadas y de las otras que hay en la universidad, ahora les parece lógica, natural, pero es resultado del desarrollo social y de una lucha que han librado las mujeres durante este siglo en este país y en otros; lucha que continúa. Hace unos años, una profesora de otra facultad le dijo en clase a una estudiante de antropología, que era negra, "si quiere sobresalir como blanca, trabaje como negra"; cosa que nunca se lo han dicho a los estudiantes negros; es una discriminación racial, referente a los negros, pero también es una discriminación de sexo, como para ponerse a la moda, de género. Ser maestro era una actividad de mujeres, sobre todo en primaria, todavía lo es fundamentalmente; en otra época esa era una de las cosas que las mujeres podían hacer: enfermera, no médica, porque enfermera es paramédica y no está en la misma posición del médico, aunque ahora ya las mujeres pueden ser medicas. Lo que sucedió aquí, ocurrió también en los países socialistas; y las mujeres revolucionarias tuvieron que luchar, no solamente contra la sociedad, sino también contra sus compañeros revolucionarios, que lo eran en todo menos en sus relaciones con las mujeres; así lo muestra "Retrato de Teresa", una película cubana.
Estudiante: Las tareas que han desarrollado las mujeres, aparte del hogar, como que tienen el mismo lineamiento de lo que es ser madre, de cuidar, de proteger; como que siempre se les asignan los mismos roles.
LG: La base ideológica de esa discriminación es la idea de que hay algo en el ser de la mujer, en las características que la definen como tal, que le marcan determinadas actividades; entonces, las actividades sociales que se abrieron para la mujer por fuera de su hogar, en un primer momento, eran la confirmación de aquellas que ejercitaban en su casa con su marido y sus hijos: educadora, ángel de la guarda, enfermera, cocinera; las mujeres iban a la guerra, pero a cocinar, a recoger y cargar los heridos: Parecería haber un destino natural, dado por las características que supuestamente constituyen la esencia de ser mujer: su manera de ser, su condición débil, etc.; por eso, cuando se abren las primeras actividades sociales para las mujeres por fuera del hogar, tienden a ser una extensión de las que desempeña en su interior y, por lo tanto, son discriminadas en status, en salario y otras cosas; se parte de la base de que la mujer es débil y por ello no produce lo mismo que el hombre, y no merece igual salario por igual trabajo.
Lado B
Hay algo más sobre uno de los temas del Manifiesto; Marx no descubrió la existencia de las clases sociales; se tiende a atribuir al marxismo el descubrimiento de la existencia de las clases sociales y la invención del concepto de clase social, pero no es así. Los primeros textos del Capital son un análisis crítico que hace Marx de las teorías económicas y sociales que se habían desarrollado antes; y una de las cosas que produjo ese análisis fue encontrar y retomar de esos escritos la teoría de las clases sociales, que fue sistematizada sobre todo por la economía política —y, para Marx a diferencia del concepto de economía política de ahora que engloba todo, la economía política era una escuela de teoría económica inglesa anterior a él, encabezada por David Ricardo. Éste sistematiza esa teoría y plantea por primera vez que en el capitalismo hay dos grandes clases sociales, la burguesía y el proletariado; entonces, esa concepción no es original de Marx; así lo reconoce Engels en una introducción al Capital y en otros textos, cosa que resulta extraña porque una de las fijaciones que hay en el conocimiento común acerca del marxismo es que la teoría de las clases sociales es invención de Marx; pero, los primeros embriones del concepto de clase social están en obras económicas de siglos anteriores, y allí los encuentra Marx.
Tampoco es descubrimiento de Marx la lucha de clases, que se encuentra también en la economía política inglesa, para no hablar de los teóricos de la política francesa, algunos de los cuales se mencionan en El Capital, como Proudhon y otros. Marx no inventó la lucha de clases, porque ya existía en la sociedad y se la había conceptualizado, ya había sido objeto de conocimiento y recibido una denominación antes de Marx, especialmente en la obra de Ricardo, pero también en la obra de los socialistas franceses anteriores a Marx; sin embargo, cuando se habla de clases sociales o de lucha de clases, se piensa que son características del marxismo.
Estudiante: Marx habla aquí de la diferencia que existe entre el partido comunista y los otros partidos obreros; yo quisiera saber cuáles eran los otros partidos obreros que existían en esa época y cuáles eran sus teorías y sus teóricos. ¿Qué medidas plantea Marx para hacer desaparecer gradualmente la diferencia entre la ciudad y el campo?, ¿cómo plantea hacer eso Marx?
LG: No lo plantea; no tenía ninguna propuesta al respecto.
Estudiante: ¿A qué se refiere cuando dice ejército industrial de reserva?
LG: A los desempleados.
Estudiante: Ejércitos industriales para la agricultura.
LG: La idea que Marx tenía no era una propuesta concreta. Consideraba que la industria no debía quedar confinada a la ciudad, sino que había que producir también un desarrollo industrial en el campo, que el campo debía desarrollarse también con la conversión de los campesinos en obreros. Esa idea fue una de las bases de algunas medidas concretas que se aplicaron en la Unión Soviética con la creación de las granjas estatales, de los sovjoses, en donde los que habían sido antiguos campesinos trabajaban por un salario y las tierras eran propiedad común, colectiva. Pero Marx no hizo ninguna propuesta concreta. En la Unión Soviética también aplicaron los planteamientos de Marx por un tiempo y obreros organizados en la ciudad se fueron a trabajar al campo y a desarrollar nuevas formas de producción y, al mismo tiempo, revolucionar al campesinado.
Estudiante: ¿Cuál es la diferencia que existe entre el partido comunista y los otros partidos obreros?, ¿cuáles son los otros partidos obreros y qué plantean?
LG: En esa época, surgían y desaparecían partidos con frecuencia. Al principio, no había partido comunista, sino una liga de trabajadores; más tarde, esa liga desapareció y se creó una asociación internacional de trabajadores, pero partido, realmente no había. Marx menciona en una nota un grupo que había en Alemania; en un momento determinado cayó preso y se acabó, porque eran muy pocos. No solamente en Alemania, sino en Francia, en Inglaterra y en otros países, aparecían partidos, grupos, organizaciones, etc. Había el partido socialdemócrata alemán, luego hubo otro en los años 20 de este siglo, que se llamaba el Grupo Espartaco; había muchísimos partidos. En esa época se daba lo que no ocurre ahora, los obreros organizados en partidos. Una herencia de esa época es el Partido Laborista inglés, que ahora está en el poder; viene desde el siglo pasado y era un partido de trabajadores; ya no es así, pero todavía tiene algunos sectores de la clase obrera organizada y, ocasionalmente, los dirigentes de ese partido han sido obreros en el pasado; el anterior había sido un minero, pero cuando entró a ser el dirigente del partido, ya no era más minero. En la correspondencia de Marx y Engels, no sólo la que se da entre ellos sino la que dirigen a otros, hay mención de bastantes de esos partidos y de sus posiciones, y críticas que ellos hacían a esos partidos o a sus alianzas temporales y las relaciones pasajeras que establecían con la clase obrera. Según Marx y Engels, el descubrimiento de aquel fue, como se expresa a comienzos del Manifiesto, que la lucha de clases constituye el motor de la historia, que el eje de la dinámica que ha subyacido y determinado toda la historia mundial ha sido la lucha de clases; es decir que ésta no es accesoria, adjetiva o secundaria, sino que es el eje que ha constituido esa historia; no es lo único, pero sí el eje determinante de ella. También es su descubrimiento encontrar la peculiaridad, que explica en El Manifiesto, del papel del proletariado en esa historia; es decir, que esta lucha de clases que se libra hoy entre proletariado y burguesía no va a dar lugar, como ocurrió en los sistemas económicos anteriores, a nuevas formas de la lucha de clases, sino que culminará con la extinción de las clases y, por consiguiente, de la lucha de clases; lo que quiere decir que en ese futuro aparecerán nuevas formas políticas distintas de la lucha de clases para expresar y llevar adelante la contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción, que seguirá existiendo entre el futuro. En El Manifiesto se muestra cómo esa contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción en el capitalismo, se manifiesta en una lucha entre burguesía y proletariado y en las modalidades específicas que esa lucha adquiere, a diferencia de aquella que se daba entre señores y siervos, en el feudalismo, o entre amos y esclavos, en el esclavismo; pero sobre cuáles serán las futuras formas políticas de expresión de esa contradicción que hay en la base económica, Marx no dijo nada.
En la Unión Soviética se planteó, en los años 50s, que las clases se habían extinguido y de la lucha de clases; en una reunión del comité central del Partido Comunista en la Unión Soviética se dijo que ya no existían las clases; pero como continuaba habiendo contradicciones y luchas internas, éstas se atribuían a dos causas: primero: a las contradicciones que Marx había dicho que se iban a seguir presentando entre fuerzas productivas y relaciones de producción; la segunda, a la acción de la burguesía mundial en contra de la Unión Soviética.
Frente a eso, Mao encontró en su análisis, y lo expresó como una afirmación válida para esa época, que durante toda la duración del período histórico del socialismo seguirían existiendo las clases y la lucha de clases, y que eran ellas y su resultado lo que decidiría el camino que los respectivos países iban a seguir; es decir, que si en esa lucha continuaba triunfando el proletariado, se seguiría el camino de construcción del socialismo hacia el comunismo, pero si triunfaba la burguesía, habría una restauración del capitalismo, como efectivamente ocurrió.
Entonces, en contra de lo que generalmente se cree, no es el marxismo el descubridor ni, mucho menos, el inventor de las clases sociales y la lucha de clases; lo que estableció fue el papel de esas clases en la historia y, sobre todo, la característica específica de esta última forma de la lucha de clases, la de burguesía y proletariado, que no será continuada por la existencia de otras clases ni por otra lucha de clases sino que, al contrario, desaparecerán las clases y la lucha de clases como motor de la historia, pero no porque se acabe la historia, sino porque habrá otro motor de ella.
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