(El siguiente texto es el resumen de las palabras con las cuales hice la presentación oficial de este libro en el Auditorio del Museo Nacional de Colombia)
Democracia para la autora es voto para un sistema participativo descentralizado. Esta ha sido la base de establecimiento y desarrollo del poder paramilitar, del sistema de poder local mafioso, como lo llama Petro, negación total de la democracia.
Discusión sobre si el movimiento indígena es un movimiento social, puede llegar a serlo, se acerca a él o su queda “a medio camino” en su construcción. Con base en una diferenciación de comunidad y sociedad, que se plantean como excluyentes: un movimiento que se basa en una lógica de reproducción de las comunidades debe pasar a una lógica de producción social para ser movimiento social. Cuando, precisamente lo que plantean los indígenas es la producción de una nueva sociedad a partir de sus formas comunitarias.
Confunde el marco legal de creación y ampliación de resguardos con la “redistribución de doce millones de hectáreas”, cosa que no se dio ni se ha dado todavía, pues la enorme mayoría de esas extensiones de tierra están ocupadas y/o bajo control de no indígenas.
Es amplia y clara la presentación de lo que ha sido la participación indígena en las elecciones de distinto nivel, pero no hay un análisis suficiente de los resultados que esto ha producido en las luchas indígenas, pero, sobre todo, en las regiones, en el interior de las comunidades, en su vida.
Aunque cita e incluye a otros autores, su visión de lo que ha sido el movimiento indígena en Colombia está guiada por los planteamientos de Gros.
Lo que me parece más relevante es todo su análisis final sobre los “peligros del multiculturalismo” y sobre los caminos que se podrían seguir para atenuarlos.
|