La cantidad de tiras y el largo de las mismas se deciden de acuerdo con el tamaño del canasto que se quiera fabricar. Para un cesto de tamaño mediano se necesitan aproximadamente 72 tiras.
Para comenzar, se toman tres tiras y se colocan en posición horizontal sobre el suelo o sobre el sitio que se va a usar como apoyo para el tejido; luego se cogen otras tres y se ponen sobre ellas en ángulo recto, como en forma de cruz, (el cesto también se puede hacer colocando grupos de dos o cuatro tiras para comenzar); luego se colocan otras tres tiras horizontales y tres verticales, entrecruzándolas con las anteriores para formar la primera base del comienzo del tejido.
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Foto 7: Entrecruzado de grupos de tres tiras
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Luego de armar la base principal del tejido, se coloca una tira en cada uno de los cuatro lados, entrecruzándola por debajo de tres y por encima de tres. Estas cuatro últimas tiras cierran la base principal y ya queda lista para dar comienzo al crecimiento del tejido.
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Foto 8: Base principal del canasto
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Luego se van colocando nuevas tiras, de a una a cada lado, y se van tramando, tres por encima, tres por debajo..., para ampliar la base.
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Foto 9: Tiras que se cruzan para ampliar la base
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Si se hace relación con el tejido del telar, esta primera parte puede compararse con la urdimbre, o sea con las hebras que se envuelven en sentido vertical en el marco del telar, a las cuales se van agregando después aquellas que conforman la trama.
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Foto 10: Así se teje la trama en el telar
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La trama del canasto la constituyen las tiras que se ponen una tras otra a continuación del cierre de la base principal, para ensanchar el crecimiento del fondo. Cuando las tiras de la trama y de la urdimbre se entrecruzan siempre de derecha a izquierda, los bunachis hablan de hacer sargas o de un tejido asargado.
El proceso de colocación de las tramas consiste en agregar nuevas tiras, cruzándolas con aquellas que conforman la base principal del tejido. Si miramos las tiras levantadas, se puede apreciar que por los lados de ellas aparecen tiras por debajo y los entrecruces van acercándose a la tramada para la continuación del tejido.
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Foto 11: Colocando una tira de la trama
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Continuamente hay que ir apretando las tiras para que el tejido quede uniforme y cerrado.
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Foto 12: Ajuste del tejido de la base
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Cuando se miran las tiras levantadas, es necesario distinguir dos partes, una de arriba y otra de abajo. Entonces se bajan tres tiras de arriba y se suben tres de abajo y se va entramando la nueva tira. Luego se bajan otras tiras de arriba y se levantan aquellas que se bajaron antes, para colocar una tira en el centro; las tiras de abajo comienzan a subir y las de arriba a bajar comenzando por los bordes. Se sigue con este mismo procedimiento hasta que se completan los cuatro lados.
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Foto 13: El subir y el bajar de las tiras
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Cuando se alcanza la amplitud que se desea para el fondo del cesto, según el número de tiras que se usaron en la trama, queda un conjunto de cuadrados concéntricos.
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Foto 14: Base terminada
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Luego se pasa a levantar el cuerpo del cesto. El trabajo se inicia por dos de los extremos, después de dividir las tiras imaginariamente en cuatro grupos. Se ponen en función dos partes, izquierda y derecha, de las divisiones dadas, doblando y contrastando los contrarios, una tira a la izquierda, una a la derecha.
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Foto 15: Se comienza a tejer una esquina
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Luego se procede a entrecruzar las tiras de todos los lados hasta no dejar ni una sin tejer.
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Foto 16: Esquina tejida
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Posteriormente se toman las tramas de un tercer lado para formar una segunda esquina y se van entrelazando con aquellas que se tejieron anteriormente; y así hasta tejer los cuatro lados de la base del canasto (Fotos 17 y 18).
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Foto 17: Así se forma la segunda esquina
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Foto 18: Conformadas tres esquinas
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Si se observa el cesto desde arriba, se ve que las puntas de las tiras originan dos círculos en capas, una interna y otra externa, que se siguen entrelazando una a una, siempre en la misma dirección (unas a la derecha y las otras a la izquierda), hasta que alcanzan la altura que se quiere y se forma el cuerpo del canasto. Hay que apretar continuamente el tejido durante todo el proceso de elaboración.
El cuerpo se levanta de manera pareja hasta donde lo permita la longitud de las tiras. Cuando hay unas tiras que ya están muy cortas y no permiten seguir el tejido, se suspende el proceso de crecimiento del cesto y se inicia su remate, aunque si se quiere hacerlo más grande, también es posible añadir nuevas tiras superponiéndolas al extremo de las anteriores y entretejiéndolas junto con ellas.
Para rematar el canasto se tienen en cuenta las dos capas de tiras que ya se mencionaron: las que están por fuera y las que están por dentro. El remate se hace en tres pasos:
1) En el primer paso, hay que dejar quietas, sin tocar, las tiras de la capa interior. Las de la capa exterior se trabajan tomando una tira y doblándola para pasarla por detrás de la tira externa inmediatamente siguiente a la derecha, como abrazándola; luego se baja y se dobla sobre la pared del cesto. A continuación, la tira que quedó abrazada se dobla y se pasa por detrás de la siguiente tira externa, para abrazarla también; después se baja y se dobla sobre la pared del cesto. Y así hasta que se termina de trabajar todas las tiras externas disponibles y se da la vuelta completa al borde del canasto.
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Foto 19: Primer paso del remate
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2) Después se coloca alrededor de la boca del cesto un cordón de tiras de fibra que permite obtener un borde grueso y redondeado. Luego se trabaja con las tiras externas, que en el paso anterior quedaron dobladas hacia abajo. Se coge cada tira, siguiendo en orden hacia la derecha, y se dobla por encima del cordón de fibras, rodeándolo; después se baja por dentro y se saca, pasándola por entre los entrecruces del tejido de la pared. Así hasta dar la vuelta y doblar todas las tiras.
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Foto 20: Paso dos del remate
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Foto 21: Canastos terminados
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Una vez se completa el proceso de tejer el cesto, este queda listo para darle el uso correspondiente de acuerdo con la tradición. Pero antes se hace necesario hacer un trabajo con el mamu para que éste lo incluya en las entrañas de la Madre Tierra, como parte suya, y para que conserve su valor cultural para el pueblo iku.
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