Luis Guillermo Vasco   Luis Guillermo Vasco
 

EL CARACOL GUAMBIANO Y EL BIG BANG:
DOS CONCEPCIONES SOBRE EL ORIGEN DEL TIEMPO Y DE LA HISTORIA

EL CARACOL DE LA HISTORIA

De dónde surgió todo Este trabajo es la recuperación de una charla que hice hace algunos años para el SENA; allí estaban discutiendo acerca de la importación de tecnologías y los organizadores querían una exposición que analizara si en nuestro país existían conocimientos y formas de producirlos que tuvieran validez, si era cierto que no se podía crecer ni avanzar sino con la importación de tecnologías foráneas.

La idea central nace de uno de mis cursos en la Universidad Nacional: cuando exponía la concepción guambiana sobre que la historia es un caracol que camina, ayudándome con un sombrero tradicional guambiano, de repente, una estudiante dijo: “esa es la misma teoría que plantea Stephen Hawking sobre el origen del tiempo”; le respondí: “me parece muy interesante; présteme el libro porque no lo conozco”. En él (“El origen del tiempo: Del Big bang a los agujeros negros”, Grijalbo Mondadori, Barcelona, 1995) pude comprobar que había una coincidencia esencial entre la teoría del big bang, con la que Hawking explica el origen y el posible final del universo, con el planteamiento de los guambianos sobre la historia como un caracol que camina. Retomé esa coincidencia y la desarrollé, no solamente con respecto al caracol guambiano, sino con referencia a otras formas de expresión de conocimiento, de pensamiento indígena en Colombia; y en otras regiones del mundo sobre las cuales he encontrado ocasionalmente algunas imágenes y sus explicaciones (ver Apéndice).

El concepto de que la historia es un caracol que camina (Fig. 1) surgió en Guambía, como varios otros, dentro del proceso de conformación de esa metodología, de esa forma de trabajo que, una vez consolidada, denominé “recoger los conceptos en la vida”. Se dio, como aparece allá la mayor parte de los conceptos claves y de la historia, caminando por una de las haciendas recuperadas, la que había sido de Suzman, una de las más pequeñas, y que los guambianos convirtieron en un molino de trigo, luego de su recuperación.

Fig. 1. El caracol que camina
(http://www.monografias.com/trabajos58/demanda-caracoles-peruanos/Image16808.jpg)


Íbamos por un camino en una zona húmeda de tierra negra y había muchos caracoles en el piso; de pronto, nos detuvimos y dos de los compañeros guambianos entraron por un rastrojo; al rato regresaron y nos llamaron para llevarnos a un sitio en donde ellos habían destapado una piedra con sus machetes. Dijeron que era la piedra de los caracoles.

Se trataba de una roca grande, muy enterrada y casi plana por encima, con la superficie llena de petroglifos de espirales y círculos concéntricos (Fig. 2), al menos eso era lo que yo veía, pero los guambianos dijeron que se trataba de caracoles y que el sitio es srurrapu. Y explicaron: “aquí está la historia, esta es la historia, porque la historia es un caracol”. Además, dicen los guambianos, es un caracol que camina. Esta idea tiene muy poco que ver, aunque se pudiera encontrar alguna semejanza, con las concepciones de Mircea Eliade sobre el eterno retorno (“El mito del eterno retorno”, Alianza, Madrid, 1972) o sobre la concepción cíclica que, dicen algunos antropólogos, fundamenta el pensamiento mítico, no solamente en Colombia sino también en otras regiones del mundo.

Fig. 2. Piedra de los caracoles


Esa visión del tiempo, de la historia como un caracol o, en nuestros términos, como una espiral, la había encontrado ya entre los embera, pero había tenido una percepción equivocada de ella porque, influido por las teorías de la antropología, consideraba que efectivamente la concepción mítica del tiempo era la de círculos, el eterno retorno, y que la espiral que allí encontraba tenía su origen en la interrelación entre esa concepción cíclica y la visión unilienal del tiempo que caracteriza el pensamiento occidental (“Jaibanás. Los verdaderos hombres”, Biblioteca Banco Popular, Bogotá, 1985, pp. 138-140). Por otra parte, mis estudios de geometría me decían que un movimiento en espiral es la combinación de un movimiento circular, con uno lineal. Mi conclusión fue decir que la concepción del tiempo en espiral de los embera era resultado de la combinación de su propia concepción con la concepción occidental, como consecuencia de la colonización y del sometimiento por nuestra sociedad, relación que ha durado más de 500 años.

Cuando encontré en Guambía la visión de que la historia es un caracol, fue claro para mí que se trataba de una visión propia y abandoné la interpretación de que era resultado de la “aculturación”. Además, acepté que el concepto guambiano no es el de espiral, que es un concepto abstracto, propio de la geometría, una de las ramas más abstractas de las ciencias exactas (Fig. 3), para retomar el de caracol, que usan los guambianos.

Fig. 3. Espiral logarítmica
(http://www.ingenieroguzman.com.ar/imagenes/image19.gif)


En resumen, la idea central de esta exposición está desarrollada con base en la semejanza que encontró una de mis estudiantes entre lo que yo exponía acerca de los guambianos y lo que plantea Hawking sobre el origen del tiempo en el bing-bang, complementada con la idea del big-crash, el gran choque. Pero, ¿qué es lo central en esta teoría?

 
 
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