Luis Guillermo Vasco   Luis Guillermo Vasco
 

LUCHA INDÍGENA EN EL CAUCA Y MAPAS PARLANTES

HISTORIA POLÍTICA DE LOS PAECES

El proceso global se concretó en murales, que se realizaron mediante discusiones con grupos de paeces de diversas zonas. De estas discusiones surgieron los mapas y mediante ellas se fueron desarrollando. Fue así como, sobre esta base, se desarrolló la metodología de los “mapas parlantes”, herramienta pedagógico-organizativa para “acompañar un proceso de reafirmación social y cultural que se apoya en una reactivación de la memoria colectiva, una recuperación histórica”, cuyo resultado entre los paeces fueron siete grandes dibujos murales que recogen períodos claves de la historia de esta nacionalidad indígena desde la llegada de los conquistadores españoles, y muestran las transformaciones ocurridas en su vida, su territorio, su economía, la organización de su sociedad, sus creencias, etc.

Después de discutir en forma amplia con los paeces y sus mayores y dirigentes cada uno de los contenidos de la cartilla, se determinó cuáles eran las escenas que podían mostrarlos y explicarlos de la mejor manera, para pasar, luego, a dibujar cada una de ellas. El proceso de dibujo implicó también una amplia discusión e investigación sobre los detalles de cada una de las figuras, para luego realizar su borrador, el cual se llevó de nuevo a discusiones con los paeces y a nuevas investigaciones, para así irlas modificando y mejorando. Nuevas consultas y discusiones tuvieron lugar en el momento de definir la correlación de las diferentes escenas en el conjunto de la composición de cada mural.

También se buscó resolver el problema de conservar los mapas en condiciones de permanente movilidad y de frecuente utilización a la intemperie; numerosos ensayos llevaron a reproducirlos con screen sobre tela encauchada o hule, que es impermeable, lo cual implicó desarrollar las técnicas del screen, para permitir la introducción de dibujos de trazo fino. Y, para guardarlos y transportarlos, se optó por hacerlo en tubos de PVC, con tapa roscada. No es vano recordar, para mostrar el “clima” en el que se trabajaba, que la policía y el ejército detuvieron y requisaron en muchas ocasiones a quienes llevaban los mapas, en la creencia de que se trataba de armas para la guerrilla.

En versiones más recientes de “La guerras de liberación indígena”, además de las distintas campañas de las guerras libradas por los indios contra los españoles, aparecen los luchadores pijaos y paeces, encabezados por sus caciques respectivos, Calarcá y la Gaitana. Popayán, el Nevado del Huila y los ríos Cauca y Magdalena sitúan territorialmente el escenario en que se libraron estas batallas.


Es de anotar que por esta época se presentaba por la televisión colombiana un seriado que pretendía mostrar las luchas de la Gaitana, cuyo papel era desempeñado por una de las más populares, jóvenes y agraciadas actrices colombianas. En el momento de mostrarla en el mapa, los paeces plantearon que tenía que ser una mayora, pues de otra manera no hubiera podido ser cacica, debido a su falta de edad y de la experiencia que viene con ella. Finalmente, el dibujo se elaboró a partir de fotografías de mayoras, que habían sido tomadas en distintos momentos durante la relación con las comunidades.


Al contrario de lo que ocurrió con la imagen de la cacica, la del cacique Calarcá se trabajó sobre la base de la figura que aparecía en las monedas de 10 centavos que circulaban en Colombia en esa época, ante la carencia de otras fuentes más confiables.


Es de anotar que la población de Caloto aparece seis veces en este mapa, pero en distintas ubicaciones, recurso que se empleó para poder mostrar cómo, durante el período de las guerras de liberación, esta ciudad fue atacada y destruida en cinco ocasiones por los guerreros paeces, antes de alcanzar estabilidad en su lugar de ubicación actual:


Una escena importante, ubicada en la parte superior izquierda del mural, presenta en secuencia tres momentos que llevaron a la guerra: la llegada de los españoles con la cruz y la espada, su brutalidad con los aborígenes para arrancarles sus riquezas, en especial el oro, y la lucha de estos.


Uno de los primeros mapas que se elaboró, luego de los dos de las cartillas, fue “Cuando nace Colombia”, entre otras razones porque una parte fundamental de la historia de ese nacimiento transcurre en los ámbitos del departamento de Cauca, llamado el gran Cauca o el Cauca grande porque en ese entonces abarcaba la mitad sur de nuestro país. Circunstancia que marcó la estructura misma del sistema de relaciones económicas, sociales, políticas y culturales en cuyo contexto se desarrolla la lucha indígena a partir de los años de los 70s del siglo pasado.


En ese entonces, dado que entre los paeces no existía quién se hiciera cargo de los dibujos, dos solidarios, dibujantes de la Universidad del Valle, graficaron las primeras escenas. Al comienzo, ellos no tenían contacto directo con los indígenas, por lo cual no estaban familiarizados con el paisaje ni con la “geografía” de la región ni, tampoco, con sus rasgos físicos, en especial con los rostros, motivo que llevó a que inicialmente no asumieran la responsabilidad de mostrarlos; de ahí que la mayoría de los personajes de la primera versión del mapa “Cuando nace Colombia” no tuvieran bien definidos los rasgos de la cara.

Posteriormente, se vio la necesidad apremiante de que se acercaran directamente a los indígenas y dejaran de dibujarlos y de dibujar las escenas a través de “intermediarios” (los solidarios que estaban en el campo), que llevaban razones, opiniones y discusiones entre uno y otro grupo, cosa que solucionó el problema para los mapas sucesivos y para las versiones posteriores de “Cuando nace Colombia”, como puede verse si se compara esta primera versión con la última, ya coloreada.


La composición de este mapa, la de un río que avanza ondulante, introduce el concepto de crecimiento. Al mismo tiempo, aparece claramente la imbricación del trabajo indígena con el crecimiento de la sociedad colombiana en la región, trabajo que se caracteriza por ser compulsivo, forzado bajo la constricción de las armas y con castigos como los azotes y el cepo:


Entre las finalidades de este trabajo sobresale una actividad que es clave, la tala de los bosques con el propósito de despejar el terreno para las haciendas agrícolas o ganaderas, actividad que fue finalmente lograda y dirigida gracias a la intervención de los misioneros católicos, como lo reconoce en su libro el padre David González, quien fue misionero en la región.


En algunas zonas del Cauca y en esa época, los paeces no habían podido ser sometidos y vivían todavía bajo la autoridad propia y manteniendo muchas actividades tradicionales, como el trabajo colectivo, minga, que culmina con una celebración, en donde la comida común, la música, el baile y la bebida son los principales protagonistas de “la fiesta”:


El nacimiento de Colombia tiene lugar en medio de continuas guerras civiles, que cubren todo el siglo XIX, y con las cuales las clases dominantes de las distintas regiones buscan definir cuál proyecto de país va a predominar sobre los demás en la conformación del estado nacional. El Cauca es uno de los principales escenarios de varias de estas guerras y para ellas se recluta a los indios de distintas comunidades, muchas veces para que se enfrenten a otros ejércitos también conformados por indios:

Entre los reclutados para la mayor de estas guerras, llamada por ello “De los Mil Días”, estuvo el paez Manuel Quintín Lame, quién años más tarde encabezaría a los suyos en un levantamiento armado contra el régimen de terraje en las haciendas y la dominación de los blancos; Lame fue llevado a Panamá por el general Carlos Albán en calidad de ordenanza suyo y estuvo allí durante siete meses hasta que cayó enfermo a causa del clima, razón por la cual lo devolvieron a su tierra; es muy posible que en Panamá Quintín Lame hubiera conocido la lucha guerrillera de Victoriano Lorenzo, un indígena guaymí, cuyo accionar fue clave para la victoria de los ejércitos liberales sobre los conservadores en el istmo. En la esquina superior derecha se ve a Quintín arrodillado mientras lustra las botas del general:


La concepción de la existencia de un país indígena y de sus transformaciones en la región se privilegió con la hechura de tres mapas, que permitían comparar tres momentos claves en la historia indígena del Cauca: a) la vida aborigen a la llegada de los conquistadores españoles, que venían desde el sur, en 1535, b) la instauración del sistema colonial, y c) los años 70s del siglo XX, época en que se libraban las luchas y se trabajaron los mapas.

El primero de ellos se titula “Así era nuestra tierra”. Y deja ver la vida nativa en su gran complejidad en el territorio que luego sería el Cauca, recalcando la idea de que tanto paeces como guambianos eran sociedades que tenían todo completo: economía (tanto producción, como distribución y procesos de intercambio y consumo), poblamiento, organización social y política, infraestructura, creencias, diversos tratamientos para las enfermedades y diferentes formas de enterramiento, etc., etc.; así como una extensa red de comunicaciones constituida por caminos y ríos, y que las huellas de pisadas hacen ver. Es de anotar que la sola visión del mapa permite apreciar que prácticamente no había ninguna porción del territorio que no estuviera utilizada de alguna forma por sus pobladores.

En él pueden verse numerosas escenas, algunas de las cuales son referentes socio espaciales de primordial importancia. Uno de tales referentes, resaltado en el lado izquierdo de la composición, es la ciudad de Popayán que, según los historiadores colombianos, habría sido fundada por los españoles, pero que ya existía con el nombre de Pupayán cuando estos llegaron, al mando de Pedro de Añasco y de Juan Ampudia, “dejando un rastro de pavesas y de sangre”, tal como lo exponen los cronistas que los acompañaban (Lucas Fernández de Piedrahita y Pedro Cieza de León), y era la sede de los caciques principales; en ella se encontraban depósitos de alimentos, que se distribuían entre la población en las épocas de escasez, acueductos, producción de tejidos y otros productos, sitios de intercambio, la gran casa central y sede del cacicazgo, una pirámide artificial levantada con bloques de tierra cocidos al sol, etc. La paja y el barro constituían el elemento arquitectónico fundamental.

Podemos comparar esta imagen de la ciudad india con la imagen de la misma ciudad en 1700, tal como aparece en el mapa “El país paez”, siendo ya esta una ciudad española, construida sobre las ruinas de la ciudad india, que fue arrasada por los conquistadores durante la guerra de sometimiento.

La época histórica que corresponde al contenido general del mapa “Así era nuestra tierra” está definida por la escena de la llegada de los españoles al Valle de Pubenza, lugar en donde estaba situada la ciudad, con sus curas llevando la cruz y una multitud de yanaconas, indios traídos desde las tierras del sur del Perú y del Ecuador para cargar los pertrechos y alimentos y, algunos, también como combatientes:

Escenas importantes de este mural muestran actividades económicas de diversa índole que tenían que ver con diferentes sitios del extenso territorio, magnitud que dio al mapa sus dimensiones de 1.50 por 1.50 metros. Como esta, que deja ver los intercambios que se daban con sociedades aborígenes ubicadas hacia el norte, como los muiscas de la Sabana de Bogotá, de los cuales se obtenían sal y mantas:

O esta otra en la que aparecen actividades de extracción de minerales, cultivo de algodón y su tejido, y elaboración de canastos. Las huellas de pasos señalan relaciones entre regiones y sus distintas actividades y, por tanto, movimientos de la población y lazos que permitieron la conformación de una sociedad y una economía globales.

También podemos ver las actividades de los sabios tradicionales paeces, los the’wala, tanto en los procesos curativos de las personas como en el refrescamiento de las varas de mando de las autoridades en las lagunas de las montañas:

Igualmente tienen un lugar en el mapa los trabajos para la despedida y sepultura de los muertos, la cual se hacía en tumbas de pozo con cámara lateral y gran elaboración, como las que se encuentran en las lomas de Segovia y otras montañas circundantes a San Andrés de Pisimbalá, en Tierradentro:

El gran río de la Magdalena, Yuma como era llamado por los aborígenes, tuvo gran importancia para ellos por distintos motivos: pesca, navegación y vía de comunicación para los intercambios con otras sociedades, por eso había grupos que residían en sus riveras y que intercambiaban con aquellos asentados en la cordillera; cabe recordar que el Magdalena es el río más largo del país y recorre su territorio de norte a sur, por lo cual jugó un papel clave en la época anterior a la conquista y también durante esta, pues por él ingresaron los españoles tierra adentro en el continente e igualmente les sirvió de vía de comunicación y apoyo entre las nuevas poblaciones que aparecían en el interior y aquellas fundadas antes en la costa atlántica.

El segundo mapa es “Bajo la dominación extranjera”, otro gran mural de 1.50 por 1.50 mts., que muestra los cambios drásticos que fueron introducidos por la conquista en la misma región, y deja ver lo que constituyó la vida de los paeces bajo el régimen colonial que, incluso, por esta época había introducido ya la esclavitud de los negros, ante la paulatina desaparición de la población indígena sometida, tanto para las labores de minería como para la agricultura que tenía que sustentarlos a todos.

Como actividades esenciales del régimen colonial y en las cuales descansaba su economía, además del saqueo que era cada vez menos productivo, se destacan las haciendas y la minería; la agricultura era realizada con el trabajo de los indios y, en menor medida, de los negros; y la minería, sobre todo con mano obra negra esclava. La producción agrícola alimentaba al conjunto de la población: india, negra y blanca; las fuentes de la riqueza en este periodo venían, sobre todo, de la exacción directa del trabajo de los esclavos, o bien derivadas de instituciones como el tributo y la mita para los indios.

Sin embargo, con mucha frecuencia los esclavos se fugaban para recobrar su libertad, conformando asentamientos, denominados palenques, en zonas de difícil acceso y desde donde atacaban a las tropas coloniales y a las caravanas de comerciantes, además de desarrollar algunos cultivos y otras actividades limitadas de subsistencia. Los españoles libraron una guerra constante por dominar los palenques y recapturar a los esclavos fugitivos, pero algunos palenques sobreviven en la actualidad.

Otra forma importante que asume la dominación es la de los pueblos de indios, fundados por los españoles y a los que se pretende reducir a los indios para facilitar su adoctrinamiento y para que estén a disposición cuando se precise su trabajo, y para facilitar su adoctrinamiento en la religión católica:

 
 
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