Luis Guillermo Vasco   Luis Guillermo Vasco
 

LUCHA INDÍGENA EN EL CAUCA Y MAPAS PARLANTES

HISTORIA POLÍTICA DE LOS PAECES > MIentras crece Colombia

El tercero y más grande de los murales, “Mientras crece Colombia (1920-1970)”, de 1.35 por 2.20 mts. muestra comparativamente lo que ocurre durante esos 50 años del siglo XX, tanto en el Cauca como en el resto de Colombia.

En la composición general, escenas dibujadas en color verde ascienden por el lado izquierdo, partiendo de Popayán, a donde llegó el ferrocarril en 1926. Numerosos indígenas guambianos y paeces fueron enganchados para su construcción. Pese a este indicio de modernización, la ciudad seguía inmersa en su sueño colonial, basado en la explotación servil de los indios y con una economía básicamente artesanal.

En 1928 ocurre en el departamento del Magdalena, en la costa norte, la masacre de las bananeras, en la cual fueron asesinados por el ejército, por órdenes del gobierno conservador para preservar al capital norteamericano, más de 3.000 trabajadores de la empresa bananera Chiquita Brands que estaban en huelga. Los obreros se encontraban reunidos en el parque principal de la ciudad de Ciénaga, departamento del Magdalena, y allí fueron ametrallados por los soldados; los fugitivos fueron perseguidos y muertos por toda la zona durante varios días. Esta masacre estremeció a todo el país.

La clase obrera, que ha venido creciendo durante todo este período, se organizó en 1935 en la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), con la participación principalmente de los liberales más cercanos a la izquierda, de los socialistas, de los comunistas y otros sectores. En su congreso fundacional, Manuel Quintín Lame fue uno de los integrantes de la mesa directiva que lo presidió, recibiendo así el reconocimiento de los trabajadores colombianos a las luchas dirigidas por él. Por supuesto, desde los años 20 habían existido diversas organizaciones de los trabajadores, pero la base de estas había estado fundamentalmente entre los artesanos de distintas regiones del país.

La composición del mural avanza territorialmente hacia el norte hasta llegar a la ciudad de Cali, que enlazaba al Cauca directamente con el puerto de Buenaventura, en el Pacífico. Y que, al mismo tiempo, le iba arrebatando su papel de centro económico y político de la región del suroccidente, con el crecimiento de una producción de tipo industrial en los cañaverales y los ingenios azucareros.

La organización de los trabajadores y el crecimiento de su fuerza llevaron al lanzamiento de grandes huelgas que, o pusieron en jaque a los gobiernos que seguían una política antisindical y reformista, o realizaban alianzas con aquellos proclives al sindicalismo, como ocurrió durante los dos gobiernos del liberal Alfonso López Pumarejo. Este auge del sindicalismo combativo llegó hasta el lanzamiento de la huelga de los trabajadores del río Magdalena, agrupados en FEDENAL, en 1945. La huelga fue enfrentada por el gobierno liberal de Alberto Lleras con la consigna “No puede haber dos poderes en Colombia: uno en el río Magdalena y otro en Bogotá”, la declaratoria de ilegalidad de la misma y su rompimiento con intervención del ejército y la contratación de esquiroles, llevó a la derrota de los trabajadores y a su despido sin ninguna clase de prestaciones, produciéndose así un enorme debilitamiento de los sectores más luchadores del proletariado y de sus organizaciones.

La violencia desatada por la derecha contra los trabadores y contra los liberales sirvió de marco para que, en 1946, el partido conservador y la iglesia católica se unieran para crear una nueva central, la Unión de Trabajadores de Colombia, UTC, de carácter clerical y derechista, mientras el sindicalismo liberal y de izquierda permanecía ilegalizado y en la clandestinidad.

En la esquina superior izquierda, la composición del mural alcanza un acontecimiento que constituyó un punto de quiebre en la historia moderna del país, el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y el levantamiento popular que lo siguió, el llamado “bogotazo”, aunque también se dio en otras regiones, como en Barrancabermeja, en donde se instauró durante varios días un gobierno popular.

Cinco años después del “bogotazo” y la muerte de Gaitán, un golpe militar encabezado por el general conservador Gustavo Rojas Pinilla, derrocó el gobierno del también conservador Laureano Gómez, con el beneplácito del partido liberal, de la fracción ospinista del conservatismo y del alto clero, incluyendo al nuncio papal; su consigna fue la pacificación del país y, efectivamente, después de varios meses, se logró la desmovilización de las guerrilla liberales, que entregaron sus armas, solo para que sus principales líderes fueran asesinados poco tiempo después.

La composición avanza luego por el borde superior hasta alcanzar el lado derecho del mural, con escenas que muestran el ingreso de la Colombia urbana en la “era moderna”: televisión, satélites, etc. La presencia de la actividad del cura guerrillero Camilo Torres fue un hecho de importancia en este periodo. Así como lo fueron también la creación del INCORA, Instituto Colombiano de Reforma Agraria, y de la Oficina de Asuntos Indígenas del Ministerio de Gobierno, que tenían que ver con el país rural y, por tanto, con los indios. La irrupción de la contracultura del hipismo en contra de las formas de vida y pensamiento más tradicionales, tuvo un lugar importante en estos años.

Aspecto fundamental para el crecimiento de Colombia en el siglo XX fue la mecanización de la agricultura en algunas regiones claves para el país y su avance por el camino capitalista de la industrialización y la proletarización, con la expulsión de una gran masa de mano de obra campesina, que se volcó sobre las ciudades.

A esta expulsión del campesinado contribuyó de manera decisiva la violencia liberal-conservadora, desbordada especialmente en el campo, a raíz de la disputa entre los dos partidos tradicionales por acceder al gobierno, el asesinato de Gaitán también constituyó un factor de peso en esta agudización de la violencia.

En el Cauca, la violencia contra los indios, que no les daba tregua, continuó su avance con frecuentes y sucesivas masacres y con el asesinato de sus dirigentes y autoridades tradicionales. Mientras tanto, el clero y las autoridades civiles y militares ponían en marcha un proceso de conservatización de los paeces, quienes se habían distinguido por su posición al lado del partido liberal. Los sobrevivientes de las matanzas eran llevados ante el obispo y obligados a renegar de su afiliación liberal y adoptar la conservadora, bajo pena de excomunión y de muerte. Se cuenta que el obispo de Tierradentro pagaba por cada liberal asesinado y en prueba de su muerte exigía que le llevaran las orejas de las víctimas.

Otros no tuvieron esa “suerte” y fueron asesinados y descuartizados directamente por las tropas, la policía chulavita (un grupo armado que existió durante los primeros años de la Violencia en Colombia, conformado por campesinos conservadores procedentes de la vereda "Chulavita" del municipio de Boavita en el departamento de Boyacá, reclutados por la policía para defender el gobierno conservador durante “el bogotazo” y que extendió su acción violenta en los años que siguieron), y los “pájaros”, asesinos a sueldo de conservadores y terratenientes:

Los fusilamientos sin juicio previo constituyeron otra de las formas que revistió la violencia contra los indios y los campesinos caucanos, al ser calificados oficialmente como guerrilleros o bandoleros:

Tristemente célebre por su alevosía fue el asesinato de los miembros del cabildo Indígena de San José, caídos en una emboscada de las tropas, con el beneplácito del obispo de Tierradentro:

A veces, por su gran cantidad, las volquetas de los municipios recogían los cadáveres para luego arrojarlos a los ríos, con el fin de hacerlos desaparecer. Uno de los sitios “famosos” para esta forma de eliminación de las pruebas de los crímenes fue el puente de Cohetando, sobre el río Páez, a pocos kilómetros de la cabecera municipal de Belalcázar:

Entre tanto, las monjas misioneras continuaron su labor de adoctrinamiento de los niños indios para “civilizarlos” en las doctrinas de la iglesia y en el trabajo forzado, mientras sus padres contribuían obligatoriamente a su sostenimiento en los internados entregando parte de sus menguadas cosechas:

Por esta razón, los establecimientos regentados por monjas y curas se convirtieron en blancos de quienes luchaban por sobrevivir, como ocurrió durante la toma de Inzá por la guerrilla:

Desde los años 30 y 40 del siglo pasado, los miembros del Partido Comunista desplegaron con intensidad su trabajo entre los indios, aprovechando el vacío que dejó el traslado de Quintín Lame al Tolima:

En estas actividades tuvo mucha importancia la participación de José Gonzalo Sánchez, quien había sido secretario de Quintín Lame y que, reclutado por el partido, viajó a la Unión Soviética y regresó luego a trabajar en el Cauca. Conscientes de su ascendiente entre los paeces, después de perseguir su muerte durante largo tiempo, sus enemigos lograron envenenarlo:

Al mismo tiempo, durante el primer gobierno del Frente Nacional, alianza antipopular de los partidos tradicionales liberal y conservador para repartirse el poder durante 16 años, fue atacada por tierra y aire la región de Marquetalia, en la Cordillera Central y colindante con Tierradentro, en donde se habían establecido campesinos e indígenas liberales y comunistas, que se desmovilizaron pero no entregaron las armas en el gobierno de Rojas, empleándolas para su autodefensa. Los desplazados de Marquetalia fueron a refugiarse, luego de atravesar todo el centro del país, en las selvas de la Cordillera Oriental, en donde constituyeron una de las bases esenciales para la posterior conformación de las FARC.

 
 
www.luguiva.net - 2010 ® contacto@luguiva.net
Bogotá - Colombia