Casa del taita Payán
Como un resultado de nuestro trabajo de recuperación de la historia, uno de los taitas del Comité de Historia se empeñó en la tarea de hacer que esa historia hablara a todos los guambianos “para que diera vida guambiana” a través de lo que llamó “La casa del taita Payán”, la reproducción de la casa de tres niveles del cacique guambiano que residía en Popayán a la llegada de los conquistadores.
Este trabajo precisó de distintas fuentes de financiación, que fueron incidiendo paulatinamente en su desviación de los parámetros propuestos inicialmente, en la medida en que algunas de ellas llevaron a que se tuvieran que aceptar como asesores algunos profesores venidos de la Universidad del Cauca.
Pero, finalmente, la edificación se terminó (Foto abajo) y, en las paredes interiores de sus tres pisos, un equipo de jóvenes guambianos, formados por y bajo la dirección del taita, pintaron los aspectos esenciales de la historia propia. Allí debía trasladarse la “oficina del Cabildo” para que, bajo su autoridad, la casa pudiera “dar vida guambiana”, cosa que, por diversas razones internas y externas no se ha logrado. Los escolares suelen visitarlo, como si fuera un reemplazo del Museo-Casa de la Cultura, que ya no funciona, y el taita los acompaña con sus explicaciones; pero no es esta su función esencial.
|
El Cabildo ha tratado de que se abra a los turistas, propuesta que ha contado con la oposición rotunda del taita encargado de su manejo. Éste continúa avanzando en su montaje e, incluso, ha logrado levantar otra edificación aledaña (Foto abajo), el lugar en donde las niñas eran protegidas y enseñadas por las mayores con motivo de su primera menstruación.
|
Como la lucha por la recuperación de la historia continúa, como la confrontación entre etnoeducación y educación propia, se libra a diario, ahora el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar propone la construcción de “casas del taita Payán” en todas las veredas, para que los estudiantes “no tengan que recorrer” para ir la casa actual y, posiblemente, para que sean sedes de los “hogares de bienestar”, con los que se sigue arrebatando a los niños más pequeños a la educación propia y por la vida.
|