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PRÁCTICAS DE INTERVENCIÓN DEL CUERPO EN SOCIEDADES INDÍGENAS ACTUALES DE COLOMBIA
Informe final de "Recolección de información bibliográfica como Asesoría a la exposición temporal del Museo del Oro: CUERPOS PREHISPÁNICOS"
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LLANOS ORIENTALES
U’WA
Ann Osborn: “Las cuatro estaciones. Mitología y estructura social entre los U’wa”. Banco de la República, Colección Bibliográfica, Bogotá, 1995.
Las plumas de garza para los rituales de soplar deben venir de las tierras altas, pese a que también las hay en las bajas. Solamente al Clan 8, Ruba (hoy desaparecido), se le permitía matar las garzas para conseguir las plumas. Por eso, ahora las obtienen de campesinos blancos que viven en esas tierras. P. 64
La ceremonia de soplar se efectúa sobre personas y sobre cosas, para sacar cuerpos, substancias e influencias extrañas contaminantes y expulsarlas del territorio U’wa, para que su “mortalidad” no los perjudique. P. 95
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Foto 5: /i>Bita wedhaiya en ceremonia menor. P. 96 |
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Para soplar, el chamán saca su canasto con las plumas de garza, las pone en el portaplumas y pone el conjunto, ruritha, en una esquina. Alternadamente, consume coca y tabaco durante toda la ceremonia. Para remover la enfermedad de los objetos o personas que está soplando, aspira a través de una pluma de garza y luego escupe sobre hojas de robira (Piper sp.). También sopla sobre los objetos a través de una pluma de garza para que su alma-aliento, fortalecida por la pureza y la fuerza de la pluma, los fortalezca. Igualmente, abanica los objetos con la pluma para desvanecer la influencia dañina. Para terminar, se abanica él mismo con la pluma para recoger en sí toda la mortalidad que ha sacado de las cosas. Mientras usa la pluma, musita palabras sobre el texto de un mito relacionado, los caminos que está recorriendo para encontrar el origen del problema y la ceremonia misma. Después de la cuarta noche, al amanecer, la gente dueña de los objetos soplados viene a recogerlos; y el chamán sopla a las mujeres y los niños con una pluma de garza en el estómago. P. 97-98
Durante los días que dura el ritual, la gente ayuda y permanece afuera de la casa. Se ponen así fuera del tiempo y del comportamiento normal, “como si no existieran”. Sus cuerpos están vacíos de comida, sus casas vacías de ellos, los fogones apagados y las relaciones sexuales (fuente de la mayor mortalidad) están prohibidas. Este es el estado más cercanos a la inmortalidad que los seres humanos pueden conseguir. P. 99
“Ruritha (pluma de garza). En todas las ceremonias de soplar los chamanes usan una pluma de garza colocada en un portador de carrizo. Se dice que las plumas de garza poseen gran pureza y fuerza y que al igual que las drogas, particularmente el alucinógeno akwa, tienen un poder curativo semejante al de los antibióticos. La garza (probablemente Egretta thula) es un pájaro cuya ruta de migración va en sentido opuesto al de la trayectoria del Sol. Durante la estación húmeda, cuando el Sol está en las llanuras del oriente, la garza se encuentra en las tierras altas del occidente; en diciembre la situación es inversa. También se dice que el ave migra de noche por lo que, por partida doble, se mantiene lejos del Sol, epítome del calor, las deidades y la inmortalidad. A los Kubaruwa les está estrictamente prohibido matar este pájaro y, como se mencionó anteriormente, en el pasado obtenían sus plumas del Clan 8, en las tierras altas; hoy lo hacen de los blancos residentes en el territorio del clan extinto.
“La fuerza y pureza de la pluma resultan de dos circunstancias: sus orígenes y e hecho de pertenecer a la misma categoría del cabello, símbolo de fuerza y salud. La pureza de su origen está en ser criatura de Rika, hija de Rukwa y deidad de las fuentes termales en las tierras altas, enviada al mundo del medio para proveerlo de ríos y de fertilidad femenina. Al venir del mundo de arriba, no tiene sangre, no puede menstruar y no tiene la fertilidad del mundo del medio; ella encarna la inmortalidad y la longevidad. Cuando los Kubaruwa están en las tierras altas, con frecuencia van a bañarse en las aguas de Rika para obtener longevidad, así como para recolectar plumas de garza. Así pues, aunque femenina, Rika es Kubina por parentesco y residencia. Se dice que las hermanas clasificatorias de la garza (raba) son la cal y el jengibre. Ya se mencionó que durante la ceremonia de soplar el tallo de jengibre es utilizado en estrecha relación con la pluma de garza”. P. 101
“Las mujeres usan collares de conchas como símbolo de su fertilidad”. P. 103
“Wirkatha (capas de algodón). El término wirkatha se usa para una serie de cosas relacionadas: para referirse a los pétalos de las flores, a una tela de algodón blanca que los hombres llevan alrededor del cuello a manera de capa cuando asisten al Reowa, a la tela de algodón blanca empleada en la ceremonia de iniciación femenina y a las telas de algodón blancas y rojas que hombres y mujeres usan, respectivamente, cuando asisten al Aya. Las estaciones y ocasiones en las que se utilizan las capas parecen muy disímiles, aunque en el contexto de los ciclos del maíz, de la vida humana y de sus relaciones con el ciclo ceremonial, puede hallarse una analogía. P. 106
“En la mitología cantada una capa de algodón cubre y protege el canasto donde tiene lugar esta vital fase de transformación. En el ritual que acompaña los mitos cantados, la capa no sólo se usa para simbolizar los actos con frecuencia fantásticos de las deidades, sino también porque representa protección para la germinación y la procreación. En la vida real, la cuarta fase es un acto conjunto de hombres y mujeres; plantar es análogo a copular. Es en este momento cuando el kwika (embrujamiento) es más frecuente; muchas semillas no germinan, algunos niños nacen deformes, etc. Bajo la capa de algodón, metafóricamente hablando, ocurre una transformación radical: la siembra y la copulación. Asimismo, en los mitos cantados y los rituales la gente está llevando a cabo actividades que estimulan y producen diferentes estados.
“Se entiende entonces que usar la wirkatha es procurar la protección y el resguardo que ella simboliza. Por medio de la wirkatha se representa la parte masculina, dentro de un proceso por lo demás básicamente femenino de transformación y germinación: son las mujeres quienes siembran y, mas aún, es en ellas donde los niños germinan como la semilla germina en la tierra.
“En un nivel de análisis diferente, la importancia de la capa también está en su color. El rojo es el color del mundo fértil de abajo, mientras que el blanco es el del mundo seco y asexual de arriba y de lo masculino”. P. 106
“Shorota (corona). Los Bita Wedhaiya, los cantores principales y algunos de los otros hombres que participan en los rituales usan coronas cuando cantan. Estas son cintas de unos cinco centímetros de ancho, tejidas en un bejuco proveniente del bosque nublado, más arriba de Cobaría, zona que se equipara con Amarillo. Las coronas tienen también bordes tejidos en la parte superior y en ellos se insertan plumas de aves. Se utilizan plumas de shatora (tucán) y de kwendra, pequeño pájaro considerado su compañera, de dos colores: azul-verde y rojo. Se dice que ambos son pájaros Ruya; los colores de las plumas son los de los mundos del medio y de abajo, respectivamente. Aunque la corona como un todo es, por tanto, una combinación de elementos Kubina y Ruya el bejuco es de Amarillo y las plumas de Ruya es un elemento de parafernalia exclusivamente masculino y se dice que simboliza la virilidad, la madurez y la fertilidad sexual masculina, cualidades éstas adquiridas del Sol.
“Todos los seres que vinieron del mundo de arriba al mundo del medio requirieron coronas, evidentemente como parte de su equipo para sobrevivir en este mundo. En las plantas con flores, por ejemplo, las coronas son los pistilos. Las deidades masculinas del mundo de arriba y particularmente el Sol, los pájaros y la luz que viene del cielo, tienen todas coronas con plumas; todos estos seres están íntimamente relacionados”. P. 107
“Otro ritual que se realiza al final de las ceremonias principales de soplar y de las ceremonias de los mitos cantados consiste en arrancarle mechones de pelo al oficiante principal, ‘padre’ o ‘cabeza’ de la ceremonia. Esto lo hace el Bita Wedbuiya que ha realizado la ceremonia de soplar. Los mechones se siembran en la tierra junto con un retoño de jengibre y algo de chicha, mezcla que representa una combinación de kanoba o saliva masculina y femenina, pues en la preparación de la chicha para la última celebración, uno de los organizadores masculinos mastica un poco de la masa y la agrega a la masticada por las mujeres. Cabe señalar aquí que en el Reowa se usa chicha de kara, en el Aya chicha de maíz y en la iniciación femenina chicha de batata o de miel. En la ceremonia de iniciación femenina se da un ritual similar, pero allí es el cabello de la joven iniciada el que se corta.
“Para los U'wa, al igual que para otras sociedades, el cabello es símbolo de salud, larga vida y sexualidad. Los U'wa se lo dejan muy corto antes de todas las celebraciones principales y de las ceremonias de soplar llevadas a cabo por enfermedad, con el fin de que su crecimiento sea más fuerte y saludable después de ellas. Por otra parte, se busca que el cabello no se contamine con la mortalidad y los otros males extraídos en esas ocasiones rituales. Los participantes también se arrancan mechones al final de la ceremonia. En ambos casos la idea de crecimiento está presente. El cabello arrancado al final de una ceremonia se entierra debajo de un retoño de jengibre, planta medicinal importante, cuya savia equivale a la sangre de los mamíferos y, por ende, a mortalidad y sexualidad; esta savia, se piensa, tiene cualidades que dan longevidad y es equivalente a la kanoba, una inversión de la sangre. Al combinar kanoba y cabello bajo la planta, esta se nutrirá de ellos, lo que significa que la gente da su fuerza, simbolizada en el cabello, a una planta medicinal que les regresará el mismo valor”. P. 109
Ruruna es uno de los dos representantes masculinos del mundo de arriba (Blanco); su representante terrestre es la garza, cuya pluma es el instrumento para soplar por excelencia. El otro instrumento es el tabaco, que representa a Baukara, hermana clasificatoria de Ruruna. P. 125-126
La lluvia de la estación húmeda es considerada por los U’wa como kanoba, la sustancia asexual de los inmortales, que estos envían para fertilizar el maíz del Aya, que se cosechará en la estación que sigue, y a las mujeres que están en los últimos cuatro meses de embarazo y parirán en la estación siguiente. Durante el Reowa, los hombres y las mujeres dejan de copular porque el crecimiento del feto ya no depende del semen masculino sino de la kanoba de los inmortales. P. 139
Las plumas del tucán más grande, el “macho”, son las que se usan para hacer las coronas ratha o sol, que son masculinas y kubina. Ratha también es otro nombre “que se da al tucán (¿macho?) mismo”. P. 187, nota de pie
“El equivalente masculino de la sangre menstrual es el semen […] Esta lógica de que los hombres y las mujeres producen líquidos diferentes, pero equivalentes, que cumplen funciones distintas en la producción conjunta de las criaturas, se demuestra en los comentarios de los hombres sobre la masturbación masculina, en el sentido de que el semen que se produce en este acto está manchado de sangre menstrual por lo que se corre el peligro de volverse mujer”. P. 205
La preparación del akwa (alucinógeno) mezclado y tostado busca que los seres del mundo de abajo puedan embrujar. Así, los animales del mundo de abajo que comen gente pueden volverse hombres en el mundo del medio al tomar esta mezcla. Del mismo modo, los hombres del mundo del medio, al tomarla, pueden convertirse en animales comedores de gente; medio mediante el cual los chamanes pueden desplazarse por el mundo de abajo con rapidez y sin ser detectados. P. 206
En el equinoccio de marzo, el sol se quita su corona de plumas rojas y se coloca la de plumas blancas. La roja que lleva durante el solsticio de junio se relaciona con la fertilidad del mundo de abajo y de su esposa más joven; la blanca que lleva durante el solsticio de diciembre se asocia con la asexualidad de la esfera de arriba y de su esposa más vieja. P. 212
“Uso de capuchas hoy en día de hojas y en el pasado de plumas de aves por parte de las jóvenes y los animales, y el aislamiento de aquellas en un rancho especial para evitar que los rayos del Sol las alcancen. Durante este período de aislamiento de cuatro años se alcanza la madurez total, estado que no tienen los inmortales”. P. 232
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Pubescente encapuchada con su tío materno. P. 239 |
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La riqueza de fertilidad, riqueza de dar a luz, está simbolizada en las mujeres por sus collares de conchas y en los hombres por los suyos, de cuentas y dientes de animales. P. 233
En el período en que las jóvenes están encapuchadas, tienen prohibidas las relaciones sexuales y cualquier otro contacto con lo masculino. En este tiempo, la joven es soplada para remover lo amargo de la sangre menstrual, dañina por su calor. P. 235
Los dientes de los collares de los hombres son de animales terrestres, de preferencia oso, zorro y jaguar. Las conchas de los de las mujeres son de animales del agua, en especial de caracoles de río. Las cuentas de unos y otros las hacen los guahibos de intestinos de lombriz de río. P. 236
Los papeles sexuales solamente se establecen en la madurez y aún entonces algunos hombres son considerados socialmente como mujeres y llevan collares de conchas. P. 237
Andrea Lisset Pérez: “Procesos de socialización en los niños indígenas uwa”. Departamento de Antropología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1994. Trabajo de Grado.
“Recién nacido, cuando el careca ha decretado que puede vivir porque está sano y sin deformidades, procede a soplarlo con la pluma de su garza. El brujo recita un canto que enumera lo que el niño debe aprender y será en el futuro” (Chávez Álvaro: Los Tunebo (Datos etnográficos) Revista Universitas Humanística, Editorial Pontificia Universidad Javeriana, # 8 – 9, Junio de 1975: 37). P. 32
“Durante el rito de bautizo utilizan objetos sagrados o fetiches religiosos que desempeñan la función de ‘protectores o amuletos’ depositarios de la buena suerte, que acompañan a la persona durante toda su vida, estos son el collar de caracol para las niñas y el collar de colmillos para los niños. Les tienen bastante fe, tanto que si se les llega a perder creen que corren el peligro de muerte:
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Le pongo el collar al niño y lo dejo en nombre de la mama Bakuará para que toda la vida el collar viva con el y la mamá Bakuará también lo acompañe toda la vida” (Cuarta parte del Canto del Bautizo; Márquez, María Helena. Datos Etnográficos de los Tunebo. 1981: 56). P. 41
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NIÑO DE BRAZOS satcana sut ya brigo: Durante este periodo de edad los niños permanecen desnudos; solo los cubren con hojas de rascador o trapos viejos cuando sus madres los cargan a sus espaldas o para dejarlos dormir. De esta manera los niños empiezan a adaptar su cuerpo a las distintas temperaturas de su hábitat ya que la indumentaria con la que cuentan es muy escasa pues incluso los adultos andan semidesnudos y la mayoría de veces descalzos. P. 52
“Una de las costumbres que más llaman la atención dentro de la educación corporal de los niños es la de amarrarles los brazos en los primeros meses con unos bejucos. Lo cual a primera vista y en boca de los colonos ‘es una forma muy cruel para tratar a los niños’, sin embargo los u was tienen una explicación muy importante y es que ‘los bejucos ayudan a que les nazca fuerza en los brazos para que sean buenos para el trabajo’. El hecho que exista una educación por aparte y diferenciada para algunos de los órganos del cuerpo (como el nacimiento de la fuerza de los brazos, el movimiento de las piernas, el crecimiento de la inteligencia en la cabeza con el aprendizaje del canto) además de una forma particular de culpar no a la persona sino al órgano o parte responsable como por ejemplo: ‘las manos de la niña no saben trabajar porque no cocinaron bien’, nos hicieron pensar que los uwa, al igual que muchos grupos indígenas del país, tienen una concepción del cuerpo como un conjunto de partes autónomas que guardan sus propias cualidades y funcionamiento. De otra parte el aprendizaje del movimiento y el adiestramiento de cada uno de sus miembros está dirigido a condicionar el cuerpo para el trabajo físico ya que su trabajo cotidiano se basa fundamentalmente en la fuerza corporal”. P. 53
Es muy significativo que los niños de brazos lloren poco lo cual es indicativo de la buena comunicación que tienen con su madre. En varias ocasiones pudimos observar que la madre dejaba de lado las tareas que estaba realizando por atender a su hijo. En los casos en que no se calma fácilmente con los cuidados que les dan sus madres, dicen que “se les metió una mala rabia” y entonces no les pegan sino que les fuman tabaco encima para que el humo los emborrache y se apacigüen. P. 55
El objeto ritual que se coloca a las kábaras (señoritas) en la ceremonia de la primera menstruación, tal y como son los collares en el bautizo, es el gorro de hojas o kokora que se convierte en un distintivo social para identificar a las jóvenes en edad de matrimonio. Lo deben usar todos los días durante el tiempo que así lo indique el /i>wer jayá pueden ser cuatro, tres años o varios meses. Hay dos tipos de kokora, uno que deja descubierta la cara y se usa a diario, y otro que se cierra en forma de mascara alrededor de la cara en forma de v y que solo deja el espacio para poder ver, este lo usan en ocasiones especiales cuando salen de la comunidad o asisten a alguna ceremonia. P. 69
“Aunque la cultura material de los u wa no es muy rica ni variada, todos los objetos que poseen tienen una asociación sexual. Empecemos por identificar los objetos que identifican sexualmente a cada sexo: los collares de bautizo (de caracol para la niña, de colmillos para los niños) y la ropa que tradicionalmente era una ruana trenzada para las mujeres (que conseguían en los pueblos de Guaicán y el Cocuy). Guayuco para los hombres. Indumentaria que cambió en vestidos para las mujeres y pantalonetas o pantalones y camisas para los hombres”. P. 81
“Entre todos los ritos el que mas les gusta a los niños y adolescentes es el baile (celebrado desde los meses de agosto a noviembre) porque además del canto y todos los demás componentes lúdicos propios de las ceremonias está el rito del baile. Son dos noches cuando se congregan jóvenes, mayores y niños (…). Los jóvenes y niños grandes llevan sombrero y poncho blanco o azul, y las jóvenes y niñas un trapo rojo con el que se cubren la espalda, y en el caso que sean kábaras se cubren también la cabeza, en cambio del gorro de kokora que se quitan durante estas dos noches. Los colores que usan para resaltar el grupo de hombres y mujeres nos sugieren que su lógica de división del mundo entre lo femenino y lo masculino es una constante en todas las actividades cotidianas y rituales de los u’wa. El color rojo simboliza la sangre, sustancia propia de las mujeres; y los colores blanco y azul simbolizan lo puro; que se identifica con lo masculino”. P. 110
Henri J. Rochereau: “Los Tunebo de Unkasía”. En Revista Colombiana de Antropología, vol. X, Bogotá, 1962, pp. 37–120.
El kareka o brujo es un niño escogido para este oficio; generalmente es el futuro padre de familia. También hay mujeres karekas. Cuando el futuro kareka llega a la edad conveniente los alimentan cuatro meses con la raíz cruda de cuatro plantas: la Yuba, la Siajera, la Tamoya, la Tehicuataya y con carne de tortuga. Si come otra cosa, debe ser “purificado”, como exorcizado por un kareka graduado.
Al cabo de cuatro meses se celebra una fiesta en la cual se bebe mucho, y el aprendiz de kareka principia el estudio de los cantos mágicos; a continuación sigue otro ciclo de cuatro años durante los cuales se le prohíbe probar la comida de los blancos. Durante estos cuatro años, Sira se le aparece, le comunica sus secretos y le da el poder de curar las enfermedades.
Terminado el ciclo de cuatro años, siguen otras fiestas y otras borracheras, y al estudiante se administra una ración de media libra de otoba, disuelta en agua caliente. Como consecuencia, tiene una indigestión catastrófica y en su sueño ve visiones y oye truenos y relámpagos.
A continuación siguen diez años de estudios al cabo de los cuales se gradúa, es decir recibe pluma de garza, que es la insignia de su oficio. Ya puede curar el catarro, la fiebre, la mordedura de culebra, pasar ríos sin ahogarse, presidir ceremonias y conservar las tradiciones de su pueblo. P. 46
Fiestas de la Adolescencia:
1. Las Tchaguinas (mujeres) habían preparado una cantidad fenomenal de chicha, y los hombres habían traído las provisiones, plátano, maíz, etc., cada uno de los invitados recibió una cantidad enorme de alimento para poder aguantar el ayuno que los esperaba a continuación. […] Luis dio principio al canto ritual acompañándolo con un balanceo rítmico de la cabeza. Cuando se sentía cansado se recostaba sobre el suelo y cantaba en esa posición.
Este canto duró toda la noche, con una decena de interrupciones, durante las cuales se acercaba a sus hijos y los soplaba con su pluma de garza (es decir la pasaba lentamente delante de ellos para que quedasen premunidos contra la fiebre). La cosa se hacía del siguiente modo: los dos niños se quedaban desnudos delante de él; el kareka escupía alrededor del trofeo y sobre todos los objetos que lo componían. Después tomaba su pluma, la agitaba tres veces de arriba abajo, de abajo arriba, transversalmente y por fin en medio circulo.
[…]
Repetida diez veces la ceremonia de la pluma de garza; Luis hizo masticar tabaco a sus hijos, les sobó los dedos y las manos y los bañó con el agua de la calabaza.
Terminada la ablución, los dos muchachos salieron con flechas, las examinaron, las dispararon al aire y regresaron. Se anunció entonces que la gente podía salir, y los “neófitos” fueron a bañarse afuera. Fue la señal para terminar el ayuno con pescado, ortiga cocida, maíz y plátano, y una buena distribución de chicha. P. 48
Paul Rivet y Victor Oppenheim: “La lengua tunebo”. En Revista del Instituto Etnológico Nacional, vol. 1, Numero 1, Bogotá 1943, pp. 47-53.
Se adornan con collares de dientes de zaino (Dicotyles) y de jaguar. El número de pares de colmillos de éstos animales en cada collar indica el valor y la experiencia de su dueño como cazador; así, los jóvenes tienen pocos o ninguno de estos colmillos, mientras que los viejos poseen largos collares que lucen en varias vueltas alrededor de sus cuellos. […] El lóbulo de la oreja está perforado y en cada uno de estos agujeros, colocan largos canutillos, hasta de 10 a 15 centímetros de largo, que, además de tener un objeto decorativo, les sirven como sostén para el pelo que lo llevan largo. P. 48
SICUANI
Manuel Lucena Salmoral: “Notas sobre la magia de los Guahibo”. En Revista Colombiana de Antropología, vol. XV, Bogotá, 1970-1971, pp. 129-169.
El sistema curativo consiste en unas serie de prácticas para extraer unas piedras de colores del cuerpo del enfermo en las cuales se materializa la esencia de las dolencias. P. 136
Los chamanes siempre llevan el rostro pintado con achiote. P. 141
Antiguamente, los chamanes se vestían siempre con pieles de tigre, que incluso debían tener rabo y servían para curar. P. 142
El baile ceremonial del entierro secundario exige que todos se pinten el rostro con achiote; las mujeres jóvenes se pegan plumas blancas en los brazos, las cuales brillan cuando los mueven [en actitud de volar. P. 162] P. 143
El rojo del achiote es un color mágico que previene contra los malos espíritus. P. 144
Para las curaciones, el chamán se pinta con achiote y se adorna con collares de dientes de tigre y plumas de aves. P. 146
El contacto de cualquier cosa personal con un wanare de la enfermedad es muy peligroso y produce inmediatamente un maleficio sobre la persona a la cual perteneció. Por eso los dientes, las uñas y el pelo se entierran con mucho cuidado. P. 148
Si un animal se come el diente de un niño, el nuevo diente será igual a los del animal; por eso los dientes se entierran junto a las raíces de las plantas. P. 149
Cuando una mujer tiene su primera menstruación se la encierra durante dos meses. Cuando sale a hacer sus necesidades tiene que ponerse un trapo en la cabeza para taparse el pelo, pues si el viento le pega en este, se le caerá; ante se tapaba con una tela de corteza de árbol. Al terminar hay una gran fiesta; para ella, se le pone un vestido, se la adorna con collares y una pulsera y se le pegan plumitas blancas de pato en el cuerpo. P. 157
Manuel Lucena Salmoral: “Bardaje en una tribu Guahiba del Tomo”. En Revista Colombiana de Antropología, vol. XIV, Bogotá, 1966-1969, pp. 261-266.
(Bardaje es un invertido que usa prendas de vestir femeninas, puede casarse con hombres, realiza labores de mujer, asume un papel pasivo en las relaciones sexuales y puede constituir una verdadera institución en la vida social de un pueblo) P. 263
En su familia, Juana es el único hombre vestido de mujer; pero el hermano mayor de su madre también lo es. Su madre le enseñó los trabajos de mujer cuando tenía como 13 años. Más tarde, hicieron una gran fiesta para darle marido. Durante la fiesta le cortaron el pelo, hicieron con él una correa que le amarraron a los muslos; después le pintaron todo el cuerpo de rojo. P. 265
Jorge Enrique Rojas: “El proceso de organización social Sicuani en dos resguardos del medio río Vichada. Realidad conflictiva y crisis indígena”. Departamento de Antropología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1999. Trabajo de Grado.
“Los meses de junio, julio y agosto escasea el pescado, pues según los Sicuani Bakatsolowa, se los lleva a la fiesta de los peces. Los peces dentro de la cultura además de ser la fuente proteínica son portadores de males, por eso a los padres de los recién nacidos se les reza el pescado lo mismo que a las mujeres que tienen su primera menstruación. Es más, tienen el rezo del pescado que consta de mas de 400 peces enumerados de acuerdo a unos patrones culturales”. P. 40
El pescado es para ésta cultura el centro de cualquier iniciación ya sea el nacimiento de los niños, el rezo para la primera menstruación. Este rezo dura toda la noche y hace un recuento de todos los peces y animales del agua desde los caños mas pequeños a los más grandes, con este rezo se busca que los Ainawi, seres del agua o de las profundidades no se lleven el espíritu de la persona. P. 41
Los rituales juegan un papel importante en la vida Sicuani, el nacimiento, la pubertad y los entierros secundarios son momentos fundamentales entre ellos. Las dietas, las prohibiciones, los rezos acompañan el que hacer Sicuani. Un hombre cuya mujer le ha dado un hijo tiene su dieta, le rezan los alimentos y al niño le rezan el agua y los objetos que lo tocarán. Si el hombre se desplaza a otra comunidad, lleva caraña tinainae (Protium Llanorum) que usan como sahumerio cuando se levanta el chinchorro y va al caño. Es un mundo muy ritualizado. P. 62
Kaliaweirinae al principio era una muchacha huérfana que tenía un hermanito. Ella se lavaba las manos de las que le salía una mugre como almidón que asaba y daba de comer al hermanito. Porque en esos tiempos no había de comer. P. 68
EL ORIGEN DE LOS CLANES:
Historia de los Yalijimomowi: Hace muchos siglos nuestros antepasados eran Kawiri y se comían entre ellos. No podían ver un niño de color blanco, todos tenían que ser morenos, ni muy negros tampoco. A ellos les mezquinaban el niño. Si salía blanco se lo comían. Por medio de yalake (bebida tradicional) se robaban los niños. Donde ellos oían que en una parte nacía un niño blanco iban a quitárselo. Entre ellos dejaban que el otro grupo se lo robara. Para no acabarse esa wiria se regaron. Los kawiri venían de San Fernando de Atapabo. (Malakua). En esa parte no vivían ni venezolanos ni colombianos. De allí vinieron a Palanca y llegaron a la comunidad de Ja jaraba. El propio sitio de nuestras familias era en Tutillo Tumajoto (lugar que existe hoy). Una muchacha de la comunidad decía:
A este grupo pertenecemos nosotros, es de allá de donde venimos. Y para aprender a hablar el dialecto de ellos yo voy a hacer una pusana que puede ser un liquido o sólido (agua, casabe, plátano, tabena) rezado (que todavía hoy la tenemos). La pusana se prepara en una especie de totuma que después de arreglada nadie utiliza y que estaba en el zarzo al que subió para bajarla para que él tomara. Con tomar eso el hombre se quedó y con el resto de la gente. Luego tuvieron familia y toda la familia salían peludos, todos barbudos.
Kuwai primeramente trabajó una mujer de cera, pero ésta mujer se derretía con el sol. Kuwai al mirar esto trabajó una mujer de greda pero ésta se le desmoronaba con el agua. Después pensó en hacer una mujer que le sirviera y durara más tiempo. Para tal fin buscó un palo de awalinae (palo amarillo) y ésta se resistió a todo. Pero lo único que le faltaba era el sexo. Kapisi le contesto que le daba mucha pena, pero kuwai le siguió insistiendo. Ante tanta insistencia Kapisi le hizo el sexo. Después Kuwai bañó a ésta mujer con hojas de iwiba u (un árbol) y le hizo botar todas las cosas malas. P. 92
También con su poder mental Kuwai le mandó a Yakukuli a pescar y Kuwai se quedó solo con la mujer. Luego dejaron de bailar y la mujer se fue a buscar agua y a bañarse. A lo que ella se fue Kuwai la siguió.
Cuando ella estaba bañándose Kuwai llegó y se transformó en un joven, cuando ella vio que era Kuwai corrió hacia el a abrazarlo.
De ahí se fueron a bañar los dos y toda la mugre que botaron Kuwai y la mujer se transformó en todas las frutas del monte: pendare, seje, mucurita, moriche etc. A la mujer le hizo botar todo el semen de Yakukuli.
De ahí se pusieron la pinta y volvieron a bailar, pero ya era de noche. A la media noche la gente cantaba: Jule jule belainwatsi (queremos comer carne humana). Kuwai estaba escuchando eso con la mujer en la casa y le dijo: Nuestros nietos quieren comer carne humana. Entonces él los transformo en animales. Pero la mujer no supo esto. A la madrugada la mujer vio las casas vacías. Al ver esto le dijo a Kuwai: Usted siempre es así, le hizo un mal a la gente.
Kuwai al oír eso de la mujer se fue escupiendo casa por casa y a lo que vino de allá apareció de nuevo la gente por wirias (razas, clanes)
Kuwai reunió toda clase de carne en una casa vacía, carne salada y carne moqueada. La carne salada tenía gusanos y nuestros antepasados no quisieron comer esa carne y prefirieron comer carne moqueada, por ese motivo son indios. Los blancos se comieron la carne salada y se volvieron blancos.
Luego en una laguna donde había culebras, arañas, alacranes en fin animales que cambiaban de cuero, Kuwai les dijo que se tiraran al agua y los antepasados no quisieron pasar la laguna. Por ese motivo no cambian de cuero. Por eso los que estaban en la laguna si lo hacen. P. 92
Antiguamente se le habían muerto los padres a dos niños, un hombrecito y una mujercita… cuando se iban al caño hacían sonar el agua y silbaban pía, pía. Luego se regresaban a la casa. Cuando la familia volvió a preguntarles, ellos contestaron que se iban a ir. La familia al oír esto se puso a llorar. No les importó que la familia llorara y se volvieron a ir al caño a bañarse y hacían pía, pía o hicieron uso sexual los hermanitos y se convirtieron en dantas macho y hembra. Por eso hacían pía, pía como hacen las dantas. Cuando llegaron a la casa ya no hablaban la lengua. La familia les preguntó qué les había pasado y la niña les contestó que se iban por la tarde para el monte y les dijo que cargaran el chinchorro en la nuca. Por eso la danta tiene un morro en la nuca. P. 97
Braida Elena Enciso R.: “Integración y resistencia surrurruba. Indígenas Guahibo”. Departamento de Antropología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1982. Trabajo de Grado.
Respecto al aspecto físico de los guahibo el P. Pedro Fabo los describió de la siguiente manera: “cabeza puntiaguda en el vértice, de gran volumen y dolicocéfala. Cuello corto, frente estrecha, pelo negro y áspero que cuelga hasta los hombros y no encanece, nariz ancha y roma, ojo oblicuo de mirada melancólica, recelosa y ladina. Imberbes, de pómulos salientes, boca ancha de labios carnosos, dientes apretados y blanquísimos. Horádanse la ternilla de la nariz y los lóbulos de las orejas y atraviésanlos con canutos de gramíneas. Quítanse las cejas cuando están airados y van a guerrear…” (Fray Pedro Fabo: “Idiomas y Etnografía de la Región Oriental de Colombia”. José Benet Impresor. Barcelona 1911, pagina 41). P. 142
“En el aprendizaje del Chamán y en sus prácticas aun se conservan sus principales costumbres como el uso del capi y del yopo el cual actualmente es empleado también por los que no son chamanes –la pintura facial y el uso de la diadema de plumas (sesebai) de las maracas (chichito) collares, bolsa, el método de soplar y la extracción del mal materializado en un objeto, generalmente mineral. […] los principales ritos ceremoniales de los Sikuani se relacionada con: el nacimiento de los niños [...], con la iniciación de la pubertad en las jóvenes; con ocasión del entierro secundario que es motivo para la celebración de uno de sus principales rituales conocido como la fiesta del “cacho-venado” en el cual toman el tradicional yarague y entonan canciones rituales […]. Una vez terminada la ceremonia y habiendo pintado los huesos del muerto con pintura roja o achote (joti) se entierran definitivamente y se quema la casa donde vivió puesto que se temen a los espíritus de los muertos.” P. 331
María Mercedes Ortiz - Marta Zambrano: “Esbozo histórico de las relaciones entre los llaneros y los guahibo”. Departamento de Antropología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1984. Trabajo de Grado. (sin paginación).
“… los señores españoles han inventado este castigo desde hace tiempo, pues nadie comprende mejor que ellos que la vanidad debe extirparse con vergüenza y burla. Los indios, dicen, son como todos los bárbaros, altivos y orgullosos. Y por otra parte que por medio del látigo y el corte de la cabellera se les rebaja expresamente. Así estos dos medios son los mas cómodos para domar estos salvajes y mantenerlos en disciplina y honradez ciudadana, considerando que tanto los indios como las indias, puesto que no poseen nada mas costoso, estiman su cabelleras por encima de toda riqueza.” (Rey Fajardo, 1974: III, 311. documentos Jesuíticos Relativos a la Historia de la Compañía de Jesús en Venezuela. Bibliografía de la Academia Nacional de la Historia, 3 Volumen, Caracas)
Gerardo Reichel-Dolmatoff: “La cultura material de los indios guahibo”. En Revista del Instituto Etnológico Nacional, vol. 1, entrega 2ª, Bogotá, 1944, pp. 437-489.
La preparación de la pintura para la cara es tarea de la mujer. P. 443
Desde que nacen los niños y niñas siempre llevan una cuerda atada alrededor de la cintura. Esta se conserva durante toda la vida; incluso, aquellos que usan ropas occidentales, la llevan bajo ellas, por lo que debe tener algún significado mágico. P. 459
Para bailes y fiestas, los hombres usan coronas de plumas de aves, a veces loros y guacamayas, ensartadas sobre una base tejida de fibras o paja, con una punta saliente atrás. El cacique usa a veces una corona de garras de tigre sobre una base tejida y con una o dos plumas largas de guacamaya. El baile más popular es el del venado, en el que imitan sus movimientos. P. 460
“La antigua costumbre de los Karib de deformarse las pantorrillas y los brazos con unas ligaduras muy apretadas… se encuentra frecuentemente entre los guahibos. A los niños después de nacer les enrollan en las muñecas y en los tobillos, lo mismo que bajo de la rodilla, una cuerda fina muy apretada, pero solamente en los miembros del lado izquierdo. Después de la niñez quitan estas ligaduras, pero las mujeres las mantienen toda la vida en el brazo izquierdo”.
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Pintura de la cara de los Guahibo |
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Un adorno importante es la pintura facial con achiote (Bixa orellana). Las pequeñas pepas se muelen y se mezclan con la grasa de un pequeño lagarto, masa que se guarda luego en un estuchito hecho de tallo de bambú. El color se aplica con un palillo afilado sobre la frente, nariz y pómulos en forma simétrica y dibujando motivos geométricos. Los rasgos principales son: una línea horizontal a lo largo de la frente sobre las cejas, otra vertical sobre el dorso de la nariz y dos líneas que salen de las sienes, marcando la saliente de los pómulos. Sobre esta base se ejecutan según el gusto y habilidad del individuo motivos tales como estrellas, triángulos concéntricos, rombos, paralelas y ángulos. Los hombres dan mayor importancia a la pintura de la nariz, mientras que las mujeres hacen resaltar más los pómulos, que decoran con grandes motivos cerrados. La pintura roja es empleada por todos los miembros de la tribu, excepto el shaman quien se pinta de negro con puntos circulares y cruces que le cubren la barbilla: Los niños están excluidos de la pintura facial y solamente participan de ella al iniciarse la pubertad. P. 461
Para la guerra emplean mazas de madera decoradas con dibujos geométricos rojos. P. 466
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Vasija antropomorfa guahiba. P. 499, lámina 5 |
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La cerámica más peculiar es la antropomorfa, que representan hombres y mujeres con los brazos en jarra, que sirven de asas. Las facciones de la cara están en altorrelieve en el final del cuello, un ancho cilindro que se alza sobre el cuerpo globular achatado. La decoración se hace con un tinte que se saca del árbol arracoa que da un color negruzco e impermeable. Se trata de motivos geométricos, líneas rectas, triángulos y meandros. En las antropomorfas se representan la pintura de la cara de la persona. P. 467
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En el aspecto físico los guahibo presentan rasgos característicos propios y originales de su raza indígena, sin mostrar señales de mestizaje con blancos. El único vestido que llevan es confeccionado con corteza de árbol (antiaris saccidora). Las mujeres usan un camisón corto y los hombres un taparrabo. Los vestidos son pintados con colores vegetales y decorados con motivos geométricos. Los hombres se adornan con collares de dientes de animales y las mujeres con collares de frutas de palmas y cuentas. En ocasiones especiales los hombres se adornan con coronas de plumas. Los guahibo conservan la costumbre de deformarse las pantorrillas y los brazos con ligaduras apretadas (costumbre que hoy en día no se observa), así como la costumbre de la pintura facial con achiote (bixa orellana) aplicada en forma de figuras geométricas. La pintura negra solo es empleada por los chamanes, los niños no se aplican ninguna clase de pintura. P. 478
Las secreciones del cuerpo, el pelo y las uñas son elementos que permiten hacer daño mágico. Si alguien obtiene los de una persona, ésta queda dependiendo de él. Por eso, hay que quemar o enterrar esos restos. También, el nombre del individuo es su propio ser, siendo, por tanto muy peligroso, por eso nunca se dice directamente a otra persona. P. 479
La maraca del chamán tiene una vida propia y a veces es el desdoblamiento del chamán, “con quien se personifica en su ausencia”. Se cuelga del techo de la casa y desde allí puede contestar lo que se le pregunte y darse cuenta de todo lo que pasa para contarlo a su dueño cuando regrese. Con ella puede traer o alejar la lluvia. P. 479-481
Los collares de dientes cubren el pecho y parte de la espalda del chamán; igualmente lleva la piel de una guacamaya con sus plumas, la cual se coloca sobre el dorso con las alas extendidas tocándole los hombros. La pintura de la cara es esencial para sus actividades, así como el consumo del yopo y la masticación de kapi. En las cosechas celebran el yapururu, en el cual las dos flautas representan la fuerza masculina, la más larga, y la femenina, la más corta. P. 480
En la iniciación de la pubertad, la prueba de resistencia es colocar un bejuco cáustico, llamado pama, alrededor de las muñecas de ambas manos, apretándolo con fuerza. Al poco tiempo lo quitan y con él se cae la piel, comenzando una hinchazón muy dolorosa. Estas cicatrices duran toda la vida y se les atribuye una fuerza muscular y un valor personal. P. 482-483
Existe el entierro secundario de los muertos, de los cuales se recogen solamente los huesos largos y el cráneo, que se pintan con achiote y luego se entierran en una tinaja grande en el centro de la casa, la que se abandona. P. 483-484
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