Luis Guillermo Vasco   Luis Guillermo Vasco
 

SEMINARIO PERMANENTE INTERDISCIPLINARIO DE ETNOEDUCACION
Ministerio de Educación Nacional
Universidad Nacional de Colombia

8. ESCUELA-FAMILIA-COMUNIDAD

En la familia se considera la identidad iku por el uso de lengua ikun y de la manta y por la pertenencia a la comunidad. En algunas escuelas se refuerza ese proceso con la atención que se da a la lengua propia y al vestido. Pero también ocurre que la expectativa de muchos padres frente a la escuela está en que en ella se enseñe el castellano, pues consideran que el ikun se aprende en la casa, con la familia. Pero cuando los padres no hablan ikun, sí quieren que la escuela lo enseñe. En este punto, Jewrwa constituye una excepción, porque en muchos hogares se habla a los niños en castellano y se espera que en la escuela ocurra lo mismo y que posteriormente aprenderán el ikun en el curso de la vida, como sucedió con muchos de ellos.

En general, en la escuela no se está al tanto de muchos de los sucesos de la vida de la comunidad, en especial aquellos que tienen que ver con la autoridad. Gunseyteynarunmun parece ser una excepción, pues la mayor parte de las reuniones de la parcialidad tienen lugar en la escuela, con una estrecha participación de los maestros y de los niños de más edad, aunque los demás también asisten al lugar de la escuela mientras la reunión tiene lugar.

Lo contrario también es cierto y las actividades escolares por lo general quedan circunscritas al espacio de la escuela, sin que la parcialidad y las familias estén enteradas de todas ellas, es especial en lo que tiene que ver con los contenidos de la enseñanza y las pedagogías que se emplean. En cosas del funcionamiento, de la adecuación de locales, de la huerta y otros semejantes sí hay cierta participación de los padres de familia, al menos de algunos de ellos. Cuando existen comités de padres que ejercen alguna función en la escuela, ésta se refiere al funcionamiento de ella o a problemas de disciplina de los estudiantes o a problemas de o con los profesores, pero es excepcional que intervengan respecto a qué es lo que aprenden sus hijos y cómo.

Sin embargo, es importante la iniciativa de algunas escuelas para que los padres de familia intervengan como profesores u orientadores de algunas actividades, en especial en los cursos de estética o de “artesanías”. Desafortunadamente esto es algo muy suelto, poco generalizado y con frecuencia carente de continuidad. También es muy positivo el trabajo que en algunas escuelas hace énfasis en las experiencias vivenciales de los niños en su vida cotidiana en el hogar y en la comunidad, y que estimula la creación e ilustración de relatos a partir de ellas.

Como ya se planteó, escuela y familia compiten por el tiempo del niño y no siempre se consigue un equilibrio entre estas dos fuerzas. Con alguna frecuencia, los niños asisten a la escuela con muchas irregularidad por que su presencia es necesaria para la realización de actividades familiares, en especial en los trabajos. Como no siempre los padres de familia ven alguna utilidad directa en las cosas que los niños están aprendiendo, tampoco presentan mucha insistencia en que ellos asistan a la escuela y les permiten faltar por causas menores. Aunque esta situación es más notable en algunas escuelas que en otras.

Por otra parte, en las parcialidades que se visitaron se observó que no todos los niños en edad escolar asisten a la escuela. Los padres seleccionan cuáles hijos van a ser matriculados y cuales no; en ocasiones, dicha asistencia es rotativa y el niño que asiste uno o dos años, no vuelve, para dar la oportunidad de asistir a uno de sus hermanos; la anterior situación es más notable en el caso de las niñas.

Ambas formas de inasistencia, al decir de algunos maestros, implican la necesidad de estar haciendo frecuentes nivelaciones para aquellos que se han ausentado, con lo cual los programas se atrasan en su desarrollo.

Pero al mismo tiempo, la mayor parte de las escuelas se constituyen en un factor de cohesión de la comunidad, no sólo por ser sitios de reunión sino porque son permanente elemento de referencia para muchas actividades comunitarias, además del papel importante que muchos maestros cumplen en ellas, como secretarios o coordinadores, como encargados del archivo y la correspondencia y otras semejantes.

En algunas escuelas, los padres participan en los trabajos de la huerta escolar al lado de sus hijos y de los profesores; en otras, la planeación de las actividades del año lectivo se hace con participación de padres y autoridades de la parcialidad. Así, ambos trabajos se constituyen en importantes factores de integración entre escuela, familia y comunidad.

Está determinado que al final del año escolar, los padres y las autoridades participen en la evaluación institucional, pero en muchos casos esta participación es rutinaria y formal o se centra en los problemas de funcionamiento, disciplina y manejo, más no en los contenidos y formas de la educación. Por ello, no repercuten en cambios en la orientación de las escuelas, ni en el mejoramiento y desarrollo de sus programas y pedagogías.

Esta relación se manifiesta por la entrega que los padres hacen de sus hijos a los maestros al inicio del año escolar, y la devolución que éstos hacen a los padres al final, en algunos casos, como en Nabusímake, por intermedio de la autoridad.

Es muy general la queja de miembros de las parcialidades acerca de que los estudiantes de las escuelas, cuando no están en ellas, se la pasan vagando y muy poco participan en las actividades comunitarias, en especial los de mayor edad. Esta es una manifestación de que la enseñanza escolar no responde a los requerimientos de la comunidad ni tienen como resultado el lleno de sus necesidades.

Cuando se participa de los trabajos tradicionales con los mamu, aunque también las familias y autoridades toman parte, los niños lo hacen como colectivo escolar, bajo la dirección de los maestros, y aparte de sus padres. y de las autoridades; esto refuerza la segmentación entre escuela, familia y comunidad.

En algunas parcialidades existen conflictos entre tradicionales, católicos y evangélicos, los cuales repercuten en las escuelas respectivas, creando problemas que no siempre es posible manejar. Se ha llegado a pensar en escuelas separadas para los evangélicos, aunque no se ha llegado a este extremo todavía.

En Gunseyteynarunmun parece haber una muy buena integración entre escuela, familia y comunidad, razón por la cual no se presentan conflictos cuando los niños salen del seno de sus familias para ingresar a la escuela, ni cuando adelantan en ella, pues continúan participando de los trabajos comunitarios, aplicando en ellos las capacidades y conocimientos que han adquirido en la escuela. Esto está reforzado por el constante intercambio entre padres de familia y maestros, así como por el papel de éstos en la vida comunitaria, en sus trabajos, reuniones y estudio y solución de sus problemas. Todo ello está facilitado porque se trata de una parcialidad pequeña, formada por ocho familias, de las cuales 7 tienen hijos en la escuela. Aquella que no lo tiene es porque todavía es pequeño, pero la pareja participa por igual en las actividades programadas por la escuela.

Allí, después de terminar la jornada escolar, es frecuente que los niños regresen a la escuela para consultar con los profesores o simplemente para compartir con ellos. Lo propio ocurre en los fines de semana, si los profesores están en la escuela. También los mayores llegan regularmente para conversar sobre algún problema, ofrecer su colaboración o simplemente para visitar. También los dos representantes de la autoridad llegan con frecuencia a la escuela, a enterarse de cómo van las cosas en ella.

De todos modos se observó que es general el interés de los miembros de las parcialidades, en particular de los padres de familia y de las autoridades, por estar al tanto de las necesidades de la escuela y tratar de satisfacerlas; así ocurrió cuando el ICBF incumplió en la entrega de las remesas para el programa de restaurante escolar. Aunque, como en otros aspectos, se observan diferencias de una parcialidad a otra.

En todas las parcialidades se encontraron padres que no están de acuerdo con la educación escolarizada y en consecuencia no envían sus hijos a la escuela.
 
 
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