5.1 De viejos matrimonios y amantes
La Sabana de Bogotá (y casi todo el sistema de la meseta Cundiboyacence) está formada por cordilleras sexuadas, que van paralelas Norte-Sur. En medio de ellas están los valles de los ríos que corren hacia el sur y que recogen les aguas de cada cordillera, por lado y lado, para desaguarlas finalmente en el Salto de Tequendama.
En Tenjo cuentan que la pareja vivía unida en una misma montaña (Juaica hembra) y con un único tesoro; era un matrimonio Encantado en una misma montaña, compartiendo una misma laguna y cueva, pero un día discutieron y se separaron.
"Cuentan que el Moján y la Mojana vivían Juntos en la Peña de Juaica y que un día se pelearon. La pelea fue tan fuerte que cayeron piedras y por eso la Peña es así ahora, un barranco. Después se vino un torrente que inundó el valle y se fue al Chicú una serpiente grande amarilla. La Mojana era más fuerte y lo echó a él, al Majuy." (Andrés Platarrueda, 1994).
El macho fue a dar a la cordillera vecina de Oriente (el macho Majuy), llevándose con él la mitad del tesoro y, al hacerlo, formó un camino de aguas de nube que atraviesa el valle del río Chicú (de Occidente- Oriente), para poder llegar por el cielo "seco" al cerro de enfrente. Para poder viajar, se unió con sus tesoros en una sola "energía", convirtiéndose en LUCERO (también llamada "bola de oro"). Desde entonces, el tesoro, que era uno solo", se dividió en dos: el de Mojanas hembras, que son "Santuarios", y el de machos, que son "armas".1 Al "desfondarse" la laguna en "creciente", también se marcharon algunos encantos hasta el río Chicú y de ahí al río Bogotá.
Desde esa separación, los Mojanes se tienen que "visitar" para reunir de nuevo los tesoros y hacer el amor; para ello crean de nuevo los caminos de invierno en luna menguante, que es cuando toda la tierra está en celo. Son caminos de nubes grises, de tormenta y rayos, que estos amantes tienden de una cordillera a otra. De estas relaciones nacen hijos con todas las características de un Moján adulto (guardianes de cerros pequeños). Así nació el cambio de los tiempos: por su separación, los veranos secos o con aguas de páramo y, por sus encuentros, el invierno. Estos encuentros "fertilizan" la tierra, por lo que los campesinos antiguamente buscaban sembrar el maíz "del año" de forma que coincidiera con estas lluvias.
5.1.1 El Lucero
Es como una pequeña estrella fugaz, que viaja en el cielo de los valles al unirse los Mojanes de un cerro a otro. 2 Los "guardianes" (Mojanes y ánimas) se transforman en luces azul-amarillo para viajar y anunciarse; tienen la misma metamorfosis, pues contienen a un antiguo raizal enterrado y encantado y a sus tesoros en una sola "energía", que al viajar sobre los valles hacen lluvia. Pero, mientras en las "guacas" la "luz" es el brillo de los huesos de los muertos, aún no comprendemos el origen corporal de los "luceros" de tesoros mayores.
“(...) No entiendo por qué, pero por la luz eléctrica, no se puede ver bien el Moján (el Lucero cuando viaja).
¿Pero es que Moján y "Encanto" es lo mismo?
No, no es lo mismo. El Encanto son los tesoros. Se ve una luz, una bola más grande que este cenicero. Se ve el anillo azulito y al centro amarillo. El Moján es el chiquito de barba (...) Pero de pronto es que se convierte en esa fuerza. Cuidan sus tesoros. No pertenecen a la vida terrenal y entonces se pueden transformar en esa energía." Teodomiro Rivas, Tenjo.
(...) De allí surge la Leyenda de los Viernes Santo: en las horas de la tarde, se abre esta (La Peña) y se ve salir un personaje llamado por nuestros abuelos Moján, quien sale a ventilar sus tesoros almacenados y a reunirse con los demás Mojanes de las montañas de la Sabana, dando un espectáculo de luces y colorido por todo el cielo que nos rodea." Estudiantes Escuela de Juaica, Tenjo (Casa de la Cultura).
Es época de fiesta, ferias, juegos, celebración; por eso la tierra toda, con sus animales y hombres, está también en celo. El invierno es el movimiento, en contraposición al "tiempo asentado” del verano. Ambos tipos de tesoro se convierten en naturaleza: los Luceros como tesoros comunales, con una gran territorialidad, produciendo lluvias y tormentas invernales, y las "luces" como tesoros individuales de ánimas, con "lloviznas" locales.
¿Ha visto luces en el cielo?
“Sí, son tesoros, tesoros de la naturaleza." Cecilia Murillo. Tenjo.
No pude seguir los significados de otras luces de invierno expresamente por sus nombres, pues la misma gente no está segura de si es así como se llaman o si están asociando mal los personajes. Dentro de estas luces están los "ovnis"3, dos tipos de Candilejas y las "bolas de fuego". Su asociación es, claramente, con cerros, inviernos e incendios forestales, pero no fue posible precisarla mejor con el sistema de Mojanes. 4
Al haber tantos Mojanes como cerros hay, la primera lluvia de Abril o de Octubre se inicia con multitud de luceros cayendo de unos cerros a otros. Cada lucero, que cubre solo a su valle, forma parte de una y, solo una, cadena de Mojanes que se visitan. En el primer invierno (en Abril), se visitan de occidente a oriente; en el segundo invierno (en Octubre), lo hacen de oriente a occidente. En cada valle, la tradición oral se refiere solo a los movimientos de las cordilleras locales que lo rodean, por eso mi trabajo fue recopilar los de distintos valles. De la comparación, se dedujo que los movimientos eran semejantes y que se podía delinear un esquema general a nivel macroterritorial.
"En Juaica es una Iglesia que hay dentro del cerro. En el de Majuy es armamento. El Juaica es femenino, vive la Mojana. Se mueve en Marzo-Abril. El Majuy es masculino y se mueve en Diciembre. Pero, como es con las aguas, quizás es en mitad de Octubre, quizás viene siendo el segundo movimiento, con el segundo invierno." Teodomiro Rivas. Tenjo.
Una de las muchas cadenas que se forman en Abril, y que investigué, es: Tablazo (macho) - Juaica (hembra) - Majuy (macho) - Fusca (hembra); en el invierno de Octubre, se invierte: Fusca – Majuy – Juaica - Tablazo. De sur a norte hay muchísimas cadenas de amantes distintas, paralelas unas a otras. Por ejemplo la cadena de Monserrate es distinta de aquella de la que hace parte Fusca, más al norte; ambas lo son de aquella que incluye a Tausa, más al norte, y todas lo son de la que incluye a Fúquene, aún mas al norte.
Uniendo la tradición de los valles, cada amante visita, al mismo tiempo, a dos Mojanes de sexo opuesto al suyo, que se encuentran, uno a su oriente y otro a su occidente. Es decir que, en un invierno, un Moján en una cadena es visitado y a su vez él visita; la visitante y la visitada, a su vez, hacen el amor a otros dos machos y estos a otras dos hembras, etc. Hay, entonces, una ASOCIACIÓN de Mojanes Medios, amantes en infinidad de cadenas, que hace multiplicar las aguas de invierno.
Con estas ASOCIACIONES, los Raizales mitifican el recorrido repetitivo de los CAMINOS de las nubes, que se forman por la humedad relativa local (que forma los cúmulos), y que son empujados y moldeados a los LADOS de las corrientes de viento, que también tienen corrientes repetitivas debido a la geografía. La orientación de éstos caminos es SEMEJANTE para toda la Meseta de la Sabana de Bogotá (y Cundiboyacence), pues los vientos y las nubes tienen una tendencia general de oriente a occidente.
Por eso, aunque la tradición oral de la zona caliente de Santander (que alindera con Cundinamarca al norte) tiene la misma mitología, su orientación es diferente, pues también lo son sus movimientos meteorológicos.
Dicha orientación de los luceros de oriente-occidente (o viceversa, según la época) no es explicada por los Raizales. Haciendo un análisis de las lluvias en los mapas del Profesor Ernesto Guhl, se puede observar que en cada verano (Junio-Julio-Agosto y Diciembre-Enero-Febrero) se alternan los alisios y las lluvias de una tierra caliente a otra.
En los alisios nororientales (Dic.-Feb.), las lluvias están en el Magdalena, mientras en los surorientales (Jun.-Ago.), están en los Llanos. Parece que lo que señala el punto "cardinal" donde se ORIGINA el viaje de los luceros, es la tierra caliente, en dónde estaban las lluvias en el verano inmediatamente anterior; su orientación final es el sitio opuesto, donde estaba seco, cubriéndolo con el invierno. De esta forma, en Abril, los luceros viajan en cadenas de occidente a oriente de la Sabana, pues las lluvias estaban en la cuenca del Magdalena (verano de Dic.-Feb.). En Octubre, la orientación es opuesta, pues en Junio-Julio las lluvias están en los Llanos.
5.1.2. La campana del Diablo
"Cuando el Lucero llega al otro cerro, llega a la cueva y se cierra, entonces suena ¡Clóng!, de una campana. Es probable que sean las campanas de la iglesia, la de oro del pueblo que dicen que hay en Majuy." Teodomiro Rivas, Tenjo.
Las campanas son representaciones católicas apropiadas y refuncionalizadas por los Raizales. Para Moreno, el robo mítico de las campanas es la forma que tienen los personajes animistas paganos (Diablos) para deslegitimar la temporalidad católica. Se oyen en los páramos de Fómeque, en los de Choachí, en el cerro Majuy, en el Juaica, en el cerro Furatena en Muzo, en Gachaneca de La Candelaria (Boyacá) y en Suaita (Santander).
"En la sierra de Fonte vive el Diablo, que tiene una campana que se robó de Choachí." (León Rey, 1985: 89)
"El Diablo se robó la campana de plata de Fómeque y la hace sonar el Viernes Santo, a las tres p.m., para que la gente se distraiga en semejante ocasión por aquellos yermos, en vez de asistir a los oficios recordatorios de la pasión. Desde entonces, cuando los cazadores de venados recorren esos lugares, siempre han buscado la campana del Diablo, encontrándola de seguro si se les ocurriese acercarse a los Órganos (serranía), en un viernes santo y a las tres de la tarde." (León Rey, 1942: 28).
"En la sierra de los Órganos, de Fómeque, vive el Diablo y tiene allá una campana de plata que se robó de la población." (León Rey, 1985: 88).
"Cristóbal Mosquera, nacido en Suaita, Santander, me relató que en su región se cree que, cuando hicieron la primera iglesia del Socorro, como no alcanzaron a bendecir las campanas, el diablo se robó la más grande. Al bajarse del campanario, dejó estampado un pie en una cornisa y otro en el atrio del templo. La campana fue llevaba por el enemigo malo hasta la cueva del Tigre, en los términos de Enciso, y todos los jueves Santo se pueden escuchar sus tañidos a las tres de la tarde." (Ibíd.. p. 88 ).
"(...) a la campana viejita, compañera de esa campana vieja, dos campanas, se le olvidó al padre bendecirlas y el bandido se las llevó al peñón que hay en Furatena... una peña de esas, allá se llevó el Diablo la campana; en Jueves y Viernes Santo que se pone a tocar en un peñón allá (...)" Querubín Mendieta, La Candelaria (Moreno, 1994).
"El joven Rafael A. Delgado (...) oriundo de Jesús María, en Santander, me relató que en su tierra se creía que el diablo se había robado una campana, se la había llevado para el Furatena, majestuoso cerro que divide el torrentoso río Minero. Si uno se acerca al cerro, el diablo trata de alejarlo arrojándole agua caliente. Si truena recio, es que el diablo está tocando su campana desde el Furatena." (León Rey, 1985: 88).
Las campanas están totalmente asociadas a las cuevas de Diablos (que son Mojanes): tañen en el momento en que estas se abren para hacer invierno con los luceros, dos veces al año. El viaje del robo coincide con la orientación de las nubes en ésos valles y, los que se dibujan sobre la meseta Cundiboyacence, coinciden con la orientación de los luceros Oriente-Occidente. 5
Son movimientos acordes con el de las nubes en invierno, mientras el movimiento de las serpientes coincide con el movimiento de nubes en verano (norte-sur). Es importante anotar que la distancia entre Furatena y el valle de La Candelaria o el de Jesús María es bastante grande, lo que convierte a éste cerro en un punto mítico macroterritorial, del que aún no tenemos la suficiente información.
5.2 De esposos celosos
Al ser arrojados de sus antiguas habitaciones y cerros, los Mojanes Medianos quedan solos en cerros individuales, pero compartiendo las grandes cordilleras con otro Moján solitario. Los dos, al estar conectados por túneles y cadenas de oro de norte a sur, se convierten en los actuales esposos.
Por ello, la infinidad de Mojanes menores que hay en una cordillera, se sintetizan en dos Medianos que la "dividen" en una parte femenina y otra masculina, que hacen pareja o matrimonio. 6 Las tres cordilleras con parejas estudiadas tienen todas la Mojana o esposa al norte y el Moján o esposo al sur. 7 A diferencia de los amantes, estas parejas no tienen relaciones amorosas y sus hijos son monos-Tunjos, que nacen de la riqueza misma. 8 Su periodo es bueno para las siembras "de travesía", que son generalmente legumbres, que no necesitan de las fértiles aguas del encuentro de los amantes.
Las parejas se visitan viajando por tierra (en agua subterránea) y por aire (en nubes) hacia el norte, para sintetizarse en una sola pareja de Mojanes MAYORES: la de Fúquene. Vuelven al sur en Agosto, diversificándose de nuevo en los Mojanes originales. Así como las cadenas de amantes, hay multitud de parejas viajando paralelas en el eje norte-sur. Durante este tiempo, todo el mundo encantado permanece más o menos oculto, pues el "tiempo se asienta". La Calima cubre las montañas como una cortina que impide que las nubes se agarren de los cerros.
Amantes y esposos son la oposición total, tanto en orientación, como en forma (síntesis y diversificación) y contenido de las aguas (fértiles o no). Mientras los amantes son de oriente-occidente, los esposos son norte-sur; para los primeros, su unión es signo de invierno y su separación de verano y, para los segundos, es exactamente al contrario; mientras los amantes hacen doble pareja, los esposos se "limitan" únicamente a una; mientras los amantes tienen asociaciones bastante dispersas, los esposos se sintetizan en una sola pareja, al norte; mientras los primeros son fertilidad, maíz, gestación de machos y luna menguante, lo segundos son cultivo "de travesía" y gestación de hembras.
Ambas formas de movimientos y viajes son una representación del permanente movimiento del cinturón ecuatorial de nubes que, con los equinoccios (pasando sobre el país en Abril y Octubre), produce el invierno, y alejándose en los solsticios (al norte en Junio y al sur en Enero), produce el verano.
Finalmente, hay una discordia continua entre los Mojanes, que rivalizan por una amante o por sus esposas, y son aquellos cerros de Mojanes Medianos de sexo opuesto que, estando vecinos, jamás tienden entre ellos caminos de nubes. Igual, participan con sus "celos” de tormenta y rayos cuando sus esposos (sas) se encuentran con otros (lo que en otro valle coincide con su propio encuentro con su amante). Para los Raizales, es fácil relatar las relaciones entre amantes y su explicación del invierno, en cambio, son más difíciles y poco recordadas las relaciones de esposos en verano, de norte a sur, a pesar de que con lo cambios climáticos los veranos son más largos y los inviernos más cortos. Por eso, este trabajo es más detallado en el primero y no en el segundo tipo de relaciones.
5.3 Los personajes católicos
Los sistemas míticos no son cerrados ni concluidos y por eso tampoco son absolutamente simétricos y correspondientes de una comunidad a otra, sobre todo si las representaciones dependen de los distintos niveles de resistencia y refuncionalización que cada comunidad ha llevado a cabo durante centurias. 9 Por eso los diablos, santos, vírgenes y cristos tienen asociaciones distintas con el sistema de Mojanes, que además cambian de un valle al otro. Pero dentro de la generalidad de versiones recogidas sobre el ciclo anual encontramos similitudes respecto al "uso" de esos personajes católicos.
Aunque no es general y falta profundizarla más, hay una diferencia sexual entre los personajes católicos escogidos por los Raizales para mimetizar sus personajes indios. Aunque las comunidades mimetizan, al mismo tiempo, en diferentes santos machos a los Mojanes (San Isidro, Santiago apóstol. San Juan) y a sus contrincantes, que también traen aguas (San Pedro), es general que estos personajes sean "dueños" del agua y se relacionen con los tesoros mayores. Sus festividades, meteorología y papeles agrarios (maíz) ocupan los dos inviernos en la meseta Cundiboyacence. También es general que los personajes femeninos (o masculinos que cargan al niño Dios) mimetizan a los opuestos y, en ocasiones, contrincantes de los Mojanes (vírgenes, Santas y San Antonio de Padua) como los "discurridores" del agua, asociados a los tesoros menores. Sus festividades, meteorología y papeles agrarios se dan durante todo el año pero, debido a que los Mojanes se ocultan, estos personajes femeninos son los que aseguran el regadío de los sembrados de travesía y ocupan los dos veranos en la meseta. La diferencia entre el agua de invierno y la de verano es producida por estas dos formas de manipulación: mientras los indios y santos macho son los "dueños" y contenedores del agua, las hembras católicas son sus "discurridoras". Aunque éstas últimas manejan el agua todo el año, en verano, con la ausencia de los Mojanes, son las únicas que están sobre la tierra haciendo llover.
El papel de "intermediarios" que los santos tienen en el catolicismo perduró en la refuncionalización Andina, pero no entre los hombres y Dios, sino entre los hombres y el poder de los Mojanes (en el caso de San Isidro es su propio poder). Las fiestas religiosas (patronales o no) son instrumentos utilitarios para atraer o alejar a las aguas y por eso los raizales las escogieron según su sexo y época meteorológica.
La festividades en invierno buscan crear objetos simbólicos que atraen la aguas lluvias y alejan las tormentas y el granizo. En esa creación se utilizan símbolos cristianos, que deben ser "cargados" de su nuevo significado en los distintos sitios del territorio donde esté el poder de los Mojanes. Por eso, durante todo el invierno, dentro del marco local del valle, las festividades van desde el plano hasta las alturas de Mojanes, donde se encuentran las comunidades vecinas en el límite territorial. La participación y organización de las celebraciones varía en dos formas: en unas, la participación es masiva y sin distinción, organizada por los sacerdotes solos o por representantes de la comunidad de municipio; en otras, la participación es por VEREDAS (algunas agrupándose en el pueblo) y organizadas por delegados veredales tradicionales. 10
El verano es tiempo de hembras, que hacen discurrir las aguas para favorecer, tanto a los sembrados de los hombres, como a las ánimas, para llevarlas al "cielo". Así como el invierno culmina con los pobladores marchando al límite de las aguas de Mojanes en el territorio local, el verano inicia igual, pero con romerías al límite de las aguas en el territorio Macroterritorial (como la de Chiquinquirá, que pasa por la laguna de Fúquene). La estación culmina con festividades que regresan de nuevo a los valles locales (Virgen del Carmen y Santa Rosa de Lima). Las primeras festividades son de recorrido macroterritorial y masificadas y, las últimas, son locales y organizadas por gremios o personas.
El recuerdo de los Raizales sobre las siguiente dos épocas no es nada claro, ni respecto a Mojanes, ni a personajes católicos, y por eso es muy difícil definir los sentidos de las celebraciones. Las únicas generalizaciones son: continúa la diferenciación entre personajes católicos machos en el segundo invierno (Sep.-Oct.-Nov.) y hembras en el verano sin aguas (últimos días de Dic. y Ene.-Feb.); y, segundo, que en la época antigua era tiempo de cosechas y, por eso, también lo era de ferias y fiestas.
5.4 Inviernos y veranos
5.4.1 Primer invierno (mitad de Marzo)
Los astros, las estrellas
Sus señales o signos son por su posición, por los arcos o anillos de colores que los rodean o por los colores que proyectan en las nubes. El amarillo y el azul son colores sinónimos de invierno.
Cuando al sol lo rodea un arco iris o unos anillos amarillo, azul y blanco (o amarillo y rosado) y refleja en las nubes coloraciones amarillo brillante en los bordes, es señal de invierno. 11 La Luna en este periodo no tiene arcos o anillos, pero si la coloración amarilla. 12
Reconocen el Lucero Bueyero, las Siete Marías (también hablan de las Tres Marías) y los Tres Reyes Magos. Las estrellas avisan las épocas por su posición, en éste caso el invierno: El Lucero Bueyero aparece al nororiente, la Cruz del Sur en el puro sur del cielo, cuando anochece (centro del cielo), y el "lucero" de Venus en el suroccidente. 13
Nubes, vientos, arcos
Las nubes de invierno tienen coloración oscura porque están "cargadas". Pueden venir de lejos o pueden "formarse" con la unión de varias pequeñas, que arrastra el viento y que aumentan con la humedad del valle. Aunque para el Raizal el origen general de las lluvias está en las tierras calientes del oriente o del occidente, sus comportamientos varían en cada valle o cordillera y pueden venir “de todos lados”, debido a que los vientos varían según los cañones y pasos.
En el caso del valle de Chía, el viento del norte atrae las nubes que vienen del oriente y por eso se relaciona con el invierno; el viento del sur (donde no hay nubes pues viene de la Sabana) las aleja, asociándolo al verano. Este se puede considerar un patrón general para los valles vecinos al norte de la Sabana de Bogotá, pero no para los del sur de ésta, como Sumapaz, como tampoco para la zona más al norte (Fúquene, Villapinzón, etc...).
El Arco es el principal signo de invierno, como bienvenida y como despedida, por eso cumple el papel de anunciar los cambios de estación, pues es el “puente” de los encantos al mundo de lo seco. 14 El personaje que lo crea y usa es San Isidro Labrador, el santo del trabajo, de la tierra, los linderos, el buen vecindario y, dentro de lo católico, el “que quita el agua y pone el sol”. Pero para los Raizales, este Santo es el que abre y cierra el invierno, pues en su aro, que es como el arca de Noé, se sube junto a todos los demás encantos para ver si el territorio ya está listo para empezar e! invierno, o para despedirlo y entrar a los caminos internos de !a tierra seca. Por eso se lo saca en "rogativas" para que en los veranos largos forme su arco y el invierno con él. Desde el arco, e! santo arroja su "santo riego" benéfico para las plantas. Por hacer los Mojanes las mismas cosas que hace el Santo y por haber aparecido en forma de encanto, lo considero un Moján oculto en !o cristiano. 15
Como el arco sigue la inclinación del sol, tiene dos orientaciones básicas: una, es que sus extremos van de norte a sur y, otra, que sus extremos van oriente-occidente. 16 Las distintas apariciones del arco se dan durante todo el periodo de aguas, durante 9 a 10 meses, que es el periodo de siembra y maduración del maíz.
Signos cotidianos: niebla, rocío, animales
Hay señales cotidianas de lluvia que acompañan a las anteriores, como la neblina y el rocío, en las mañanas, y el sol picante, hasta el medio día, que auguran lluvias por la tarde. 17También la luna avisa "aguas" (lluvia inminente) cuando, al interponérsele nubes, se opaca o, en su lado oscuro, hay un filo claro que define su silueta. Los otros signos cotidianos son: la "alegría" de los animales, como el canto de sapos pequeños, las telarañas, el canto de la mirla, etc. 18A su alegría está asociada la época de celo, pues la primera gran lluvia ocurre en Semana Santa y coincide con luna menguante.
Semana Santa: siembras, nubes grises y luceros viajeros
Las siembras en la época antigua cubrían desde la segunda semana de Marzo hasta Abril, pero siempre rigiéndose por las lunas. La Semana de Ramos coincide con luna creciente, y por eso no se pueden sembrar cultivos como maíz. 19En cambio la Semana Santa, que le sigue, es menguante (Jueves y Viernes) y el poder del agua en la tierra se concentra al nivel de la superficie y en la semilla de maíz y papa. 20Mojanes y animales están en celo y los genitales de los machos tienen más potencia procreadora para gestar varones (ver capítulo anterior).
La forma de la roza Antigua permitía varios cultivos combinados: una mata de papa o una de frijol cada tres matas de maíz, además de rodearse el sembrado con cilantro, para alejar plagas con el olor (o otras plantas olorosas, que no fueran "enemigas" con las "principales"). Se usaba al maíz "de año", que sería cosechado diez meses después y otros maíces de más corta duración.
Pero, para la agricultura, hay un doble inconveniente por superar, sembrar en Viernes Santo implica sanción: por una parte, es atacar a Cristo crucificado y, por otra, los Mojanes están tomándose todo el cielo y, en sus encuentros amorosos, arrojan granizadas muy fuertes. 21
El Ramo santo es uno de los símbolos (sino el único) de la Semana Santa que le queda al Raizal y, definitivamente, es el que más le interesa por su eficacia; al ser bendecido para "recibir" a Jesucristo, es usado de inmediato en los sembrados para atraer las lluvias benéficas de Mojanes, pero también para neutralizar las granizadas y tormentas. 22Es también común alejar las tormentas en cualquier época con una cruz de ceniza o el mismo Ramo Santo quemado. 23
Ambas quemas parecen buscar el efecto de uno de los personajes del verano, la Calima, que describen tanto como humo de las quemas de sembrados ("en Boyacá"), como "humedad" de los Mojanes. Ambas formas alejan las nubes, evitando las lluvias y, por ende, traen también las heladas. 24
El día que se siembra, si no hay indicios de lluvia, se "rucea", pero si se hace y luego llueve, es como si se hubiera perdido un abono, pues ya las semillas quedan empapadas de aguas estancadas y no absorberán las lluvias. Siendo estos días de sol picante en las mañanas y lluvias por la tarde, se busca sembrar lo más temprano posible para no mojarse trabajando y se espera impaciente la lluvia vespertina.
El movimiento de los Mojanes en Abril se hace gracias a la luna: la creciente de ascenso, la llena de máxima altura, y la menguante de bajada a la base de los genitales, a nivel de los túneles de la tierra seca y a la raíz de las plantas. Por eso, en ésta época, la Tierra entera está en gestación de machos, fertilidad y FORTALEZA, que viene en el agua lluvia.
"También contaba mi papá que los Mojanes se visitaban. Ellos se hacen visitas. Mi papá los vio varias veces. Decía que el Moján (Majuy) visitaba a la mojana (La Vieja, en Fusca-La Caro) en menguante, el Jueves Santo, a media noche. Eso no se ha vuelto a ver, pero tenía que cumplir esa condición, que fuera menguante.
¿Y la Mojana, en qué fechas visitaba al Moján?
La Mojana no sé en qué fecha visitaría al Moján, pero sí que lo visitaba de noche. Ambos se visitaban de noche." Doña Vicenta Ramón, Cota.
Como a los Diablos refuncionalizados de los españoles, los Mojanes deben visitarse anocheciendo o a media noche, lo importante es que no haya luz del sol. Las visitas ocurren también por ser el día de la muerte de DIOS, fecha en que todos los seres paganos del mundo colonizado por lo católico salen a tomarse la tierra. La paganidad también se refleja en que es una "festividad" para los encantados, cuando para lo católico, en estas fechas no se debe celebrar, ya que todo lo que se haga es como si se le hiciera con agresión al Cristo crucificado (peinarse es halarle el pelo, bañarse es echarle agua candente en las llagas, vestirse elegante es quitarle la ropa a él, etc.). La salida de los personajes indios sin bautizo (los Diablos, brujas etc.) trae el invierno; su fiesta y algarabía no es mal vista por los Raizales, al contrario, es aprobada por todos.
“La laguna Encantada
“En Semana Santa, a media noche del viernes, se abre la Peña por la mitad y aparece una inmensa laguna que da luces y destellos, saliendo dos patitos de oro y animales del agua. Los patitos llevan en sus alas cofres de oro, buscan y buscan a su Moján para entregarte sus tesoros y este, por medio de una luz, se traslada a! cerro de Majuy, que queda ubicado al Oriente de Tenjo. Se reúnen con los demás Mojanes, organizando una grandiosa celebración de fiesta y colorido. Al amanecer, se vuelve a trasladar, por la misma luz, a su hogar, y la vuelve a cerrar y la laguna, con los patitos y animales, desaparecen; y así termina este cuento."(…) Estudiantes escuela de Juaica, Tenjo (Casa de la Cultura).
Los encantados salen a ventilarse, pues han estado todo el año en las aguas, pero no les puede dar el "vaho" del aire, así que, con la "bravura", rodean el cerro de aguas de neblina y lluvia desde Marzo.
"Decían, cuando se veía encopetado el Majuy y en la Mojana, en Torca, había niebla, que estaban bravos el uno con el otro y era fijo aguacero." Don Leovigildo Romero, Cota.
Las Cuevas se abren y las nubes salen, formando un solo camino de un cerro a otro, como seres caminando o recorriendo. Esto mismo ocurre en todos los valles, como una gran cadena de viajes que empieza en cerros del occidente (deben ser muchos en toda la orilla de la Sabana, pues cada uno representa a una y solamente una cadena de amantes) para culminar en algún cerro oriental, que esté en el fin del piedemonte o en los Llanos Orientales. 25
Juaica-Majuy-Fusca
"Mojanes hay en la Peña de Juaica y en el cerro de Majuy. Mi abuelo contaba que el Jueves Santo se abría un Santuario en la Peña. Que luego pasaba al otro cerro, al de Juaica. Es que uno se llama “el cerro” y la otra "la Peña". Pero no era en el mero cerro de Majuy, más allá estaba el Encanto. Se veía pasar el Lucero y decían "¡Salió el Encanto!". En 1905, después que pasó el lucero, se desprendió un aguacero como una tormenta, se vino un derrumbe y como un río desde donde está el Encanto. (...) Decían que salían patos de oro de 40 cms., gallinas y otros animales nadando y una serpiente amarilla." Uriel Nemocón, Tenjo.
"Dicen que es oro, es una bola de oro. Yo vi en el Estanco (vereda oriental en Tenjo) cuando viajaba al Majuy. Detrás de que pasaba caía un inviernonón. Dicen que era el Moján. Yo, de todas las historias que cuentan, solo vi esa y otra, pero nunca vi nada de otras, ni nunca me asustaron. En cambio, a otra gente que es de buenas sí se le aparecen luces, le llaman Quicuyo y es como una estrella. Viaja de un cerro a otro. Viaja es de noche, por Abril.
¿Por qué en Abril?
“Tal vez cuando llueve tanto. Es como una bola de fuego. En Octubre-Noviembre también sale cuando llueve. En cambio, Agosto y Septiembre son los meses de hielos. El Moján vive es en cuevas por allá en el cerro. Es una bola de oro y pasa de un cerro al otro. Yo lo vi cuando iba para Funza con un viaje de mulas y, saliendo por Carrasquilla, lo vi. Se ve rapidísimo y, después, póngase a llover. Así pasa cuando un Moján pasa." Don Alejo Pulido, Tenjo.
"Yo vi al Moján un Jueves Santo, a las 3 p.m. Yo estaba pelao y mi mamá me había mandado a traer agua, cuando es que oigo es un estruendo ¡Chiuuuu! y, cuando volteo, pasa como un Lucero grande y cayó en el Majuy." Rafael Forero, Tenjo.
"Mi papá me contó que él estaba en la cocina cuando se iluminó la ventana y se asomó y vio un reflejo de luz. Que dizque cayó ese lucero donde ‘La vieja’. Era como un aerolito con la cola muy larga. Después dice que llovió y llovió." Doña María Triviño, Cota.
Sobre estos viajes de lucero hay distintas versiones, pues en algunos testimonios, primero se forma el camino de nubes por el que viaja el lucero y, en otros, primero es el viaje y, luego, el camino con lluvia. Por ser tan destructivos, los Raizales y Campesinos recuerdan especialmente los viajes de lucero que produjeron crecientes. Las pequeñas ocurrían por ciclos pequeños (cada seis meses) y, las grandes, por ciclos mayores (cada 100 ó 50 años). El primer testimonio relata la gran creciente de este siglo, en la década de 1900, mientras los siguientes relatan la segunda, más devastadora, en 1950. Por los recorridos, ambas crecientes ocurrieron en el primer invierno (Abril), cuando los luceros viajan de OCCIDENTE a ORIENTE. La creciente ocurre por igual, al salir el lucero de su cerro o al caer en el cerro de destino.
"Con La Vieja se comunicaban ese par de Mojanes y entonces, ¡eche a llover! de un lado y del otro (...) cuando se comunicaban, ¡eche agua! Se estaban juntos. Todavía "la Vieja" existe, cuando se dice que echar agua... ¡echa! Antes llovía mucho, cuando existían esas zanjas a lado y lado y se llenaban tanto que se derramaban en el camino. Llovía más en algunas épocas. En Marzo llovía más, todo el mes. Había granizadas, crecientes; todo se daba y era buena sementera. En Marzo era el Moján." Don Macedonio Romero, Cota.
"Decían que cuando se veía encopetado el Majuy y en La Mojana en Torca había neblina, que estaban bravos y era fijo aguacero. Sí... los viejos decían: "no demora el Moján en ponerse la montera". Se empezaba a llenar de niebla, a llenarse, y era seguro que llovía. En Abril y Octubre era que llovía a mitad de mes, cada uno. Era que estaban bravos el uno con el otro, el Majuy y la Majuya (...) La Majuya vive allá (cerro de Fusca, La Caro). Se llama Majuya porque es la amiga de Majuy." (...) "Viajan de un cerro al otro. Tiene la cola larga. Cuando pasan, uno debe decir: ‘Dios te guíe!, ¡Dios te guarde!’. Es muy peligroso se caiga y se acabe el mundo. Sale de un sitio y hace ¡pfiiuuchch! y cae en "La Majuya" (cerro de Fusca, La Caro)." Don Leovigildo Romero, Cota.
“Cuando se nublaba el cerro, decían que el Moján se había puesto bravo, llovía seguido, seguido. Y, como en "El Abra", el uno es el Majuy y el otro es La Majuya (hija). Entonces se ve que la Majuya está despejado y el Majuy nublado, decían que el Moján se estaba encontrando con el Moján de cielo Roto, el de enfrente (Fusca, La Caro). A veces se decía que uno iba para allá y el otro venía para acá. Cuando se encontraban en el medio, en el Aeroclub (aeropuerto Guaimaral), se formaba una capa de nubes y los antiguos decían que "se echaron la montera" (ruana) y que... ¡bueno!, ya se imaginará... hacían el amor." Martín Castañeda, Cota.
“En Fusca (cerro de La Caro) vive una Mojana que llaman "La Vieja". Ella no tiene nombre como Higinio. Cuando se encuentran, ella se viene desde allá, adelantico del cerro de Suba, por donde tuvieron detenido a Caicedo Ferrer. Ahí se encuentra con Higinio y ni ella avanza para acá, ni él va más allá. Eso sí, he visto que nunca viene lluvia de por allí de Suba, nunca pasa para acá. Yo no sé porqué será, pero así es. Se queda ahí trancada. Se cubre de nubes y los viejos dicen que se echan la montera. Ellos no se reúnen en el cerro de Suba porque ahí está el Moján de Suba y él es el que le cuenta todo al Moján de Monserrate !Y ese de Monserrate se pone bravísimo! ‘Que mire que la vieron con Higinio!" (Moján del Majuy) ¡Uy qué celos!".
"En esta misma cordillera en Chía vive la Diosa Chía, esa que está en el centro del parque. La diosa Chía y La Vieja nunca se hablan, ni se visitan, porque son celosas. Se encuentran y se gritan ‘¡Ah! ¡Usted andaba con tal!, ¡pues siga con él!... ¡a mi no me salude!’ Se dicen indirectas, como dos rivales, todo con sátiras. La Diosa Chía también es Mojana, ella se dedica a hacer chorotes, como su tierra es fría y a medio lloviznar. Todavía están ahí los que hacen artesanías en río Frío, en Fonquetá." Don José Segura, Cota.
Aún no ha, podido ser bien definidos, en el panorama macroterritorial, el cerro de Suba y su Moján, pero, en los relatos de Cota, este es hijo de La Vieja de Fusca (La Caro), con la que se comunica con lluvias, y con Usaquén se comunica por túneles y por río (el Juan Amarillo lo vuelven el Canal Córdoba y luego lo liberan de nuevo). Es factible que la comunicación con Monserrate se refiera a lluvias que vienen de allí a Suba, pero esto no lo he comprobado. En cambio, sí he comprobado que los ríos retienen a las nubes de lluvia, las estacionan y no las dejan pasar. Por eso, las nubes de Majuy y La Vieja no pasan del río Bogotá. Lo mismo pasa con las nubes que, viniendo de la cordillera de Monserrate, se estacionan en la localidad de Engativá y Quirigua y toman luego hacia el norte, el río no las deja pasar hacia Suba.
"Viene el agua rapidísimo, no sabe uno cuándo y ya está cayendo un aguaceronón y, si usted va por la autopista, se da cuenta que antes de la calle 160 no está lloviendo y, después, ese aguacero y, cuando pasa Marantá, ya no llueve. Pobre gente, les cae toda esa granizada y esos aguaceros. Luego, la nube sigue para Suba por encima del cerro y vuelve a llover, pero más suave. Si el agua viene por encima, sí llueve, si viene por el sur, por Quirigua, no llueve. Yo no sé por qué será, pero el río (Juan Amarillo) detiene las nubes, las agarra y no las deja pasar." Misael Caita, Suba.
El viaje de Luceros unifica a todos los valles pero, como los caminos de las nubes de esa primera gran lluvia no son todos iguales (debido a vientos, cañones, y formación aislada de nubes)), la historia del encuentro de los amantes en forma de nube (donde se "echan la montera") es distinta en cada valle según la meteorología.
Las hembras y machos rivales no tienen entre ellos ningún camino de aguas entre sus cuevas, para hacer invierno, pero como este encuentro de amantes es una combinación entre el amor y los celos, los esposos también transforman el clima. Es probable que su “bravura" corresponda, en la tradición oral de sus propios valles, al encuentro con sus amantes. 26
5.4.2 El verano del páramo (Julio-Agosto-Septiembre)
Los astros y estrellas
El sol colorea las nubes de rojo, lo que significa verano y, fuera de estación, malos augurios. 27 Mientras en invierno el sol tiene arcos, en verano no, exactamente a la inversa que la luna (los colores son los mismos para ambos astros). Esto se debe a que, en verano, las noches tienen una neblina suave que, con la luz de la Luna, hacen arcos de colores a su alrededor. 28 Mientras el invierno anterior es tiempo de maíz sembrado en luna menguante, este verano lo es de las plantas de flores que son del cultivo "de travesía" (alverja, fríjol, papa) sembradas en luna creciente.
Las estrellas, por su parte, básicamente cambian de posición; la Cruz del Sur, que estaba al sur, en el centro del cielo, ahora está al suroccidente, junto con Venus (a la que llaman "lucero"). El lucero bueyero, que aparece al norte, también cambia su posición: de nororiental, en el pasado invierno, al centro de la bóveda celeste. Los otros conjuntos de estrellas (las Tres y Siete Marías, los Tres Reyes Magos) también señalan cambios estacionales con sus movimientos.
Nubes, lluvia, arco, calima, vientos
El Arco iris aparece señalando el cambio de estación. 29Las nubes grises con lluvia desaparecen y aparecen nubes dispersas blancas que viajan de un cerro a otro a velocidad cada vez más rápida. A pesar de toda su movilidad, se dice que el tiempo "se asienta" (especialmente en Agosto), o sea que pierde la vitalidad de las aguas.
La lluvia es ahora la de páramo o nieve, que viaja en paredes de agua por los valles, desde nubes de forma indefinida. En invierno, el paisaje (más que a pesar, gracias a las lluvias) es muy definido. En el verano, la Calima se apropia de las montañas y las hace azules, como un velo sobre ellas. 30Este verano tiene dos etapas: una donde hay agua y otra donde hay sequía total. La segunda empieza con la llegada de los vientos, a finales de Septiembre y todo Agosto, y, al limpiar la atmósfera, produce heladas en las noches.
Los signos del segundo periodo son los "Caminos de hielo", nubes que, por la noche y la madrugada, en el cielo impecable, forman verdaderas líneas rectas de oriente a occidente, sin que se puedan vislumbrar su origen ni final, pues van de un horizonte a otro. 31 También se ven por las tardes, con un cielo límpido y un sol refulgente, permaneciendo estáticos hasta la noche. En Chocontá dicen que la "Vía Láctea" es signo de heladas; 32es posible que los dos signos estén relacionados. Los signos de animales se reducen al canto o vuelo del copetón (animal que en el pasado era gallo) y, en Fómeque, a las lombrices. 33
Viaje al Norte: Laguna Grande (Julio)
Los Mojanes se refugian de nuevo en sus cerros y los caminos de invierno desaparecen en cada valle que el verano comienza a pisar. Las lluvias, en toda la Meseta, se comienzan a mover lentamente hacia el norte, desapareciendo del sur (cinturón intertropical de nubes).
A los Mojanes se los ve marcharse como nubes muy blancas, que se acaballan perezosas en los filos, de una cara a otra de las pendientes, moviéndose al norte. En esta época, toda vivacidad desaparece, dando paso a los vientos y las nubes sin agua, a las lluvias rápidas de páramo, que corren como cortinas por los mismos caminos que antes corrían las de invierno.
Las neblinas se extienden por la noche en los valles y, al amanecer, con el calor del sol, ascienden a las cimas, volviéndose nubosidades. Los vientos las empujan fuerte contra los costados orientales de los cerros, donde se quedan estacionadas antes de ceder. Cuando se desprenden las débiles nubes sin humedad, se deshilachan sin más cadenas ni camino que el mismo viento que las empuja veloces, para volver a quedar estacionadas en el siguiente cerro. Estos se "blanquean", pues se pintan de Calima, que no permite definir las formas y detalles de antes.
"La Calima sale de la tierra, del cerro mismo. Es una humedad que está ahí pegada. Si usted está cerquita, no la ve, pero si se aleja bastante, ahí sí. Por ejemplo, usted, ahorita, ve la carretera, apenas si se nota... dentro de 15 días, usted ya no la ve, la Calima la tapa. La Calima es como la cortina de una ventana. Los Mojanes cierran la ventana y corren, luego, una cortina, así es... por eso dicen que la Calima sale del cerro mismo. Es un signo de verano." Don José Segura, Cota.
En Junio, las lluvias se detienen en los Llanos, con los Alisios Surorientales, pero, en Julio, entran por la cuenca del río Bogotá hasta Sesquilé y el valle de Guasca. En el norte, por la cuenca media del Magdalena y la alta del río Suárez, suben lluvias a la Meseta, y se mantienen durante Junio y Julio en la Laguna de Fúquene. Los Mojanes parten todos hacia estos sitios y son ellos los que provocan estas lluvias. Las primeras en partir son las Serpientes de Oro, que lo hacen en muy pocos minutos. Forman caminos de agua y tormenta casi a ras del piso, viajando por la mitad de los valles. La tormenta se extiende de laguna a laguna el tiempo que demore la serpiente en tocar la de destino.
"La serpiente viajaba de la laguna de Salitre (Suba) a la que hay en el cerro Majuy. Otras épocas era de vuelta y seguía para allá (La Vieja en Fusca). Se ve como una cortina espesa de lluvia, solamente en el pedazo por donde va la serpiente. Puede estar haciendo un sol fuerte y, en el pedazo, estar lloviendo. En verano, se va para la Laguna de Fúquene. Cuando salía, la gente decía: ‘Salió el Moján!' y llovía tormentosamente en el mero pedazo.
¿Pero no es la serpiente de oro la que se va?
Sí, pero es que el Moján también se va a la Laguna y se lleva todo. Y a lo que llega a Fúquene la cabeza, desaparece la lluvia y se va corriendo, se va. Es rapidísimo, como en dos minutos pasa todo y no queda nada, como si no hubiera pasado. Yo vi una vez pasar la lluvia y vi pasar gallinas y pollos cantando con pandereta y tambor." Don Clímaco Cuenca, Suba.
"(Viajaba de la laguna de Yerbabuena a la de Chingaza, Churuguaco, Desfondada, Ubaque...), la predilecta para sus excursiones era la de Ubaque, distante da ir de Yerbabuena como cosa de dos leguas. (...) cuando su cabeza besaba las aguas en que el Ebaque tomaba el baño sagrado, todavía la cola del animalejo se agitaba en las linfas de la laguna de Yerbabuena. (...) se desencadenaba una furiosa tempestad, en la que no faltaba ni el fragor del trueno, ni el zumbido de los huracanes; todo lo cual no era en resumen más que el ruido de los silbidos de la culebra y el de los anillos que rozaban contra esta tierra (...)." (León Rey, 1942: 35).
Los siguientes en viajar son los Mojanes de las cordilleras Occidentales (Subachoque, Tabio, Tenjo, Cota, Chía, Suba, Zipaquirá y, probablemente, los de Bosa, Soacha, Funza, Fontibón, etc.), que pasan por el filo de sus cordilleras a recoger sus esposas.
"Él salía para Zipaquirá era para demorarse cuatro meses. La gente decía: ‘¡Uy!, allá va Higinio con las mulas, ¡ya se nos viene el verano!’ ‘Se va Higinio, ¿Cuándo será que vuelve con el agua?’ Y, seguro, cuando él volvía, llegaba detracito el agua. Como se iba adelantado a Zipaquirá, cuando llegaba era muy pronto, así que se iba a Fúquene a bañarse y volvía a Zipaquirá. Esa si era una laguna inmensisísima. Ya no, ya está seca y pequeñita (...) Viajando se demoraba una semana. Dos días hasta Zipaquirá, tres hasta Fúquene y vuelta a Zipa. Y de Zipa aquí eran otros dos días. Pero, lo que para ellos es una semana, es hasta cuatro meses." Don José Segura, Cota.
"(...) ellos, en determinada época del año, le salen fuera, y llegan no se a qué parte es, si es a ese pueblo o es a Zipaquirá, a comprar sal. Llevan sal y regresan...".
"(...) convivió durante un año con ellos. En ciertos días del año, salían por un túnel, que el hombre no recuerda en qué parte estaba, e iban a Ubaté a comprar habas y lo llevaban con ellos (...)" Luis Muñoz. Nemocón (Vengoechea, 1992: 62).
La Tierra Caliente de occidente se divide en dos cuencas, la del río Apulo y Bogotá, al sur, y la del río Negro con todos sus afluentes, al norte. La serranía que divide las dos cuencas empieza muy estrecha, entre los municipios de Bituima y Quipile, a 1500 metros de altura; luego, se ancha, hasta dividirlas casi totalmente, entre la zona occidental de San Juan de Río Seco, al sur, y Guaduas, al norte. 34Estos Mojanes viajan a esta zona porque no les gusta la fruta de la otra tierra caliente.
La bajada semanal al mercado del pueblo, se convierte aquí en el viaje al norte, a los mercados a la orilla de la Sabana con tierra caliente, a "cambiar" alimentos "frescos" (frutas) y tesoros (oro y sal). Los encantos que los acompañan son los mismos que en las salidas semanales: las mulas. Este largo viaje simboliza también el descenso en las labores; es época de siembra de cultivos menores, mientras el maíz está en maduración. Por eso se le denomina "de travesía".
"Las frutas son frescas porque tienen mucha agua o porque tienen relación con el agua. Frutas como la manzana o la uchuva tienen que sembrarse en Luna Creciente, que les lleva el agua hasta los cogollos donde están las frutas. Se llaman "de travesía" porque se recogen por Junio o Julio, cuando está a mitad el maíz antiguo." Teodomiro Rivas, Tenjo.
Lo que para un Moján es una semana de viaje, para los Raizales son tres meses (el año estaría formado por solo cuatro semanas cada una aproximadamente una estación). Por eso parten adelantados al mercado de Zipaquirá y, mientras empieza, se van hasta la laguna de Fúquene en dos días, regresan a Zipaquirá en otros dos y, finalmente, a casa en otros dos.
La "habitación" en la Laguna es la isla que llaman "Santuario" que, en la época antigua, era bastante "brava"; allí se sintetizan en los dos esposos que tradicionalmente son los de la Laguna. Esto no quiere decir que no halla ningún Moján en los caminos subterráneos, lagunas y nacimientos locales. Los Mojanes siguen escondidos en sus lagunas y cuidando sus caminos de intrusos, solo que, en el mito, hay una combinación entre quietud y ausencia para explicar los fenómenos naturales más grandes.
“También lo vi en Fúquene. Yo estaba yendo para Chiquinquirá, cuando llegamos a la Laguna Grande por Susa y Simijaca, que son lindes con Chiquinquirá. La Laguna Grande es Fúquene, que en la mitad tiene como una media naranja, que es un cerro lleno de casa y con lanchas. Allá vivía el Moján, allá es la casa del Moján, en la mitad de la Laguna (...) Al lado de la Laguna de Fúquene pasaba la línea del tren. El Moján se paraba en el carretero y echaba el tren pa' abajo, con martinetas y máquinas. No le gustaba que le pasaran por la laguna." Don Clímaco Cuenca, Suba.
"Se traía de Zipaquirá sal, que era "de piedra", frutas, lo que era de Boyacá, carne de Ubaté, de ovino. Hacían truque con los de Pacho. Y se venía por el filo de esta misma cordillera de Chía con todas sus mulas y llegaba a su sede en el Majuy con una recua de mulas, por ahí unas diez. Y para que se fije, toda mula se echa por delante y él no, él echa por delante y sus mulas atrás. Como a las mulas hay que darles para que anden, pero no, él es al revés, lo siguen para donde vaya. Majuy pasaba por Chía y se limitaba a los dos entre Higinio y Chía. Y llega a su sede, que es donde José Joaquín dice que es lo de Bochica, donde llegó Bochica a predicar, en la "Piedra de Tapias", donde están los jeroglíficos." Don José Segura. Cota.
¿Cómo se viene lloviendo?
“El agua viene de por allá, de por el Norte. Se viene andando esa agua, así contaba mi papá, alma bendita. Por eso en Chía no se si habrá Moján pero, cuando llueve por allá, primero llueve allá y luego llueve por acá y sigue por allá (Sabana de Bogotá) ¿Todavía existirá ése Moján?.” Don Macedonio Romero, Cota.
Las nubes vienen de regreso por los filos de norte a sur, y cada Moján deja a su esposa y luego ocupa la piedra de su cueva. Las mulas son los encantos de los viajes macroterritoriales de verano y de mercado que, después de ir hasta Fúquene, se regresan hasta el mercado de Zipaquirá y, luego, a cada lugar de la Sabana. El viaje de regreso es dos días para los Mojanes y un mes y medio para los hombres.
5.4.3 Las segundas aguas de invierno (Septiembre-Octubre- Noviembre)
Los signos son básicamente los mismos del primer invierno, las aguas se despiertan y adquieren nuevamente su movilidad. La puesta del sol ha variado de inclinación Norte, al centro del horizonte en Septiembre, pues el sol está en el cénit del cielo pan luego seguir rumbo al sur. Su lugar en el cenit (Mayo, Septiembre) es signo de invierno y, en el caso de Septiembre, de época de maíz maduro. 35Los signos cotidianos son los mismos que en el anterior invierno (arco iris, sol picante, canto de sapos, culebras en los caminos, telarañas, canto de borugos, animales contentos, movimiento de los sembrados "de travesía"36), pero resaltan los peces. Los ríos sufren un aumento de sus cauces por las Crecientes de Tunjos que se producen en los cerros en ambos inviernos, pero los Raizales hablan de "crecientes" de pescado es para esta época, al punto que hay un personaje en Engativá que las representa. Aún para algunos pescadores, esta es su época, quizás porque en el anterior invierno debían ocuparse de la roza y, en este, solo había que esperar el tiempo de cosecha.
Así, de nuevo los caminos de nubes se toman el cielo en todos los valles locales y la orientación del viaje de luceros es de oriente a occidente, formando las mismas cadenas de cerros, pero a la inversa. También hay viajes macroterritoriales de un extremo a otro de la meseta, como el de los Mojanes "de Sopó". Estos son todas las nubosidades que vienen del oriente (de los páramos de Sesquilé, Guatavita y Guasca) y que pasan por Pionono y Fusca, para extenderse por el occidente hasta Facatativá.
“Se visitaban cuando llovía harto. Uno viajaba al Majuy y el otro a Juaica. Eso era cuando se cosechaba el maíz en Agosto, entonces llueve harto." Doña Bertilda Macías, Tenjo.
"En la Peña de Juaica y en el Majuy habían Mojanes, pero se fueron. Los papases los vieron. Dicen que cuando se nubla o cuando baja la nieve. Mayo y Agosto son épocas de lluvia." Dona Cecilia Murillo, Tenjo.
"La Mojana no sé en qué fecha visitaría al Moján, pero sí que lo visitaba de noche. Ambos se visitaban de noche. Cuando ella viene a visitarlo a él, trae el aguacero. Ya se sabe que viene la Mojana de allá. se vienen unas nubes gruesas lloviendo. ¡Truena durísimo! y va viniendo despacio, echando agua. Se monta en el Majuy y ahí se calma. Cuando viene, se sabe que va a caer un inviernonón. Él también trae agua y truena duro." Doña Vicenta Román, Cota.
"A veces, La Vieja se encuentra con los Mojanes de Sopó y se va derecho a Facatatívá, a hacer mercado. Ya viene La Vieja con los Mojanes del otro lado y ya Higinio se pone bravo y se echa a tronar durísimo y a llover. A él no lo llevan, y se pone bravo que la Mojana salga con los otros. Así mismo como un par de esposos que le da celos, así mismo. Y en Faca, los Mojanas van a las piedras de Tunja y cuentan que allí se ponen a jugar tejo y hacen fiesta, que hay feria. Pero Higinio no va allá. Es que a Higinio no le gusta la fruta de Anolaima ni de Sasaima. Es como cuando dicen "ése tipo es ermitaño" (.) "Cuentan que Higinio tuvo un hijo con la Mojana, pero él no quería saber ni que supiera su esposa, Chía, se hacía el bobo. Entonces, ‘La Vieja’ se lo echó para que lo criara. También cuentan que Higinio no tenía hijo sino hija y que esa es ‘La Majuya’. Hay un periodo al año que la Mojana viene de Fusca y pasa por el lado de la cordillera, como por Siberia. Y luego da la vuelta y sube por Tenjo y que visita a su hija así y va a ver a Higinio." Don José Segura, Cota.
Para los de Sutarmarchán, la Laguna e isla son de un Moján macho que, siguiendo la orientación de Mojanes, se visita con su exesposa "La Vieja", en cerros de su noroccidente.
"El Mojan visita a la Mojana en invierno y va hasta el cerro de ‘La Vieja’ (…) la historia que me se es que el Moján vive en la laguna de Fúquene y, cuando es verano, viaja al cerro de ‘La Vieja’ (señala el noroccidente). Por eso dicen que se "pone el sombrero" Don Tulio Castro, Sutamarchán.
Esta época es de creciente de ríos y de pescado, por lo que los seres del Bogotá eran vistos especialmente en octubre. Los tres personajes relatados fueron "La Candileja" (una de las luces de invierno), el "Señor de los pescados" (Moján negro que viaja en un carro de peces) y la "Reina del río Bogotá" (una sirena). 37Pero no se investigaron sus papeles dentro del ciclo anual.
5.4.4 El verano sin aguas (Diciembre-Enero-Febrero)
De este verano, desconocemos todo movimiento de Mojanes. En una historia de Chía, después de una creciente, el Moján visita a la de Fusca sobre un arco iris que va de oriente a occidente. Con Teodomiro, nos planteamos una posibilidad: como ya lo habíamos dicho al principio, los Mojanes hembras a nivel Macroterritorial son "machos" para sus habitantes cercanos, por lo que es posible que en verano también haya "visitas" sobre los valles, pero entre opuestos o rivales en los que alguno transforme su sexo.
A nivel general, el cinturón ecuatorial de nubes se dirige al sur y quizás las respuestas estén en la zona del Sumapaz. Las festividades de Diciembre no tienen representaciones especiales sobre el agua (Navidad, reyes), en cambio, en Enero sobresale la romería a la Virgen de Chinavita (enero 1 al 3, en Boyacá). 38Esta, como las otras vírgenes, es venerada como protectora en los trances difíciles, en los veranos (se le pide agua), en los transportes terrestres, y en el de las ánimas al cielo.
Podemos concluir que, además de haber unos espacios territoriales específicos, como los relatados en los capítulos anteriores, también hay una "alternancia territorial" en la ocupación de las zonas de frontera y espacios más amplios, como el del cielo. Esto implica un movimiento por las "ventanas" y "puertas", colonizando alternadamente, con la fuerza estacional, el territorio, o creando nuevos.
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