Así durante semanas y semanas,
los prisioneros de la Peste se debatieron como pudieron.
Y algunos de ellos como Rambert,
llegaron incluso a imaginar
que seguían siendo hombres libres,
que podían escoger [...]
sufriendo finalmente las heridas
que la imaginación inflinge
a los que se confían a ella...1
PREÁMBULO A LA SEGUNDA PARTE
La aparición en la escena política mundial del Desarrollo Alternativo corresponde a la atención a las censuras al modelo de Desarrollo occidental como sistema de vida, al espíritu de explotación y sus métodos; provenientes de intelectuales e instituciones internacionales de todo tipo, que desde la década de los ochenta se centraron en dos aspectos de la mayor importancia: primero, y teniendo en cuenta las promesas del proyecto de la modernidad occidental de llegar a la felicidad individual y colectiva como producto del progreso material, las críticas se referían a la acumulación de la riqueza entre los más poderosos y a la exclusión social, política y económica de aquellos que no lo eran, situación que se repetía en distintos niveles —internacional, nacional, regional o local— constituyéndose el progreso y su oficialización en políticas de Desarrollo en una forma de representación subjetiva y social, ligada a los “estilos” de vida de los países centros de poder, legitimada entre los no poderosos -en todos los niveles- a través de las élites sociales, políticas y académicas.
Un segundo punto se refería a la destrucción de la naturaleza, ya sentida en ese entonces, como producto de los procesos industriales. Los desechos y la situación de contaminación del planeta amenazaban la humanidad. Sin duda, al señalar esta situación, también se señalaba a los responsables directos, los países industrializados, que comenzaron una campaña de, lo que parecería, profundas transformaciones ontológicas de las relaciones mundiales de poder -o sistema político-.
El Desarrollo Alternativo surge como una de estas transformaciones, sólo que se ha centrado en manejar más prudentemente el Medio Ambiente que en subvertir las relaciones de poder, generadas a partir de las representaciones sociales creadas por el Progreso.
Contrario a lo que podría pensarse, lo alternativo no significa necesariamente un modelo diferente que reemplace a un modelo oficial. Lo alternativo supone manejar un modelo alterno de forma paralela a uno oficial, sin que éste se modifique. Por esto siguen en pie, con el mismo poder, el concepto político de Progreso y las representaciones individuales y colectivas a partir de él. Por consiguiente, no existe tal transformación básica, lo que se persigue al implantar el modelo Alternativo es la continuidad del crecimiento económico, en el tiempo y en el espacio (Sachs: 1996).
Esta es la razón por la que se hace imprescindible pensar en las “futuras generaciones”, pero siempre en condiciones de explotación.
Estas generaciones futuras no se refieren exclusivamente al cuidado y mantenimiento de los recursos naturales a largo plazo; ante todo, lo que esta en juego es el futuro de la industrialización y de las generaciones consumidoras de progreso, ambos alimento del sistema capitalista de mercado.
Hablar de generaciones futuras significa planear y asegurar la integración al mercado de los grupos étnicos en el presente y hacia el futuro. Integración que por efecto de los términos Autonomía y Propio, es aceptada no sólo como símbolo y signo de su supervivencia sino que aún más, denota la incorporación al sistema de conocimiento y mercado global como opción libre. Se hace entonces imprescindible analizar el contexto y los objetivos del Desarrollo Alternativo, en términos mercantiles y de permanencia del statu quo.
Se podría pensar que el Desarrollo Alternativo es una opción realmente novedosa a un modelo oficial “Una respuesta diferente a interrogantes básicos sobre el estilo de desarrollo. ¿Qué, para qué?, ¿Quiénes, para quiénes? ¿Cómo?, y que es “abierto al diálogo y la diversidad cultural [...], que implica concientización, organización y cambio en el estilo de vida” como lo plantea la ONIC;2 pero si nos acercamos desde una perspectiva sociológica, es decir, si nos atenemos a los fenómenos económicos, políticos y por ende sociales que le trascienden y le subyacen y que están relacionados de una manera condicionante con él, tal vez sea más interesante indagar en el Desarrollo Alternativo y sus variantes como creaciones discursivas que perpetúan las “tecnologías de poder” (Escobar:1986) del Desarrollo convencional. Aquél que presuntamente se está subvirtiendo.
El énfasis en el mantenimiento de los “recursos naturales” le ha dado paso a lo que hoy día se denomina Desarrollo Sostenible; se trata de manejar la sustentabilidad sin renunciar al Progreso y al crecimiento económico. Pero si no se renuncia a las nociones convencionales de Progreso, tampoco se renuncia a las relaciones de poder —sistema político— y las representaciones sociales ligadas.
La otra transformación, no menos importante, tendría que ver con el señalamiento de responsabilidades acerca de la acumulación de riqueza, el aumento de la exclusión y las desigualdades sociales. Sin embargo, si tenemos en cuenta la Globalización como la personalidad actual del mercado en avance, en la que el colonialismo se convirtió en un derecho que, como tal, es exigido y reglamentado, observaremos cómo y por qué aparece un concepto tan importante como la Participación, derecho fundamental que ha devenido en política pública.
No obstante, la Participación puede pensarse también estratégicamente, pues se infiere que se comparten derechos y deberes. Deberes, como hacerse cargo de responsabilidades ya mencionadas, y Derechos, como el Reconocimiento de la Diversidad y de las Autonomías locales. Si el primero es el mejor distractor, el último es el mejor señuelo.
¿Qué tiene que ver todo esto con el Plan Integral de Vida del Pueblo Guambiano? Todo; específicamente con la segunda de las críticas al Desarrollo. Con la exclusión y las desigualdades sociales; pues la situación indígena y la de otras minorías étnicas son por antonomasia su símbolo.
Surge el espacio justo para la entrada de la versión humana o social del Desarrollo Alternativo; —el Desarrollo Sostenible es la versión física—.
Es el Desarrollo Propio o Desarrollo con Identidad. Se trata del discurso —construcción ideológica— del empoderamiento de los subordinados y de sus posibilidades como movimientos —colectividad organizada y jerarquizada— para subvertir las relaciones de poder —sistema político—; por lo que parecería que el Desarrollo Propio ofrece reales posibilidades políticas a los indígenas, teniendo como eje su conformación étnica.
En él convergen espacios e intereses, que generan a su vez nuevos procesos. El Plan Integral de Vida Guambiano es uno de ellos. En el Plan confluyen los espacios e intereses propios con los espacios e intereses del afuera del pensamiento guambiano.
Por esto, para comprender la convergencia entre los dos orígenes, es necesario viajar en el tiempo y en el espacio e identificar a los que detentan el poder y pueden imponer o manipular procesos locales, eso sí, según el nivel en el que se encuentren.
¿Cómo garantizar la Supervivencia Cultural Indígena en la actualidad, desde su condición de indígenas actuales? ¿Cómo ser actuales en la actualidad, manteniendo la identidad guambiana?3 Estas preguntas son las que permiten hablar de Desarrollo Propio o con Identidad y, por supuesto, permiten hablar y producir Planes de Vida, guambianos o no.
Si atendemos a las definiciones oficiales del Desarrollo Propio, tenemos que para el caso indígena se relaciona con el Desarrollo Sostenible. El primero parte de unas creencias, al parecer muy arraigadas entre ellos. Es la relación equilibrada entre dos fuerzas —la humana y la de la madre tierra—, por medio de la cual, según las también comunes leyes de origen y definiciones “cosmogónicas”, se encuentra el futuro que las comunidades indígenas plasman en los planes de vida.
La ONIC recoge varias versiones acerca de los planes de vida y el Desarrollo Propio: Para nosotros, desarrollo no es acumulación ni crecimiento económico. Desarrollo es una acción de intercambio con los dueños de los árboles, de los animales, de los seres de la naturaleza y de los miembros de la comunidad, porque todos hacemos parte de una gran sociedad.4
Estas hermosas palabras sobre el Desarrollo Propio, como un Desarrollo “no solo económico, sino político, cultural y espiritual [que] pretende frenar el Desarrollo desmedido propuesto por las multinacionales y el Estado, basado en la explotación” (Ibíd.), me sirven para anotar dos cosas:
Primero,5 que si tanto se desdeña la cuestión económica es porque no se concibe una economía propia, no dependiente de la comercialización y del sistema dominante, por lo que cada vez que se refieren a la economía recalcan las ganancias a partir del mercado y la explotación capitalista, es decir, que no se reconoce otra economía que no sea esta. El mismo Plan de Vida Guambiano tiene como objetivo, la Reconstrucción económica, mediante la regulación de la reproducción y acumulación capitalista, al interior del Resguardo.
Y segundo, que no enfatizaré más en este asunto de las definiciones del Desarrollo Propio, todas muy homogéneas, porque como veremos la ONIC no es afecta a considerar las tendencias o conflictos al interior de una comunidad, por lo que le basta, —como a menudo sucede con otras instancias—, con citar o hablar con líderes que siempre tendrán a la mano “la cosmovisión indígena”.
Si bien en la primera parte me interesé por mostrar el Plan de Vida Guambiano, sus antecedentes, nacimiento, amigos y enemigos, inconvenientes y actividades, en esta ocasión intentaré mostrar más detalladamente lo que denominé “el segundo origen”. Me ocuparé del Desarrollo Propio y sus principios a nivel legal. De cómo la institucionalidad intervino en la aparición y manejo del Plan de Vida Guambiano; de cómo lo condicionó desde años antes de que este fuera considerado, incluso como un Plan de Desarrollo, e incluso mucho antes de que los indígenas pudieran imaginar los espacios de que hoy gozan.
Por esto, para encontrar los bordes del rompecabezas, es necesario considerar una red de relaciones cuyos hilos no están conectados con el Plan de Vida Guambiano de una manera del todo evidente, pero sí muy directa.
¿Por qué el Desarrollo Propio se demoró tanto en convertirse en mecanismo de lucha para los indígenas, y cuál fue el camino recorrido antes de llegar a Guambía? ¿Dónde vivía y en qué se ocupaba? ¿Por qué sostengo que su presencia ha conducido a la dependencia e integración del pensamiento guambiano y al gran interés por ello?
Me interesa analizar cómo todo esto es manejado discursivamente para justificar la presencia del Desarrollo y de la tradicional supresión hacia los indígenas, y cómo ha sido asumido por el pensamiento indígena al punto de fusionarse, pero sobre todo confundirse, con sus reivindicaciones básicas.
La solución a estas preguntas, parecerá en principio que no tiene nada que ver con el Plan de Vida Guambiano, pero no es así. También se podría pensar que es La Esperanza. De hecho, de eso se trata. De vestirse como ella. Pero no es.
Este es El Espejo.
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