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LA ESPERANZA Y EL ESPEJO
VI. DE CÓMO SE COMPRA UN ESPEJO
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Colombia se sujeta formalmente a las más recientes disposiciones sobre Pueblos indígenas con la aprobación de la Ley 21 de 1991; adicionalmente, a partir de la nueva Constitución, el país en pleno se vuelca en una serie de manifestaciones de respeto y consideración a la diversidad étnico cultural que no dan tregua.
Los preceptos esenciales a la movilización por el reconocimiento convergen en la Constitución Política de 1991 y se condensan en los artículos pertinentes a la protección y garantía de la dignidad e igualdad de todo ser humano (Art. 1) y al respeto de las diferencias socioculturales (Art. 7).
Todas las políticas públicas deben actuar en consecuencia con el articulado de la Carta Política: salud (Art. 48 y 49); educación (Art. 10 y 68); comunicaciones (Art. 75); caracterización de sus autoridades (Art. 330); justicia (Art. 246); organización y constitución territorial, (Art. 286, 287, 329 y 330); participación en política (Art. 171 y 176) y participación en los recursos corrientes de la nación (Art. 357).
En los capítulos anteriores, vimos el contexto de aparición del Desarrollo, el trasfondo del reconocimiento, los mecanismos de intervención del capital internacional y los argumentos mediante los cuales sus maniobras de poder se implantan en el Tercer Mundo y porqué es asimilada tal sucesión de eventos como derecho fundamental. Es la oportunidad de advertir el transcurrir histórico de las dimensiones concretas sobre las que el Desarrollo hegemónico concentra sus procedimientos. Si hasta ahora intenté penetrar en el qué y el por qué, esta vez me referiré al cómo y al cuándo. Ya conocemos el Dónde. Guambía.
¿Cómo opera el paquete legislativo vigente para indígenas en cuanto a planes de vida, educación, salud, telecomunicaciones, participación en política y transferencias? ¿Cómo ha sido el recorrido del Programa de Etnoeducación, del Hospital Mama Dominga y de la Emisora en el Resguardo indígena de Guambía?
EL ESTADO COLOMBIANO Y LOS PLANES DE VIDA INDIGENAS
De la planificación dependen la eficacia del progreso económico y social de la sociedad. La elevación del nivel de vida del pueblo.
La planificación es el eslabón más importante [...]. Es la médula de la cuestión
(Oleg Yun, 19881).
El BM y el FMI exigen a los gobiernos de cada país miembro de la ONU un Plan cuatrianual de Desarrollo, y ofrecen cooperación para su elaboración, con misiones técnicas, formación de expertos, manuales y sistemas de información estándar, que les aseguraran “coherencia y viabilidad”.
Carlos Lleras Restrepo, en 1968, funda el Departamento de Planeación Nacional —DNP— (Organismo decisorio) y el Consejo Nacional de Política Económica y Social —CONPES—, máxima autoridad asesora de la planeación del Desarrollo económico y social;2 los dos organismos trabajan en coordinación con los ministerios y las entidades territoriales de la Nación: municipios, departamentos, provincias, distritos y áreas metropolitanas.
Planeación Nacional no tiene una reglamentación abierta sobre los planes de vida indígenas. No obstante, el aparataje jurídico que rodea a las autoridades propias y a los territorios indígenas desde 1991 hace que la normatividad para planes de desarrollo, a la que se tienen que ajustar todas las entidades territoriales y organismos públicos de todo orden, proceda como la norma para los planes de vida, pues los Resguardos, asimilados a municipios, son entidades territoriales y los Cabildos son entidades públicas.
Las entidades territoriales elaborarán y adoptarán de manera concertada entre ellas y el gobierno nacional, planes de desarrollo, con el objeto de asegurar el uso eficiente de sus recursos y el desempeño adecuado de las funciones que les hayan sido asignadas por la Constitución y la ley (Título XII, Capitulo 2, articulo 339 de la Constitución Política).3
Son pocos los datos estadísticos sobre población indígena en Colombia. Según DGAI,4 actualmente hay 575 resguardos indígenas, con una población total de 698.300 habitantes. Dentro de esta población se reparten 57.000 millones de pesos anuales, correspondiendo a cada uno $81.625.
No hay indicadores específicos para medir la situación o el nivel de bienestar en un grupo indígena; se utilizan los mismos parámetros a nivel urbano y rural:
Necesidades Básicas Insatisfechas —NBI—; Tasa Bruta de Natalidad —TBN— (mayor a la promedio nacional); Esperanza de Vida hombres, mujeres (mayor a la promedio nacional); Población mayor de 15 años, población mayor de 20 años; Tasa global de fecundidad —TGF—; tasa de mortalidad infantil —TMI—; analfabetismo en población mayor a 15 años; Tasa Bruta de escolaridad (primaria y secundaria); tasa Neta de escolaridad (primaria y secundaria); Niveles de Población (urbana y rural); médicos por cada 10.000 habitantes.5
Tales mediciones técnicas, le sirven al Desarrollo para comprobar que los pueblos indígenas son la población más pobre y marginal del Tercer Mundo y que tiene que actuar sobre ellas, con herramientas igualmente técnicas como los proyectos dentro de un plan de desarrollo.
Los siguientes son los principios de cualquier plan de desarrollo.
Autonomía y libertad para elaborar la planeación, Ordenación de competencias de acuerdo a los criterios de concurrencia, subsidiariedad y complementariedad;6 Coordinación entre las distintas instancias de la planeación —la armonía—; Consistencia entre los planes de desarrollo y los proyecciones de ingresos; Prioridad del gasto público social teniendo en cuenta especialmente la población con Necesidades Básicas Insatisfechas; Continuidad de los proyectos y programas que cada entidad territorial y la Nación incluya; Asegurar la participación ciudadana en la elaboración y ejecución del plan; Tener en cuenta la sustentabilidad ambiental en cada proyecto y programa; El desarrollo debe ser armónico a través de la distribución equitativa de oportunidades y beneficios; Seguimiento del proceso de planeación establecido como formulación, aprobación, ejecución, seguimiento y evaluación; Optimización de los recursos financieros, factibilidad de los programas y proyectos que integren el Plan; Coherencia entre las estrategias y los objetivos del plan; Conformación final del plan integrado por las estrategias y las inversiones; Actualización de los bancos de programas y proyecto (Ley 152 de 1993, Orgánica de Planes de Desarrollo).
A pesar de que no existen preceptos legales para ello, se ha hecho común que cada dependencia, ministerio o institución pública y sus “oficinas étnicas”, estén preocupadas por que sus programas se incluyan en los planes de vida de cada pueblo, con la intención de que las comunidades indígenas, a través de sus autoridades, asuman ideológicamente dichos programas como imprescindibles para la Reconstrucción y Fortalecimiento cultural, hoy y hacia el futuro.
Como la ESAP, la ONIC, el SENA y las Oficinas de Planeación municipales o departamentales se encargan de las capacitaciones y asesorías a las autoridades indígenas, las iniciativas de los últimos se han volcado sobre generalidades difusas, y los planes de vida se convirtieron en documentos plenamente reconocibles, homogéneos y planos, que no por “impregnarse” de cosmovisión indígena, dejan de escoltar sus alcances para la integración.
Los planes de vida, están contemplados en la Ley 21/91 y en la Constitución, como una de las funciones de las autoridades indígenas dentro de sus territorios (Art. 330, sujeto al Art. 56 transitorio):
De conformidad con la constitución y las leyes; los territorios indígenas estarán gobernados por consejos conformados y reglamentados, según usos y costumbres de sus comunidades y ejercerán las siguientes funciones: 1- velar por la aplicación de las normas legales sobre uso del suelo y poblamiento de sus territorios. 2-diseñar las políticas y los planes y programas de desarrollo económico y social dentro de sus territorios, en armonía con el plan nacional de desarrollo. 3- promover las inversiones públicas en sus territorios y velar por su debida ejecución. 4- percibir y distribuir recursos. 5- velar por la preservación de los recursos naturales. 6- coordinar los programas y proyectos promovidos por las diferentes comunidades en su territorio. 7- colaborar con el mantenimiento del orden público dentro de su territorio de acuerdo con las instrucciones y disposiciones del gobierno nacional. 8- Representar a los territorios ante el gobierno nacional y las demás entidades a las cuales se integren y las que señalen la constitución y la ley.7
Asuntos Indígenas y la ONIC tienen criterios similares acerca de lo que es un plan de vida indígena. La ONIC desarrolla talleres de capacitación a lideres indígenas, en los que “con su activa participación” se les enseñan los pasos convenientes de todo proceso autónomo, de elaboración de planes de vida, en el medio de cursos rápidos de antropología y técnicas etnográficas.
En términos generales, los planes de vida son definidos por el Estado como una iniciativa indígena que refleja su autonomía y autodeterminación, y como antítesis de los planes de desarrollo.
Ahora, Pueblo Indígena que se respete, debe tener plan de vida, ¿Pero cómo hacerlo?.
ASUNTOS INDÍGENAS
Según Asuntos Indígenas los planes de vida, son el mecanismo de negociación con el Estado; en ellos se hallan el equilibrio, la igualdad y los intereses colectivos de los indígenas, según la Constitución; además de manifestaciones arraigadas sobre autonomía, identidad y autodeterminación. El Estado siente un profundo respeto por ellos siempre y cuando no contraríen la Constitución y la Ley.
Con todo y el respeto, la DGAI y la ONIC se toman la molestia de elaborar manuales, talleres o guías, que orienten a los pueblos indígenas que aun no han dado el inevitable paso. Por esto los planes de vida se copian entre sí; para hacer uno, se recurre al modelo de uno anterior y así sucesivamente; y el primero de todos fue el guambiano.
Para la elaboración de un Plan de Vida, se debe empezar por aclarar los fundamentos de la reproducción étnica y cultural como son el territorio, la cosmovisión, los usos y costumbres —las normas que regulan sus relaciones con sus autoridades, sus parientes, con la tierra, con la naturaleza y con los otros— y la interculturalidad.8
La Interculturalidad define cómo van a relacionarse los indígenas con la sociedad nacional y global, desde sus propios valores culturales, con su cosmovisión y pensamiento particular, para proyectarse hacia el futuro mediante la Reproducción cultural y el Fortalecimiento de su autonomía.
Este proyectarse hacia el futuro significa articularse a la sociedad nacional a través del conocimiento y sus instituciones cuando en la realidad la relación entre el pensamiento indígena y los mecanismos del Desarrollo obedece a un permanente acomodamiento; pero esto lo acepta la legislación misma, cuando se refiere a la articulación de los pueblos indígenas a las dinámicas globales, como meta de la interculturalidad.
Dentro de las sugerencias de la DGAI, encontramos un equipo administrador del plan de vida —como una Dirección del Plan de Vida, por ejemplo—, un comité coordinador, asesores (si se quiere), comités permanentes de la comunidad, asambleas por zonas para fomentar la participación y mesas de trabajo con la alcaldía y la gobernación.
¿Cuáles son las características que debe tener un plan de vida? La más importante es que se fundamente en la interculturalidad, que sea flexible, que desarrolle el uso de una lengua propia, que ejemplifique la diversidad y la identidad particular, que tenga por objetivo la reproducción cultural y esté dispuesto para actualizaciones permanentes.
¿Qué debe englobar?: la recuperación de la historia, un inventario socioeconómico por el DANE o el INCORA, un autodiagnóstico comunitario en el que se prioricen los problemas, la elaboración de los perfiles de los proyectos, la redacción y la socialización.
La caracterización de planes de vida por parte de la DGAI, me remite a su fuente, la ONIC.
ORGANIZACIÓN NACIONAL INDÍGENA DE COLOMBIA —ONIC9
De acuerdo con la cartilla PLANES DE VIDA de la ONIC, la necesidad principal a la que responden los planes de vida, es la de vivir como indígenas en el momento actual, momento de las tecnologías, facilidades de acceso a la información mundial, el de rápida modernización y diversidad. Un plan de vida dispone cómo hacerlo de acuerdo con la cosmovisión indígena.
Para que un indígena en tanto indígena pueda vivir en semejantes condiciones de contacto y dominación, se acude al proyecto de la Interculturalidad, que presume ante todo igualdad. Presume también que después de cinco siglos largos de agresión, los indígenas consideran sus formas propias de pensar y de vivir a la misma altura de las formas de pensar y de vivir de los blancos, desconociendo que hubiera sido necesario no haber pasado por la colonialidad y su último vestido: la neocolonialidad por la vía de los derechos desviados.
La cartilla se llama PLANES DE VIDA y hace parte de un proyecto presentado al Ministerio de Agricultura en 1998, denominado CAPACITACIÓN PARA EL FORTALECIMIENTO AL PROCESO DE PREPARACION DE PLANES DE VIDA, y si bien se parte de la crítica fundamental al Desarrollo como ideología, las alternativas parten de la misma cuestión: cómo vivir bien.
El fundamento del proyecto es la “capacitación de líderes”, delegados por cada comunidad, en seminarios y talleres regionales, zonales y nacionales, en los que son asesorados sobre cómo y por qué llevar la planificación tecnificada a sus comunidades. La capacitación consiste en “enseñar” a los líderes cuáles son los elementos políticos, jurídicos y económicos que pueden utilizar como justificaciones en los proyectos, y cómo dar “viabilidad técnica, coherencia y orden” a las alternativas de solución planteadas por las comunidades, sobre acuerdos básicos y lograr su aprobación.
Los talleres incluyen también la “actualización y cualificación de los líderes” y guías para la inversión de Transferencias, contrataciones y demás asuntos relacionados: “Es necesario cumplir con los requisitos que las instituciones exigen, pues así se podrá obtener una financiación con mayor facilidad” (ONIC; 1999: 38).
PLANES DE VIDA, por otra parte, compila las definiciones, conceptos y procesos recogidos durante los talleres: “Llamamos Desarrollo propio, a la forma como recreamos y proyectamos nuestra vida, que está ligada necesariamente a la concepción que tenemos sobre el orden del mundo, señaladas en nuestras leyes de origen.” (Ibíd.: 18).
Con todas estas actividades, la ONIC —organización que se autoproclama nacional—, pretende crear acuerdos conceptuales fundacionales y operativos en cuanto a los planes de vida. Paralelamente, busca evitar el aislamiento y corregir y asegurar su intervención, para que no se cometa de nuevo el grave error de no contar el Estado.
Ese proceso de elaboración de planes de vida comprende: preparación (designación de líderes, presupuesto, cronograma, estudio), sensibilización (convocatoria a la comunidad, diagnóstico, y posibles soluciones), autodiagnóstico (definición de lo que se quiere y cómo lograrlo, análisis de fortalezas y debilidades, mirada interna), formulación (definición de prioridades), ejecución (integración, participación efectiva y compromiso) y evaluación (equipo de control, informes).10
La ONIC, como otras entidades, parte del supuesto de que es suficiente el trabajo en los talleres con los líderes para que todo el proceso funcione. Pero teniendo en cuenta que lo que el Estado defiende es la Autonomía y la Autodeterminación de los pueblos indígenas no se ha considerado la no elaboración de un plan de vida como ejercicio de dicha autonomía y autodeterminación. Y como no se tienen en cuenta las condiciones históricas de su origen -la zona andina-, se generalizan en todo el territorio nacional, con ayuda de los programas institucionales y con la aceptación de la dirigencia indígena.
La ONIC no atiende tampoco posibles desavenencias a raíz de la propuesta, u otras posibilidades para su elaboración. No considera otras posibilidades que no sean un plan de vida. No considera la proveniencia de los líderes, ni qué tanta aceptación tienen en la comunidad, porqué y de qué tipo. No se detiene en pensar de qué grupos hacen parte, qué intereses representan, quién los nombra o qué tendencias siguen.
La ONIC misma ignora los conflictos en que se ve envuelta; Mónica Espinosa me explicaba al respecto:
Es obvio que como organización indígena de carácter nacional y con unos intereses políticos de participación bastante fuertes, la ONIC esté interesada en intervenir en todas las comunidades y unificar criterios de participación.11
ETNOEDUCACIÓN EN GUAMBÍA
Las escuelas de ustedes son: una silla... una mesa... un lápiz... un papel... y un libro, sin el que no saben hacer nada.
(Pensamiento guambiano)
El Tratado de la Silla12
En 1920, el Estado colombiano oficialmente delega en las comunidades religiosas, especialmente católicas, la colonización, cristianización y civilización de los salvajes; 10 años después, se abren los primeros internados.
Los cambios políticos de la década del setenta son palpables de nuevo.
El Concordato de 1973 procura trabajar en “la promoción de las condiciones humanas y sociales de los indígenas” (Jiménez, 1996), y el Decreto 1142 de 1978 destaca que la educación impartida por religiosos debe respetar las particularidades culturales indígenas y que los maestros indígenas deben participar en la elaboración y evaluación de los currículos. En 1980, el Ministerio de Educación Nacional inscribe a los maestros indígenas en el Magisterio, e inicia un proceso educativo alternativo. El Programa arranca en 1982 y la experiencia es posteriormente recogida por la Constitución de 1991, como parte de las demandas indígenas.
Articulo 10: La enseñanza que se imparta en comunidades con tradiciones lingüísticas propias será bilingüe.
Artículo 68: Los integrantes de los grupos étnicos tendrán derecho a una formación que respete y desarrolle su identidad cultural.
El Programa de Etnoeducación del MEN tiene en la mira fortalecer las determinaciones de los Pueblos indígenas “En el desarrollo de sus planes, programas y proyectos [...] y ganar espacios de concertación con otras culturas y otras instancias de la administración...”,13 en condiciones de Integralidad, Diversidad Lingüística, Autonomía, Participación Comunitaria, Interculturalidad, Flexibilidad, Progresividad y Solidaridad; 8 principios que debe contener cualquier Plan Etnoeducativo Institucional —PEI—, y éste a su vez, debe estar inscrito en los planes de vida de cada pueblo para “proponer espacios de trabajo organizados y sistematizados, de trabajo escolar diferentes al aula de clases” (Decreto 804 de 1995. Artículo 17. Capítulo 4).
Dentro del Plan de Vida Guambiano, la Etnoeducación aparece como una estrategia destacada en el desarrollo de un proceso educativo propio, pero que, como servicio educativo, es necesario tecnificar y dinamizar. Así es como coinciden los objetivos del Programa de Etnoeducación del MEN y los del Plan de Vida Guambiano:
Mientras el Programa, sostiene que su núcleo es la Interculturalidad, definida como “la capacidad de conocer la cultura propia y otras culturas que interactúan y se enriquecen de manera dinámica y reciproca, contribuyendo a plasmar en la realidad social, una coexistencia en igualdad de condiciones y respeto mutuo,14 [con] relaciones voluntarias y libres” (Jiménez, 1976: 46), para el Plan de Vida es indispensable que la complementación entre la educación formal y la vida diaria contribuya a fundar relaciones interculturales con otros pueblos y la sociedad nacional.
La dinámica reflexiva guambiana durante las luchas por la tierra dio considerable impulso a la educación escolar. En 1982, se crea el Comité de Historia, primer comité guambiano; le siguen, en 1985, el Comité de Educación, el 1er. Planeamiento Educativo Guambiano, y se da inicio a los talleres de bilingüismo, de profesionalización de maestros, de etnoeducación, investigación y elaboración de material didáctico. Entre 1986 y 1988 se hacen dos Planeamientos más, además del Plan Preliminar de Desarrollo Guambiano, y el 5 Planeamiento se realizó entre 1998 y 1999. Actualmente está en curso la publicación de la Reforma Educativa que se planteó en el Plan de Vida.
Los PEI, del Programa de Etnoeducación, tienen derecho a utilizar el 20% del currículo en asignaturas que enfaticen en la vida y pensamientos propios. En Guambía, con este porcentaje se dictan wam, pensamiento guambiano (algunos maestros enseñan a los hombres a hacer sombreros o tejer a las mujeres, también a bailar las danzas propias: del angelito, de la chucha), y materias agropecuarias desde primaria. El 80% restante es ocupado por el programa básico de enseñanza media-vocacional.
Aunque el Quinto PEG enfatiza en la cosmovisión guambiana y en una educación propia e integral basada en la familia y los consejos, el Programa de Etnoeducación en sí presenta en Guambía continuos desaciertos e inconsistencias respecto a las premisas tanto del Programa etnoeducativo como del Plan de Vida. Esta circunstancia genera constantes cuestionamientos acerca del desempeño y los aportes de la escuela al proyecto político guambiano, al mismo tiempo que demuestra que aquellas desviaciones, causas de la preocupación, se han hecho ineludibles y que la consolidación del poder del conocimiento científico es inversamente proporcional al potencial político de la educación propia.
En torno a la educación escolar, las críticas señalan el bajo rendimiento académico, a lo que responde el rector del Núcleo, que el bilingüismo obstaculiza el aprendizaje óptimo: “Cuando ellos quieren expresar una idea clara, hablan en lengua, no en español”,15 y aunque se acepta que fue una de las exigencias del Movimiento Indígena, también se acepta que en el trayecto el bilingüismo se redujo a una traducción literal del castellano al wam, “sin un pensamiento propio” (Plan de Vida Guambiano: 69).
En Guambía, los profesores mestizos no hablan guambiano y muchos profesores guambianos dictan las clases en castellano; el rector del Núcleo me aclara: “¿Qué ganamos con que los profesores hablen guambiano, si el entorno es mestizo? [...] la idea es educar al joven guambiano para la vida de él...”.
Si la educación impartida en la escuela está pensada para la vida de un joven guambiano y así se explican el contenido del currículo y los inconvenientes pedagógicos del proyecto etnoeducativo, es porque se asume de antemano que esta vida no tiene mucho que ver con el Resguardo y que la vida dentro del Resguardo no requiere de mayor atención, porque la formación escolar debe preparar a los alumnos para el inevitable contacto con el mundo de afuera.
Es innegable, entonces, el poder del pensamiento y conocimiento hegemónicos como constructores de realidades, a través de la escuela y sobre el mundo indígena. Pero, paralelamente, el mismo poder hace que se eluda la consecuencia más notoria: la estructuración de pautas de comportamiento y de expectativas de vida cada vez más distantes del territorio guambiano.
Un segundo cuestionamiento señala que la escuela altera la conducta de hombres y mujeres y las relaciones entre los sexos. No son pocos los que señalan al colegio por la cantidad de embarazos de muchachas menores, “que ni siquiera saben armar un anaco”, y de hombres que no se hacen cargo de sus hijos, dejándolos en frecuentes ocasiones a cargo de sus madres, abuelas o hermanas. Pero si la familia se queja de la transformación de los comportamientos, los maestros se quejan de que los padres de familia descargan toda la responsabilidad de la educación de sus hijos en el colegio y no la complementan.
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Patio de la escuela en Campana
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En Guambía, el Comité de Educación, por su historia, por el proceso de dominación y por ser un rubro de inversión de Transferencias, cuenta con el apoyo moral y económico permanente del Cabildo. Sin embargo, algunos comuneros sugieren soluciones radicales. ¿Por qué?. “Porque hace perder el pensamiento a los hijos, pero al mismo tiempo es bueno para que adelanten y estén bien”. Es algo difícil de explicar.
Muy seguramente, si un joven dedica gran parte de sus días al colegio, durante unos buenos años, el trabajo en la tierra se reduce a los tiempos libres que deja el estudio; y aunque un gran número de padres envía sus hijos a la escuela para que aprendan elementos básicos, el interés de muchos de los alumnos por el colegio no es enorme y hay una fácil deserción; el impulso ideológico de la educación por parte del Estado, por parte del Cabildo (que construye grandes concentraciones escolares e invierte en Educación como el proyecto mas importante) y por parte de los subsidios de Visión Mundial, hacen que progresivamente el trabajar la tierra se convierta en lo que toca: “De alguna manera, en unas vacaciones se tiene que ir a trabajar, no con el mismo entusiasmo pero sí les toca”.16
La educación no ha dado los resultados esperados; poco importa lo que se plantee en el PEG y lo que digan el MEN y el Plan de Vida, la relación del discurso de la Interculturalidad con la realidad guambiana no es más que de ruptura.
El mismo 5º PEG plantea, como uno de sus objetivos, impulsar a los jóvenes para que sigan una carrera académica; por esto mientras unos defienden la escuela, otros responden a mi pregunta por la paulatina separación de la tierra: “pues sí, pero de todas formas no son todos los que van a poder seguir estudiando en una universidad”.
SALUD17
En 1996, cuando se formula el Programa de Salud en el Plan de Vida, son de dominio público las posibilidades políticas que tienen los indígenas desde 1991 y los guambianos ya las han probado. Taita Lorenzo Muelas estuvo en la Constituyente y para el período 1994-1998, es senador. Con los Auxilios Parlamentarios, que por esa época le correspondían a cada congresista, taita Lorenzo, decide apoyar el proyecto de Salud de Guambía, con la intención de mejorar el Centro de Salud de las Delicias y hacer “algo grande” o, en todo caso, mejor dotado que los demás.
No establecí claramente, el momento en que se sofisticó el proyecto y se comenzó a diseñar un Hospital de Primer Nivel; pero la justificación para la presencia del Hospital Mama Dominga “hoy” en Guambía no deja lugar a dudas: la atención era deficiente y muchos guambianos se sentían discriminados y maltratados por el personal del Hospital San Carlos en Silvia; pero, más aún, la legislación lo permitía y contaban con los recursos y con el personal. ¿Por qué dejar pasar la oportunidad?.
Según el artículo 48 y 49 de la Constitución Política, es obligación del Estado proveer a todos los ciudadanos de seguridad social, salud y saneamiento básico.
El artículo 6 del Decreto 1811 de 1990 establece que la prestación de servicios de salud para las comunidades indígenas será gratuita; reconoció los aportes científicos de la medicina tradicional y su importancia para la reproducción y supervivencia cultural de las comunidades indígenas; además planteó que toda actividad o programa debe ser previamente concertada con las autoridades tradicionales.
El Acuerdo 23 del enero 24 de 199618 establece que no es obligatoria la aplicación del SISBEN para las comunidades indígenas.
Con la Ley 100/93, el Municipio comienza a percibir recursos destinados al Régimen Subsidiado (Decreto 2357 de 1995). En el artículo 157, numeral 2, los indígenas, la población mas pobre y vulnerable del país, son considerados con especial importancia y se fija que el personal médico y paramédico que entre a trabajar en los resguardos deberá recibir capacitaciones previas sobre Interculturalidad.
Esto me recuerda lo que me dijo uno de los médicos de Mama Dominga (uno de los que debería haber recibido capacitaciones sobre interculturalidad), acerca del proyecto de plantas medicinales de Sierra Morena:
¿Para que se van a demorar tanto en llegar al mismo lugar?, la medicina alopática ya lo hizo, si se acogen a ella, se saltan siglos de investigaciones y estudios. Les estamos ayudando a obviar las etapas que faltan para lograr buenos resultados, les estamos haciendo un favor, dándoles el resultado de la historia.
TELECOMUNICACIONES
Queremos ubicar aquí el centro de comunicación e información.
Aquí se va a ubicar el telecentro, nos van a llegar 6 computadores con acceso a Internet el próximo año y entonces crear una red y la página Web del cabildo.
(Jeremías Tunubalá)
No existe una reglamentación para emisoras indígenas. En su lugar, el derecho a la igualdad y la no discriminación hace que el Ministerio de Comunicaciones atienda “la necesidad sentida y expresa de las comunidades indígenas”.19
La primera emisora guambiana ganó la licencia como Emisora Comunitaria del municipio de Silvia. La segunda emisora, según el Decreto 1447 de Funcionamiento de Emisoras de Interés Público, fue adjudicada directamente por el ejecutivo —el Ministerio de Comunicaciones— y entró en funcionamiento hace pocos meses.
Artículo 75 de la C. P: El espectro electromagnético es un bien público inenajenable e imprescriptible, sujeto a la gestión y control del Estado. Se garantiza la igualdad de oportunidades en el acceso a su uso en los términos que fije la ley.
Las Emisoras de Interés Público, a diferencia de las Emisoras Comunitarias, obtienen además de la licencia, equipos, instalación, mantenimiento técnico y capacitaciones en Comunicación y gestión de la emisora, gracias a un convenio entre el Ministerio de Comunicaciones y el Ministerio de Cultura. La comunidad solo debe aportar las instalaciones físicas20 y limitar su uso al Desarrollo educativo y a la formación y difusión de valores propios; no puede ser usada para proselitismo político, ni religioso.
Es interesante ojear el nuevo programa del Ministerio de Comunicaciones, que hizo posible una segunda emisora para Guambía, con mejor tecnología y mayor cubrimiento, y otros proyectos en camino, como la telefonía rural —hay Comparteles en varios lugares del Resguardo—, y un centro de información de Internet patrocinado por el programa Comunidad del Ministerio de Comunicaciones.
Para las minorías étnicas, el Ministerio formula el Programa “COMUNIDAD, SEÑAL DE CULTURA Y DIVERSIDAD, que ”promueve el fomento y la difusión de valores y procesos culturales al interior de los pueblos indígenas, e inicia el proceso de adecuación de la infraestructura de radio comunitaria a la diversidad lingüística y cultural”.21
Actualmente, el Programa cuenta con 14 emisoras indígenas y 2 centros de producción; centros que tienen el propósito de desarrollar dentro de las comunidades estrategias de comunicación y creación radial, con infraestructura proporcionada por el Ministerio, y fomentar la Interculturalidad y Autonomía, mediante el “motor de los conocimientos ancestrales: la oralidad y la lengua propia” (Ibíd.).
En cuanto a Telecomunicaciones, La AGENDA DE CONECTIVIDAD (2002) es una política de Estado que busca “masificar el uso de tecnologías de información y con ellos aumentar la competitividad del sector productivo, modernizar las instituciones públicas y el gobierno”(ibid.) e integrar al país, al mundo del poder, al conocimiento en igualdad de oportunidades. De esta política hace parte el Programa COMPARTEL, operador del servicio de telecomunicaciones comunitarias a nivel rural. “Hay muchas organizaciones como la OEA, el Banco Mundial que quieren invertir en las áreas rurales, pero desean que el sector privado les ayude a desarrollar ideas” (Javier Fernández Martínez. Presidente de Gilat S.A) (ibid.).
El capital internacional —Gilat—, se interesa por el Resguardo de Guambía por razones financieras y mercantiles, que nada tienen que ver con altruismo: en el campo no hay competencia establecida, no hay otros operadores, no hay siquiera infraestructura montada. Es un nuevo gran mercado que acerca el campo a las ciudades, pero sin que la gente invada la ciudad; que se integre desde su terruño: “Que desde su terruño, el campesino comience a vender su inteligencia. Esa sería la verdadera globalización...” (Ernesto Rey Moreno, Presidente de Telefónica Data). 22
Cuando se comenzó a plantear la telefonía domiciliaria en una asamblea en Guambía, una secretaria del Cabildo me dijo muy segura: “yo no estoy de acuerdo con eso, ya no se visitaría la gente, se perdería el contacto con la familia”. No obstante, en el Ministerio de Comunicaciones hacen la salvedad, no se puede discriminar a nadie, pero los indígenas pueden negarse a recibir el beneficio.
PARTICIPACIÓN EN LOS INGRESOS CORRIENTES DE LA NACIÓN —PICN— PARA GUAMBÍA
Yo si he escuchado al Cabildo, decir que Plan de Vida en las asambleas, y que Plan de Vida y Plan de Vida. Los taitas hablan de Plan de Vida, pero ¿qué será Plan de Vida?
(Luz Dary Gallo. El Trébol)
Vasco (1998),23 afirma que para la Asamblea Nacional Constituyente, el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia —AICO— presentó a consideración, a través de su representante taita Lorenzo Muelas, una propuesta de indemnización sin contraprestaciones a los Pueblos indígenas para su Reconstrucción política, económica y socio-cultural. La propuesta fue rechazada por representantes blancos e indígenas y, en la coyuntura, el Estado aprovechó para incorporar, legislar y vigilar las actividades indígenas por medio de la asignación a los Resguardos de recursos anuales bajo una estricta normatividad.
El desembolso de los primeros recursos de Transferencias para el Resguardo de Guambía, se dio paralelamente al segundo año de elaboración del Plan de Vida, y a pesar de que tener programas y proyectos definidos de antemano y una estructura burocrática de comités facilitó el manejo de los recursos, la PICN en Guambía ha presentado varias dificultades.
La “Participación de Municipios en el Situado Fiscal” (Art. 357 de la C. P) define la Participación en los Ingresos Corrientes de la Nación de los Resguardos indígenas, asimilados a municipios por la Ley. Tales recursos, complementarios a los del municipio, tendrán que ser administrados por la Alcaldía y destinados básicamente a solucionar las Necesidades Básicas Insatisfechas “de acuerdo a la ley y según usos y costumbres”.
Según la Ley 60 de 1993, artículo 25,24 dentro de los Resguardos indígenas, los recursos se distribuirán de acuerdo a la participación per cápita nacional, multiplicada por el número de habitantes del Resguardo. Para los desembolsos, la autoridad propia correspondiente debe presentar un plan de inversiones y firmar un convenio anual con la Alcaldía, en el cual ésta se compromete a desarrollar los proyectos presentados en el plan.
Cada febrero, el Cabildo, como toda entidad pública, debe comunicar a Planeación Nacional el plan de inversiones para ese año y los proyectos que priorizó la comunidad desde diciembre del año inmediatamente anterior, según los rubros del artículo 21/Ley 60: educación, salud, agua potable, vivienda, servicios públicos, materia agraria, seguridad social, justicia, educación física, cultura, recreación y deporte, prevención y atención de desastres, desarrollo institucional, pago de deudas adquiridas para cualquiera de los sectores, redes viales, gestión de proyectos. Según el artículo 22 de la misma ley, los porcentajes que DNP destina a cada una de estas áreas no les son obligatorios25 y los subsectores pueden ser establecidos según usos y costumbres.
Aunque la ley dice que las autoridades, junto con la comunidad, podrán establecer autónomamente la destinación de sus recursos acorde con las normas pertinentes, con ayuda del manuales, capacitaciones y talleres sobre gestión y administración pública proveídas por el Estado, ya sabemos que en la realidad estas decisiones no se concentran siempre en las autoridades, y nunca en las comunidades, sino que dependen de las políticas institucionales del Estado, de los asesores y de los profesionales en cada comité.
Esta centralización ejecutiva en los Comités, en la Dirección del Plan de Vida o en los gobernadores y secretarios, hace que grupos con iniciativas particulares al interior del Resguardo, sepan de antemano que no cuentan con el respaldo del Cabildo para sus proyectos. Es muy poco probable que un Comité se haga cargo de la gestión o financiamiento de iniciativas que no provengan del mismo Cabildo, del municipio o del departamento.
Eso no hay oportunidad de ir y hablar con la gente. El discurso de participación dice que es la gente la que tiene que traer sus iniciativas. Pero eso aquí no ocurre. PLANTE dice: hay recursos. Formulemos un proyecto; el cabildo dice: Juan, escríbalo, Manuel, escríbalo, que eso es para pasado mañana. Entonces para reunir la gente, consultar con ellos qué quiere sembrar y que uno los acompañe, nunca se da esa posibilidad, aquí por lo menos nunca se da. [...] Aquí uno a través de un imaginario, de una suposición, uno imaginándose que tales necesidades, escribe y a la vez impone. Si le dicen escriba, yo escribo lo que yo quiero. Lo que a mí me gusta. Lo que yo creo que debe ser (Juan Bautista Muelas).26
Según el Decreto 1386/94, los recursos asignados a un Resguardo sólo podrán ser utilizados en beneficio exclusivo de dicha población (dentro de la entidad territorial); así en cuanto a tierras, la Ley 60 permitía la compra con recursos de Transferencias, exclusivamente dentro del municipio.27 La ley 715 simplemente no lo considera. “Lo que hay que impulsar en las comunidades indígenas, es el fortalecimiento de sus sistemas de vida reduciendo el NBI, con proyectos que generen riqueza, pero manteniendo su propia identidad”. 28
Los recursos de Transferencias han viciado de tal forma el proceso ejecutorio del Plan de Vida, que la presentación de proyectos no obedece, en muchas ocasiones, a “juiciosas priorizaciones” legales, ni a los proyectos formulados en el Plan de Vida y mucho menos a sus objetivos, obedece a la necesidad de extraer rápidamente los recursos de la Alcaldía.
Han dado lugar también a algunos conflictos por recursos asignados a los programas internos, como ocurrió entre Mama Dominga y Sierra Morena, y a una gran dependencia del Cabildo. La posibilidad de hacer algo sin ellos, o con el aporte de los comuneros, no existe hoy, como sí existió durante las luchas, cuando los aportes de mano de obra, dinero, comida o compañía, reforzaron los lazos emotivos y los compromisos políticos de la comunidad hacia sus necesidades. Taita Lorenzo Almendra, —actual Representante a la Cámara por AICO—, y otros, llaman a esto “la proyectitis”.
¿CUÁL ES LA POLÍTICA GUAMBIANA... SERÁ ACASO LA POLÍTICA ELECTORAL?
Con lo que no estoy de acuerdo, es que no se ajusta con lo que ellos mismos hablaban, y que ellos mismos nos enseñaban cuando nos hablaban, que al recuperar la tierra había que recuperarlo todo. Entonces eso es como mentira.
Yo les digo mentirosos, ¿para qué hablaban eso si no lo van a hacer?
Es que les da miedo, les da vergüenza. Entonces, ¿para qué es tanta norma?
Por ejemplo, en la Constitución del 91 dice: el Estado reconoce y protege la diversidad étnica.
¿Para quién es eso?
Obviamente es para nosotros, pero hay que hacer algo.
Nadie va a venir desde afuera a decir miren, hagan que eso es importantísimo...
¡cuando!, ¿A quién esperamos?.
Da pereza, da miedo, no se qué es lo que piensan. No quieren.
Entonces, ¿para qué hacen investigación histórica en Guambía,
si no lo van a rescatar, no lo van a poner en práctica?
Yo digo personalmente, que nosotros conociendo la historia podemos repetir.
(Juan Bautista Muelas)
Los artículos 171 y 176 de la Constitución Política Nacional crean para la Circunscripción Especial Indígena 2 curules para senado y 1 para Cámara de Representantes —Ley 649/2001—, y los aspirantes deberán haber actuado como autoridades tradicionales dentro de su comunidad o estar acreditados como líderes indígenas por el respectivo movimiento.
Guambía ha tenido vasta experiencia en las lides del poder.
Taita Lorenzo Muelas fue elegido constituyente por el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia, en 1991. Para el período 1991-1994 es senador taita Floro Tunubalá, por el mismo movimiento. Posteriormente, en el período 1994-1998, taita Lorenzo Muelas fue senador en nombre de AICO.
En 1998, taita Álvaro Morales es elegido Alcalde del Municipio de Silvia por AICO, periodo en el que elaboró el Plan de Vida del Municipio de Silvia. En el 2000, se coalicionan el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia —AICO— y la Alianza Social Indígena —ASI— con el Bloque Social Alternativo, para lanzar a taita Floro Tunubalá a la Gobernación del Cauca; después del triunfo, la coalición se disuelve.
En el año 2000, taita Segundo Tombé Morales, exgobernador del Resguardo de Guambía y uno de los líderes del Plan de Vida guambiano, es elegido como Alcalde de Silvia para el período 2001-2003. Para este periodo, AICO cuenta también con concejales municipales y con un diputado departamental en el Cauca.
En las elecciones al Congreso del 2002, AICO obtiene 1 curul para el Senado con taita Efrén Tarapués, indígena pasto, y 1 para Cámara de Representantes con taita Lorenzo Almendra, exvicegobernador del Resguardo guambiano, (1999 y 2000, junto con taita Floro Tunubalá). En éstas elecciones, taita Lorenzo Muelas decide lanzarse al Senado, con el Movimiento Independiente Polo Democrático, debido a que se alejó del Movimiento y no contó con el apoyo del Cabildo guambiano ni de AICO. No es elegido. “Fuimos movimiento de lucha ideológica, pensante y alternativo hasta la constituyente; a partir de ahí somos intereses, populismo y dinero, hoy somos la lucha materialista.29
La participación guambiana en la Política Electoral y los demás privilegios de tipo burocrático, han despojado al pensamiento indígena de las motivaciones propias para adelantar luchas unificadas y coherentes contra la realidad material, cercana y palpable de la escasez de la tierra y las agresiones diarias (Vasco; 1992).
La institucionalización de las reclamaciones indígenas andinas y su nacionalización indiscriminada (Ibíd.), han vulnerado el Movimiento Indígena del Cauca, transformando el avance de las luchas locales autónomas en socias de los intereses y estrategias del Estado, con conceptos demasiado abstractos y amplios como para que “las bases” se reconozcan en ellos.
La falta de tierras laborables y el tamaño de la parcela familiar30 continúan siendo una lamentación diaria en Guambía, y las agresiones a sus formas de vida se mantienen, aunque con un lenguaje suavizado y con gratificaciones a cambio de una espera silenciosa y expectante. En Guambía, la responsabilidad indígena por la defensa de sus derechos —ya que hay instancias no indígenas interesadas en lo mismo—, recae en los candidatos de turno del Movimiento y en la experimentada dirigencia guambiana, cada uno con sus respectivos asesores. A todos estos lideres, hoy, sin embargo, se les dificulta levantarse por una lucha que los llevó a estar donde están, pero que es cada vez más irreal y ajena a ellos, cuanto que muchos dirigentes ya no viven dentro del territorio ni su subsistencia depende del trabajo en la tierra. (Ibíd.)
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Mama Jacinta Muelas muestra la oca, alimento propio que se ha ido olvidando
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Por mas asistencia que tengan las frecuentes asambleas y encuentros de AICO en Guambía, los manejos concretos en la política nacional se reducen a un grupo pequeño, que es el que se relaciona directamente con el Estado y que de todas maneras ya no lo confronta, sino que dialoga con él, olvidando que son antagonistas esenciales; las comunidades no se involucran en las estrategias de defensa porque para conciliar no se necesitan muchos.
La lucha por la supervivencia física y cultural del Pueblo guambiano es una realidad hoy distante, de antes de que las demandas indígenas, a fuerza de convertirse en cuestión de Derechos Humanos, desvirtuaran una lucha que fue menos elegante pero más eficaz.
“ALGUIEN ME ESTÁ DAÑANDO MIS FLORECITAS DE NOCHE...”31
Al parecer, la amapola crecía como cualquier otra flor en Guambía e incluso hacía parte de la maleza. Hace aproximadamente 25 años, comenzaron algunos guambianos a cultivar poco, pero se extendió rápidamente en zonas como Piendamó Arriba, Cacique y Campana, las más altas del Resguardo.
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Cultivo de amapola
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El primero es la criminalización, que ha justificado fumigaciones que no sólo queman la amapola sino los cultivos con los que se mezcla, como cebolla y ajo, la imposición de políticas del PLANTE (con éxito relativo) y la estigmatización de los indígenas del Cauca como amapoleros, ante lo cual ellos responden que en Guambía nadie puede hablar de hectáreas de amapola, sino de unas cuantas maticas o a lo máximo de un cuarto de plaza. Representó también el intento de erradicación manual, propuesto por taita Floro Tunubalá en su segundo año de gobernación en el 2000, y frente al que los amapoleros se pararon, inmovilizando los carros del Cabildo y apedreando a los maestros que con algunos alumnos quisieron colaborar con la tarea, “con ese dinero mandamos los hijos al colegio”
Un segundo aspecto es que los ingresos por la mancha han desfavorecido el proceso de fortalecimiento cultural del pensamiento y la vida guambiana planteado en el Plan de Vida. Especialmente entre los jóvenes quienes, mediante un oficio relativamente fácil y con mayores ganancias que cualquier otro, manejan grandes sumas de dinero y debilitan la autoridad de los padres, porque obtienen a una edad más temprana “los modos de vida de blancos y las costumbres” en cuanto a vestido y accesorios para la vivienda, principalmente. Dado el histórico contacto de los guambianos con centros urbanos y mercantiles, es fácil que obtengan cualquier producto en el pueblo o las ciudades. Por esta razón, uno de los “Asesores del Cabildo” me aseguró que uno de los grandes obstáculos que había tenido el Plan de Vida fue la bonanza amapolera en la zona, después de terminado el trabajo. Los mayores ingresos desviaron el pensamiento y cambiaron las prioridades cuando facilitaron más la ya permanente inmersión guambiana en el mercado.
Por ultimo, un tercer aspecto tiene que ver con la inusitada fuerza política en la que se han constituido los amapoleros desde 1999, al punto de que en Guambía se está hablando de “campañas” para que en la gobernación año tras año —con los decisivos votos de las zonas amapoleras— se elijan comuneros cultivadores que, en cierta forma, garanticen no tomar medidas drásticas frente a la amapola. Esto también implica campañas en contra de quienes han asumido posiciones fuertes respecto al cultivo.
Los jóvenes, que ven a sus mayores y autoridades cultivando amapola, piensan que si algunos taitas (cabildantes o excabildantes), mayores (los de más edad) y dirigentes (taitas que han participado en la política nacional) lo hacen, por qué ellos no. A su vez, los argumentos de taitas, mayores y dirigentes guambianos, por un lado aceptan los perjuicios de “un dinero que se gana fácil y se gasta fácil”, como dice taita Javier Calambás; pero también dicen que “si la plata es bien gastada”, es buena y beneficia.
Yo me acuerdo tanto de unas familias que en 1980... yo defendí, y defendí porque realmente no tenían nada, [...] y lo analizaba después cuando comenzaban a sembrar este producto; a los cuantos años ya los veía con casas grandes, con tierra, con vacas de leche, con cositas ¿no? Inclusive, cuando antes estaban en esos problemas, pues tenían ellos otro problema, pues cuando no tenían que hacer, siempre agarraban las cositas de los vecinos, la cebolla siempre... Entonces con esto, ya no molestan al Cabildo, Cabildo déme esto, sino que han ido dándoles, pienso yo un buen manejo [...]. Si todos le hubieran dado un buen manejo y hubieran aprovechado esas bonanzas, y que no se hubieran ido malgastando un peso, un centavo (Dirigente guambiano).
Este malgastar la plata que se gana con la amapola tiene que ver con el abuso del alcohol y los accidentes y violencia familiar que lo acompañan, pero también con los cambios en los hábitos de la vida diaria. En las parcelas donde hay amapola hay otros productos como papa, cebolla, ajo o coles, entre otros, pero en algunos casos —los suficientes como para que ya se hable de eso—, con el dinero obtenido las familias optan por comprar los alimentos. Taita Álvaro Morales me dice:
Cuando yo era joven y hasta no hace mucho, eso sí los martes32 pasaban papa, cebolla, ulluco... todos los productos que se dan acá. Esas chivas que tiene 8 bancas, las cargaban arriba bien acumuladas, y hasta atrás en la tabla iba la carga de acá, pero hoy no baja así sino que es que sube”.
Como en todos los asuntos, es común la reflexión en torno a la amapola. Y como en otros asuntos, es también evidente que no están dispuestos a dejarla, con todo y reflexiones. Por este motivo, muchas veces, después de entrevistas en las que se señalaban los perjuicios del cultivo, me encontraba con que habían “omitido” que la sembraban. En la Marquesa, por ejemplo, cuando terminé de hablar, un taita, quién me señalo uno a uno los problemas entre los jóvenes, la amapola y la cultura guambiana, se refirió, por una pregunta que le hice, al pequeño cultivo de amapola que tenía su sobrino, en cuya casa yo me estaba quedando. Cuando llegue a la casa le dije que habíamos estado hablando un poco de él y me respondió: “Y acaso él no le dijo donde tiene los cultivos de él... ¿no los vio?”.
Una mañana en que caminaba por Guambía Nueva, buscando conocer los proyectos que se habían hecho en la zona, conocí a Wilmer Chirimuscay. Me contó que se había peleado con un profesor y que no pensaba regresar al Núcleo. Tenía 15 años y estaba en 2º de bachillerato. Quería irse a Cali a probar suerte. Me invito a su casa y después de un par de mentiras y un café con pan que me ofreció su hermana, me confesó que el cultivo de amapola por el que habíamos acabado de pasar era de él y que tenía otro más arriba, en compañía con un primo. Que desde que tenía 12 años cultivaba y los papás no le decían nada porque con eso el se pagaba el colegio, se compraba ropa, ayudaba con la remesa y bajaba al pueblo.
Nos quedamos hablando en su cuarto, que tenía las paredes llenas de avisos publicitarios de mujeres en ropa interior de Leonisa, al lado de afiches medianos de Rambo y Schwarzeneger. Una decoración muy usual. Prendió la grabadora y sintonizó Guambía Estero, pasaban vallenato a esa hora, poco antes del almuerzo. Me mostró una mascara que había hecho y que se usa en las fiestas de diciembre, cuando los hombres se disfrazan de mujeres., era bien elaborada, tenía un par de luces de bicicleta, una calcomanía del Atlético Nacional, cartones pintados y recortes de revista, en la parte de adelante tenía una máscara de plástico y atrás una peluca. Hablamos de todo un poquito: 33
—El vestido casi no me gusta, que se abre el rebozo, que no se puede sentar bien, uno con vestido guambiano uno se aburre, con pantalón está más cómodo... a la gente mestiza no le gusta hablar, andar con guambianos. Cuando un joven baja a Silvia, no les gusta que vista de guambiano. ¿Tú de dónde eres? —le dicen las muchachas—, guambiano. Ay, pero no pareces. Te quedas mejor así. En la comunidad sí les gusta con el rebozo...A mí me gusta que me digan que no parezco guambiano, las mestizas dicen: yo tengo amigos que ni saben hablar bien, en cambio tú hablas bien el español. Te ves más elegante. Así uno se siente más seguro.
—Y la música, ¿qué música te gusta?
—Me gusta el vallenato, la cumbia así... la música de afuera lo hace sentir sentimental a uno y hace pensar en uno. [La música de antes]34 a uno ya no le gusta, porque no se canta pero tiene ritmo para bailar.
—¿A ti te gusta bailarla?
—No me gusta bailar. La gente se burla si uno baila, dicen “yo no soy viejo para bailar esa música”. Si es para presentación, una nota, si bailan en serio, se ponen sombrero y ruana blanca, y se ponen a ver y después le dicen cosas en el camino, por eso uno se apena. Toda la gente es así.
—¿Y Mujeres?
—Quiero una compañera mestiza, mejor que guambiana, porque con la guambiana hay que ir a trabajar donde el suegro y uno se ensucia muchísimo.
—Y entonces la cultura... ¿es importante?
—Si, es muy buena la cultura, todo es bueno de mostrar, que somos un pueblo que no piensan en el mal sino en el desarrollo de todos.
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