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LA ESPERANZA Y EL ESPEJO
I. “LA HISTORIA QUE TENEMOS NOSOTROS LOS INDÍGENAS GUAMBIANOS”
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Lo que se conoce actualmente como El Plan Integral de Vida del Pueblo Guambiano tiene dos orígenes espacio—temporales.
Un origen lejano que nace de un proceso interno en la comunidad de Guambía y que se enmarca dentro del Movimiento Indígena en el Cauca por la recuperación de tierras, y un origen reciente que tiene que ver con esquemas y políticas estatales que, aunque no impuestas explícitamente, sí fueron adoptadas por la dirigencia guambiana, y que defino como externas a Guambía.
Estos dos procesos históricos explican el cuerpo del Plan de Vida Guambiano. Su contenido, sus partes. Todo lo concerniente a su elaboración, el cómo se ha manejado, sus logros y sus dificultades. No obstante, son dos marchas paralelas que convergen continuamente, tanto en el tiempo como en el espacio.
La lucha indígena ha apelado repetidamente a la legislación existente, ya sea para utilizarla en su provecho o para rebatirla. Se ha apoyado en modelos no indígenas, intentando dar más fuerza y credibilidad a su propósito de fortalecerse culturalmente. Se han buscado insistentemente los argumentos foráneos para defender los propios. Dadas las condiciones a que se han visto supeditados los indígenas, esto es algo apenas explicable, pero no por esto deja de ser contradictorio e inquietante.
Por su lado, el Estado ha estado presente históricamente en las comunidades indígenas a través de entidades que han intervenido en su vida social, política, económica y cultural. Han dejado la huella de sus ayudas, de sus capacitaciones, de sus programas “para el Desarrollo”, de sus asesorías.
Esto también se refleja en el Plan de Vida. Y no sólo en el documento escrito. Se refleja más aún en la actividad diaria del organismo rector en el que se convirtió.
Para cualquiera de los dos casos, se obedece a coyunturas sucesivas propias de procesos más amplios, coyunturas que se replican en el espacio y en el tiempo. La lucha Guambiana por el bienestar de su gente no se puede entender sin la institucionalidad que la ha acompañado. Y como el Plan de Vida hace parte de esta lucha, esta característica no es ajena a él.
En las páginas siguientes, los dos orígenes, serán presentados a través de
los antecedentes históricos del Plan que, para efectos de este trabajo, se dividirán en dos tipos de documentos: Los que resultan de la lucha: Los 7 puntos del CRIC, el Manifiesto Guambiano y el programa político de Autoridades Indígenas del Suroccidente —posteriormente AICO—. Y los que muestran y reproducen modelos políticos y sociales occidentales y que debilitan los procesos de recuperación propios, al mediatizarlos. Estos son: El Plan Preliminar de Desarrollo del Pueblo Guambiano (1985 —1987) y el Primer Censo Estudio Guambiano (1990 —1991).
Los frutos no alimentan La Esperanza.
“QUIERO CONTAR ALGO DE LO QUE ERA GUAMBÍA...” 1
“...Puede verse que no tratábamos a fondo
nuestros problemas como indígenas.
Y eso tiene una razón.
Porque habíamos aprendido a organizar como
hacían las organizaciones campesinas
que habían existido en el Cauca antes del CRIC, o en otras partes.
Y como en ningún sitio los indígenas se habían organizado
hasta entonces, como indígenas mismos,
nadie pensaba que lo nuestro servía para organizar.
Nosotros mismos creíamos que ser indio no era bueno y
que para echar adelante había que copiar lo que venía de afuera...
(CRIC, 10 años de Lucha. Historia y Documentos. 1978)
“...Por eso ahora que hemos abierto los ojos,
estamos también en este pensamiento de lucha.
No ser esclavos, pensar con nuestra propia cabeza.
Defender para nuestros hijos,
el derecho de ser guambianos...”.
(Manifiesto Guambiano. IBE NAMUIGUEN Y ÑIMMEREAY GUCHÁ2)
Cabildo de la parcialidad de Guambía. Cauca. Junio de 1980.
La lucha sociopolítica en el Cauca en la década del 70 y 80, de la que fueron protagonistas indígenas Guambianos, Paeces y Coconucos, se concretó tanto en las luchas físicas de recuperación de tierras mediante ocupación de haciendas, como en los Movimientos Indígenas del momento, que integraron a la visión política de la recuperación, la organización e inclusión de sectores de la sociedad colombiana, para actuar frente a la iglesia, terratenientes de Popayán y Cali, de gran poder, y frente a la figura estatal representada en los gobiernos municipales, regionales y nacionales y en los organismos que actuaban en su nombre.
La movilización política de los indígenas guambianos se dio, primero con el Consejo Regional Indígena del Cauca —CRIC— y luego con el Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente —AISO—. Organizaciones que convocaron a campesinos, estudiantes de colegio y universitarios, intelectuales de distintas áreas, sindicatos y otros grupos indígenas. Todos identificados con su causa, y algunos de los cuales actuaron en calidad de solidarios, permanentemente hasta 1991.
Durante esta época, se forjaron los principios de la lucha indígena. Dichos principios recogen el sentir por las arbitrariedades a que eran sometidos, en principio los terrajeros de Chimán en Guambía y del Credo en Tacueyó; y luego, hacia la década del 80, también a lo que se denominaba el Resguardo libre, es decir, el territorio en manos de la comunidad guambiana, con el cabildo como autoridad y que no pagaba terraje.
Todos unieron esfuerzos por la recuperación de su territorio antiguo.
Dichos principios de ven consagrados en la formulación del Plan de Vida. Es su filosofía. La justificación. Porque la lucha por la reconstrucción del Pueblo Guambiano debe continuar.
“Los guambianos han sido muy claros en afirmar su propósito de seguir existiendo como comunidad, para lo cual necesitan, naturalmente, controlar su territorio y hacer respetar a cabalidad sus autoridades internas que garanticen su búsqueda de formas de desarrollo propio, para su vida común.”
(Reconocimiento al Derecho del Pueblo Guambiano3).
31 de julio de 1980. Cali.
Los enunciados que encabezan el capítulo y el subcapitulo, son las respuestas que me dieron Taita Javier Calambás y Taita Ricardo Tunubalá4, a dirigentes guambianos que lideraron la compra de las tierras de la Cooperativa Las Delicias en Guambía, mayores y luchadores, cuando les pregunté cómo había surgido la idea de hacer un Plan de Vida.
Es claro entonces, que el Plan de Vida guambiano hace parte de esa lucha por la recuperación, así este sea un “instrumento” reciente y se integre con instancias ajenas al pensamiento guambiano; y el documento evidencia que Guambía ha venido reflexionando sobre su situación desde hace más de dos décadas con el apoyo de distintos grupos.
La lucha del pueblo guambiano estuvo fundamentada en la explicitación de la conciencia no sólo acerca de la crisis en que vivían, sino también de la conciencia política que se desató después del eco que encontraron en diferentes sectores sociales a favor, de sus reivindicaciones. Para tener más presente esto, me remitiré brevemente a los inicios del Movimiento Indígena en el Cauca.
En 1971, en una asamblea en Toribío Cauca, guambianos y paeces terrajeros proponen la unidad y coordinación de las luchas de distintas comunidades, mediante la creación del Consejo Regional Indígena del Cauca —CRIC—, y exigir el no pago de terrajes en las comunidades indígenas que participaban. Posteriormente, el programa del CRIC se condensa en 7 puntos claves alrededor de los que se movilizaría esta organización indígena:
• Recuperar las tierras de los resguardos
• Ampliar los resguardos.
• Fortalecer los cabildos.
• No pagar terrajes.
• Hacer conocer las leyes sobre indígenas y exigir su justa aplicación.
• Defender la historia, la lengua y las costumbres indígenas.
• Formar profesores indígenas para educar de acuerdo con la situación de los indígenas y en su respectiva lengua. (CRIC 1978:9)
Desde mediados de los setenta, en el Cabildo guambiano y algunos cabildos paeces de Munchique, La Paila, Jambaló, Novirao y Nariño, se comienzan a observar diferencias y desacuerdos frente a las decisiones y manejos del CRIC, del Comité Ejecutivo y de sus asesores, respecto a la dirección de las luchas indígenas en el Cauca.
...En 1974 hubo un encuentro [...] muy importante porque salió un documento que es histórico. El rompimiento de los guambianos con el CRIC. Era un documento que se llamó Contradicciones en el Seno del CRIC. Se hacían una serie de críticas al Consejo Regional Indígena y sobre todo a la elección del Comité Ejecutivo.
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De acuerdo con Oscar Agredo, antiguo solidario en Guambía y quien sigue trabajando actualmente en la comunidad, este solo fue uno de los numerosos puntos que provocaron el rompimiento. Los manejos inadecuados de la financiación proveniente de Bélgica, originarían conflictos con los paeces de Jambaló y terminarían en una confrontación abierta, liderada por el dirigente Pablo Hugo Palechor: “De ahí sacaron que estaban formando era el CRIC chiquito”. La no resolución adecuada de los conflictos al interior del CRIC, que simplemente los rechazaba, la manipulación de la organización, el desvío de los principios políticos para los que fue creado y la polémica alrededor de la presidencia de Julio Tunubalá, comunero guambiano que no contaba con el apoyo de su comunidad, fueron otros motivos. Pero como el CRIC era una asociación de cabildos...
Analizando vio Guambía que no había condiciones, porque para que Guambía llegara a la junta directiva tenía que tener muchos cabildos que respalden y Guambía tenía sólo como 5 cabildos en el Cauca y no había forma de entrar a competir en la junta directiva del CRIC. (Taita Javier Calambás).
Los guambianos y paeces “disidentes” emprenden junto con algunas comunidades del oriente caucano, luchas conjuntas para recuperar las tierras y los cabildos y va tomando forma un movimiento indígena, que durante los ochenta recibirá el nombre de Autoridades Indígenas del Suroccidente —AISO—. Aunque oficialmente el Cabildo guambiano no hace parte del CRIC, dentro de esta organización aún se encuentran Las Empresas Comunitarias del Chimán y algunos dirigentes de la Cooperativa Las Delicias; de igual forma que en AISO participan algunos cabildos paeces, coconucos y yanaconas.
Los guambianos y los Paeces de Jambaló, Novirao, los Tigres, la Paila y algotras regiones de los paeces, con los guambianos comenzaron a gestar el movimiento que se llamó el Movimiento de Autoridades del Suroccidente, el AISO. Antesito era otro, Comunidades Indígenas en Lucha. Después ya se conformo el AISO prácticamente. Ya cuando tocó que participar en la Constituyente del 91, se conformo, el AICO (Taita Segundo Tombé Morales5).
Los del Chimán, como estaban en manos del CRIC, no participaron en AISO [...] y nunca han podido tener una unión sino que siempre han estado distanciados, pero ahora para dar el nombramiento al gobernador del Cauca se tuvieron que unificar...y el CRIC apoyó al Cabildo de Guambía. Más que todo al Movimiento Alternativo (Taita Javier Calambás).
La coordinación de actividades entre los cabildos permitió que el Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente recogiera las experiencias organizativas y políticas del CRIC, y transformara a partir de ellas sus principios, ampliándolos. En AISO no se habla solo de la recuperación de tierras, sino de territorios; no de comunidades, sino de Pueblos, ya no solo se aludía a fortalecer los cabildos, sino a recuperar la Autoridad, reclamando desde entonces, el derecho político a mantener sus formas de vida; conceptos que por ese entonces no aceptaba totalmente el Comité Ejecutivo del CRIC. De esta forma, el programa político de AISO nace, amén de sus diferencias, de un proceso que comienza con esta organización, dentro del Movimiento Indígena en el Cauca.
Los paeces fueron fundamentales en la elaboración de todos los principios filosóficos que hoy habla el movimiento. Prácticamente los paeces de Jambaló dieron las pautas para elaborar esa política indígena, a partir de todos esos procesos de recuperación de tierras [...] Se llega a dar esa unidad y se logra crear toda la política que se ha ido avanzando en el AICO (Oscar Agredo).
RECUPERAR LA TIERRA PARA RECUPERARLO TODO6
La lucha de todos estos Pueblos es recogida en un documento escrito hacia 1980. En él, la autoridad guambiana expone explícitamente por primera vez, los principios filosóficos de las luchas en el Cauca. Este documento amplía, en alguna medida, los aportes hechos por los paeces de Jambaló, y con la colaboración de algunos solidarios.
El Manifiesto Guambiano defiende la vida indígena, amparándose en el Derecho Mayor, que los hace dueños legítimos del territorio por el que luchan. En este documento se exaltan, por primera vez, los que después serán los objetivos del Plan de Vida.
La reconstrucción de un pueblo indígena, avasallado y culturizado por espacio de 500 años de influencia y dominación externa.7
Los gobiernos crearon leyes sólo para dominarnos, para que no pensemos en movernos, ni para allá ni para acá.
Porque nosotros vivimos en la tierra, trabajamos en ella y más que nadie luchamos por ella, para defenderla de nuestros enemigos comunes, los explotadores.
Porque tenemos derecho a organizar en forma distinta, a dirigirnos a nosotros mismos, a tener el mando sobre nuestra tierra. Porque el cabildo es la máxima autoridad [...] rescatándolo de las garras de los politiqueros y de otros enemigos.
Para que se sepa. Para que se respete, para que nos apoyen a defenderlo los amigos y compañeros.
[...] Para que no puedan seguir robándonos el producto de nuestro trabajo. Para poder así seguir creciendo, mejorando nuestra vida.8
El largo camino que recorrió el Plan de Vida hasta concretizarse en el 93, no lo conocen muchas personas. Las que mejor manejan este tema son precisamente las que lo jalonaron y estuvieron al frente: Taita Segundo Tombé Morales y, naturalmente, los “Asesores del Cabildo”, quienes han estado vinculados por largo tiempo tanto a la lucha como a fenómenos más recientes.
La gente siguió el proceso de recuperaciones, se planteaba que también recuperar algunos espacios, nosotros no éramos ningunos salvajes, ningunos menores de edad como decía la Constitución del 86. Se pensaba en cómo comenzar a recuperar datos, ya no solamente tenerlo en la parte oral, porque la aculturización de la televisión, la educación misma de afuera, la prensa, la radio, estaba comenzando ya a dañar nuestras mentes, eso de las carreteras, la electrificación, pues así como era importante para el desarrollo integral de nuestra comunidad, también nos estaba haciendo mucho daño; que tenía que irlo pensando en dejar escritos y se pensó desde la segunda marcha de Autoridades Indígenas del Suroccidente que fue en el 87 (Taita Alvaro Morales).
Después empezó a plantear el Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente que si bien es cierto había que recuperar toda la parte cultural, política, económica, social [...], dentro del fortalecimiento de la autoridad, de la Autonomía, el territorio..., se empezó a plantear que ahí hay que recuperar, reconstruir el Movimiento de Autoridades Indígenas. Para reconstruir el Movimiento de Autoridades Indígenas había que reconstruir económica, política, social, cultural, ecológica y económicamente a los pueblos indígenas (Taita Segundo Tombé).
El “Asesor del Cabildo” agrega:
Los principios filosóficos del movimiento [...], recuperación del territorio, de la autoridad, de la justicia, de la cultura y pensamiento propio, la reconstrucción económica y social, esos son principios filosóficos del Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente, que se han trabajado en el conjunto. Es patrimonio del movimiento indígena, no es únicamente de los guambianos, es patrimonio de todo un movimiento. Los guambianos lo retoman allí para llevar a la práctica la reconstrucción y el desarrollo del pueblo. Pero es patrimonio de los paeces y del Movimiento Indígena.
Es preciso anotar que, a pesar de que han sido las organizaciones indígenas las que han llevado la bandera, ante todo son las voceras del sentir de las autoridades propias de los cabildos que las componen. De tal manera que fueron los taitas y mayores guambianos quienes definieron el derrotero y las características fundamentales por las que debería regirse el Plan de Vida, es su orden la que lo sustenta. Deseo hacer especial énfasis en este punto ya que la Formulación, en la que se expone el pensamiento propio y la historia guambiana, es sólo uno de los componentes del Plan, y es precisamente ésta, fundamento de todo el proceso, la que ha presentado mayores arbitrariedades en cuanto al cumplimiento de sus objetivos.
En ese proceso venimos hablando y discutiendo, discutiendo.
En ese entonces, Plan de Vida no existió.
No existió escrito, pero estaba en la mente de nosotros.
El plan de vida de nosotros no es como el Plan de Vida de ahora,
que tienen que primero que escribir en un papel, sentarse, contratarse a alguien que lo escriba, que tiene que mirarme ese libro luego, a ver si se aplica o no.
En ese entonces nosotros tuvimos el plan de vida en la mente.
Queríamos la tierra, cultivar la tierra, producir la tierra, vivir de eso.
Ese era el plan de vida.
(Taita Lorenzo Muelas)
Dirigente guambiano. Exterrajero
Tener un plan para la vida siempre ha estado presente en Guambía; plan de vida siempre hubo. Fue precisamente el tener claro lo que se quería, el lograr esa conciencia lo que dio paso a la Recuperación. Después, esos deseos comenzaron a adquirir diversas formas, en la medida en que los guambianos se han involucrado con otras esferas sociales. Es aquí donde encuentro el segundo origen. Más reciente en el tiempo y más lejano del espacio guambiano.
Como la experiencia no fue sistematizada, la reconstrucción de los hechos está sustentada en la consulta a quienes estuvieron involucrados y la confrontación de sus versiones con la de documentos claves. Ellos me contaron la historia del Plan9.
Aunque taita Segundo Tombé Morales, se apersonó del proyecto, al punto de que fue su programa de Gobierno y motivó —por primera vez en Guambía— la reelección inmediata, la realización escrita y formal de un Plan para Guambía comenzó incluso durante la lucha.
o Entre 1971 y 1978, la movilización guambiana estuvo guiada por los 7 puntos del CRIC.
o En 1980 aparece el Manifiesto Guambiano, documento que plasma la esencia de una lucha propia, basada en el Derecho Mayor. Hasta este momento, se puede hablar de un proceso autónomo, dinamizado por las mismas comunidades.
o De 1978 a 1982, los principios del Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente –AISO—, toman forma. Aunque éste hace parte también de una lucha propia e independiente, por el bienestar de la comunidad indígena en general, generó fenómenos incompatibles y rumbos inesperados.
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ANTECEDENTES DE OTRA HISTORIA
Se empezó a plantear que la salvación, la salida para las comunidades indígenas, era la reconstrucción como se había planteado.
Que no sea teórico, sino cómo arrancar a trabajar.
¿Y cuáles eran los elementos para trabajar sobre el problema de la autonomía, de autoridad, de territorio, y la parte ecológica y económica?
Ahí nació la idea de que hay que hacer un Plan de Desarrollo.
Pero era, digamos, muy occidental. Eso más o menos en el año 85.
La primera idea del Plan de desarrollo
era muy teórico, escrito muy político.
(Taita Segundo Tombé)
De modo que las aspiraciones por mejorar la calidad de vida guambiana, que en el período de luchas básicamente estaban relacionadas con la adquisición de tierras, comienzan a acomodarse en una figura tan ajena como un Plan de Desarrollo, cuya configuración condicionará las exigencias propias sobre el territorio, —así no haya evolucionado, en apariencia—.
En 1987 se elaboró un marco, con criterios generales para el desarrollo económico, político y social del pueblo páez y guambiano. (Plan de Vida guambiano. Introducción).
En el 85 más o menos, planteó la elaboración del Plan de Desarrollo Guambiano, en esa época escribimos. Hizo parte Floro, hizo parte algotros taitas. Incluso nos aportaron, algunos que en esa época se llamaban solidarios, no todos sino algunos […]. El hecho es que escribimos un proyecto muy teórico, eso nunca nadie paró bolas a eso, algunos solidarios de Cali y otras regiones del País obstaculizaron ese proceso también. Eso se quedó así, se venía trabajando con esa idea ya, pero nunca se hizo. (Taita Segundo Tombé).
Nos planteábamos en ese momento cómo había un problema en el movimiento, que se dé las luchas con pensamiento propio. Se cantaba la consigna de la reconstrucción económica y social, de acuerdo a la política indígena. Planteábamos cómo llevar a la práctica esa política, y hacer todo un trabajo de investigación en la parte económica y social aquí en Guambía. En este momento no dominábamos, por ejemplo, cuál era el área productiva de Guambía, de Jambaló y las comunidades que estábamos. Los solidarios cuestionábamos eso. No conocíamos tampoco qué era lo que producía la comunidad, el volumen de producción... todas estas cosas les inquietaban mucho. En ese momento, mirábamos que para poder orientar la lucha necesariamente nos tocaba hacer todo un proceso de investigación en ese sentido. En la parte económica, en la parte social. Eso se empezó a escribir y a mí me tocó la parte productiva y técnica. Otros le trabajaron a lo que fue los criterios políticos, yo también participé en el documento de los criterios políticos. Pero eso se quedó ahí. Más adelante aparece CENCOA y retoma otra vez esa idea y trabaja lo que son Censo estudios. Eso ya fue en 1990 o 91 (Oscar Agredo).
Se hicieron ejercicios para que entendieran la planificación. Todos planifican su día. Todos tienen una idea de planificación. En la unidad entre esposo y esposa se determina qué se va a hacer en el día y corresponde a un proceso. Hay tiempo de pescar, de sembrar, de cosechar. Una planificación, donde se puedan insertar los términos de la vida del indígena, en términos familiares, veredales, del pueblo guambiano. (Abraham Pino10).
Entre los factores que impidieron la evolución de este Plan Preliminar de Desarrollo, podemos citar los desacuerdos en la elaboración de programas y proyectos con la comunidad, los conflictos por la falta de tierra, la falta de colaboración del Estado y el desorden en las actividades de las instituciones que estaban presentes.
Para volver a pensar en el Plan de Desarrollo se formó un caos, los dirigentes a nivel general tenían unos discursos muy grandes, pero no eran aterrizados. Yo fui uno de los que tuve contradicciones internas [...], y fui aislado... Cuando se dio ese proceso de aislamiento... hasta el año 93, yo había trabajado desde fuera, mucho hacia la parte interna; era funcionario y eso me permitía movilizarme en las comunidades y hacer un trabajo interno, digamos muy práctico. No con los discursos a nivel nacional, con el movimiento indígena. Por eso en el año 93 me nombraron como Gobernador del Cabildo Indígena de Guambía. Cuando me nombraron, lo primero que eché mano era que había que volver a pensar en el Plan de Desarrollo guambiano, pero ya habían hecho unos 2, 3 años antes un Censo Estudio en Guambía; pues estaba la base del Censo estudio, cogimos ese Censo estudio, y había una institución muy importante en esa época que se llama CENCOA (Taita Segundo Tombé).
En 1988 o 89 CENCOA propone, un Censo de población, pero en ese momento el gobernador, Álvaro Morales, dijo: “hay que censar todo lo que tenemos, sin dejar nada por fuera” y para garantizar esto se zonificó el territorio, Álvaro no quería contar cabezas, quería contar las historias de esas cabezas (Abraham Pino).
Y fue ordenado por el Cabildo de Guambía de 1990:
Considerando que:
El Cabildo es responsable de la dirección de la recuperación de nuestros legítimos derechos y del proceso de reconstrucción económica, política y social del pueblo guambiano[...], que tenemos un deber y un compromiso con la reconstrucción[...], que para construir el Plan de Desarrollo se hace necesario una información confiable y organizada de lo que existe en nuestro territorio..., que el Censo estudio es un instrumento, que servirá de base para pensar y diseñar los proyectos que harán posible, la ejecución del plan de desarrollo a corto, mediano y largo plazo...resuelve…11
El Primer Censo estudio Guambiano es un detallado informe que describe las características del Resguardo, con los criterios de la institución que lo coordina y que, por ser enormemente técnico y especializado, presenta muchos limitantes, más aún para lectores indígenas; así que el deseo de taita Álvaro Morales, finalmente no se cumplió. De todas formas, los cuadros estadísticos que componen gran parte del Plan de Vida, provienen de dicho Censo. No obstante “sólo se censó a la población guambiana que tiene su lugar de residencia habitual dentro de los límites geográficos del resguardo12”, lo que quiere decir, que los instrumentos utilizados para el fortalecimiento del pueblo guambiano no tienen en cuenta tal pensamiento:
La migración no constituye una ruptura de los que salen, con respecto al núcleo de la sociedad guambiana que permanece en el Resguardo. Al contrario, el contacto y los intercambios son permanentes [...] este alejamiento no rompe el hilo, [...], amplía el tamaño del capullo, la dimensión de la gran casa Guambiana... (Dagua, Aranda, Vasco; 1998:28).
Fue un censo realizado sin inmovilización de la población, lo que produjo una subestimación de la población en Guambía. Por este motivo, para el Diagnóstico del Plan de Vida, se ajustaron las cifras de acuerdo al DANE para 1994, que da 13.200 habitantes en Guambía. En su contenido, establece tasas para el crecimiento histórico de la población guambiana del Resguardo —o sea que tampoco tiene en cuenta a los comuneros guambianos que tienen su residencia en Silvia—, con relación al pueblo.
De acuerdo con la Resolución firmada por el gobernador de 1990, Taita Manuel Jesús Tombé, se ordena que el Censo sea efectuado mediante encuestas a las familias y la recolección de información “de los guambianos que están por fuera de él”.
Fue necesaria la participación del magisterio, así como de los miembros de los comités y los cabildantes guambianos. También de un equipo de censadores guambianos, denominados los elegidos o empadronadores, coordinados por los alcaldes de cada una de las 7 zonas.13
Todo lo anterior demuestra, que El Plan de Desarrollo Guambiano, desde el comienzo de las formulaciones, no fue ideado para el pueblo, por eso no se puede realizar a medida de sus alcances ni con sus medios intelectuales. Se requiere entonces, algo sofisticado, que produzca el respeto que inspira un experto, y no sólo el exotismo que rodea lo indígena. Desde un principio, se pensó en hacer algo para presentar y sobre todo “gestionar” afuera. Porque también tienen derecho a progresar.
La subestimación de la competencia indígena para describir su propia realidad justifica la presencia de instituciones que apoyan el “Desarrollo comunitario”, y que reproducen al interior de las comunidades los imaginarios existentes acerca del rigor del conocimiento occidental y sobre lo exiguo y corto del conocimiento que pueden generar los marginados. Así se esté hablando sobre ellos mismos.
Difícilmente puedo pensar que los guambianos se puedan ver reflejados en las gráficas, estadísticas y fórmulas del Censo Estudio. Pero igual ellos no lo van a mirar, probablemente hasta se extraviará. Un trabajo como este es para los que sí entienden los códigos y las categorías. Así que no importa; se utilizó y se sigue utilizando. Apoyándose en este tipo de procesos e información —suministrada por los comuneros, y transformada en algo ininteligible para los mismos—, se espera la Reconstrucción.
El Censo guambiano 1990 será un censo integral, es decir un censo de población y vivienda de carácter regional, el cual permitirá obtener una gran cantidad de información y de gran valor, que servirá de base al Cabildo del Pueblo guambiano para elaborar sus futuros programas de desarrollo.14
Este trabajo perseguía que por medio suyo, se identificaran las necesidades —falencias— y soluciones para el Pueblo guambiano, pero con métodos ajenos al pensamiento propio, al conocimiento y a las formas de vida guambianas. El formato es predeterminado por instancias internacionales, que no se detienen por las especificidades culturales y mucho menos por la dominancia de todo el proceso. “La participación de la comunidad”, a través de los elegidos previamente instruidos y adiestrados, está circunscrita a los modelos que miden las Necesidades Básicas Insatisfechas en territorios indígenas bajo las mismas categorías y criterios urbanos modernos, pues hasta el momento no existen criterios para el ámbito rural y mucho menos para uno indígena.
Los ítems del Censo estudio son:
• Demografía, empleo, ingresos y gastos, (disponibilidad del hombre guambiano para el consumo y/o ahorro), producción, autoconsumo y comercialización, tenencia y usos de la tierra.
• Condiciones físicas de vida y servicios: “Causa y efecto del desarrollo humano15”, materiales de las viviendas (características de la construcción y grado de hacinamiento), su disponibilidad en el espacio, servicios básicos y medios de comunicación masiva.
• Presencia institucional y problemas en el Resguardo: “Ya que en las comunidades que no están vinculadas, en forma estrecha a los centros de poder económico y político, la presencia institucional es un factor de desarrollo significativo.”16
• Educación: “Además de ser importante, la cantidad de la población que compone una comunidad, la calidad de ésta, medida en términos de qué tan educada es, un factor determinante para pensar en cualquier programa o proyecto de desarrollo.”17 Analfabetismo y trilingüísmo (español, guambiano, páez).
• Principales problemas, por zona de alcalde, en Guambía: Alto precio de productos agroquímicos, alcoholismo, analfabetismo, comercialización agropecuaria, plagas agrícolas, deficiencia en el sistema de salud, poca tecnología agropecuaria, falta de tierras, acueducto, cultivo de amapola, poca reforestación, estado de las vías de comunicación, falta de asistencia técnica, electrificación, poca recreación, poca organización de la comunidad, desnutrición infantil, distribución de la tierra, falta de distrito de riego, falta de escuela, valor de los jornales.
• Listado de mapas de Guambía
• Listado de las entidades que históricamente han tenido presencia en Guambía.
• Formatos de la Encuesta.
• Instructivo para Recolectores.
• Manual de Codificación.
La dependencia de este tipo de trabajos, y la desconfianza y escepticismo del pensamiento indígena sobre sí mismo, producto de los sistemas de los que hacen parte, individual o colectivamente, ha provocado que los guambianos no consideren posibilidades más allá de los modelos que se les presentan. En cada proyecto, en cada gestión, se recalca: “Este proyecto realmente va a permitir al Pueblo guambiano, alcanzar la recuperación, la reconstrucción, y verdadera autonomía. Para sobrevivir y ser los protagonistas de nuestra propia historia, para pensar con nuestra propia cabeza de acuerdo al pensamiento de los antiguos y para que nadie decida por nosotros”.
Entre la comunidad guambiana existe un alto nivel de reflexión y crítica. Esto es en gran parte lo que encontré en mis conversaciones. Porque saben que su comunidad no se ha recuperado. Pero siguen subordinados al conocimiento que les llega y, todavía más, que ellos buscan afuera de su comunidad.
Creo que logré entender la razón de los argumentos. También logré comprender que la colaboración, los derechos y la participación conducirán a la paulatina extinción cultural y material indígena guambiana.
Pero al final, como con un Espejo, tendrán dibujada en sus rostros una sonrisa.
“Una vez terminada la encuesta y antes de despedirse es “Muy Importante”, agradecer a las personas a nombre propio, del Cabildo y la comunidad en general la colaboración y atención prestada.”18
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