El bodre blanco es uno
de los bejucos preferidos por las mujeres del río
Mono, afluente del Garrapatas, para elaborar los infurr y
los infurru. Esta materia prima es delgada,
muy flexible y resistente y de sección circular, lo
que permite dar una forma bien delineada a los recipientes
y se adecua bien a la técnica mimbre con la cual se
hacen.
Pese a que se trabaja con rapidez y se alcancen a fabricar varios canastos de
estos en un día, es posible que la tejedora deba abandonar su trabajo
para dedicarse a otras actividades y sólo pueda reanudarlo al día
siguiente o varios días después, con lo cual el bodre se
endurece y se torna quebradizo, dificultando su entrelazamiento; en este caso,
la tejedora lo humedece ligeramente para que recobre su elasticidad.
Es frecuente que los padres, hermanos o hijos de las tejedoras las acompañen
mientras trabajan, usualmente en el corredor del tambo, y, en ocasiones, que
tejan a su vez, como haría un poco después el hermano menor de
esta joven. |
|